VALÈNCIA. El creador y dramaturgo Paco Zarzoso fue uno de esos adolescentes rebeldes que alguna vez intentó colarse en los espectáculos del Teatro Romano de Sagunto. En ese momento le podía la pasión por las artes escénicas, la curiosidad y el amor por el arte. Ese joven Paco no se imaginaría que, en cuarenta años, una de sus creaciones sería la encargada de clausurar el festival Sagunt a Escena en homenaje a su labor y a la compañía que fundó, Hongaresa Teatre. Una celebración que tiene lugar donde todo nace y donde nada acaba: en Sagunt, el lugar que le vio crecer a él, a su familia y a su compañía, que nació precisamente hace treinta años.
Emocionado y echando la vista atrás, Hongaresa Teatre llega este fin de semana a Sagunt con Querencia, una pieza que habla del amor y el desamor entre una pareja que cambia constantemente a lo largo del tiempo. En Querencia se habla del éxito y el distanciamiento en la familia en clave de tragicomedia, con un formato que no se parece en nada a lo que ya haya hecho Hongaresa a lo largo de estas tres décadas. La obra sirve para celebrar la dedicación y empeño de Lola López, Lluïsa Cunillé y Paco Zarzoso para mantener a flote una compañía y superarse año tras año desde 1995. Zarzoso atiende las preguntas de este diario a las puertas del gran homenaje que será la clausura de Sagunt a Escena.
-Cumplís treinta años en la ciudad que vio nacer la compañía, ¿qué supone para Hongaresa Teatre clausurar el festival Sagunt a Escena?
-Es muy emocionante poder participar en la clausura del festival de una ciudad en la que estamos desde niños y que hemos visto crecer. Es hermoso ver como Querencia se transforma para representarse en un teatro tan grande como complejo y que nos recibe con un lleno absoluto. Estamos muy felices de cumplir treinta años entre teatros pequeños y grandes, siempre con espectáculos nuevos.
-¿Cuál es el origen de Hongaresa Teatre?
-La compañía nace a través de un encuentro fortuito entre López, Cunillé y yo en el año 1995, en Barcelona. Cuando nos conocimos vimos que teníamos una sintonía única y muy poderosa, ahí decidimos atrevernos con nuestra primera pieza: Intemperie, una obra escrita por Lluïsa y por mí en la que aparecemos Lola y yo. No creamos Hongaresa con la idea de generar una compañía de teatro y menos con el objetivo de trabajar durante treinta años. Poco a poco fue uniéndose gente al proyecto, ese grupo y esa unión es lo que realmente genera Hongaresa.

- Saguntilíada -
- Imágenes cedidas por Hongaresa
-Uno de los sellos de la compañía es trabajar con producciones que supongan el estreno de un nuevo texto, ya sea de la propia compañía o de otros dramaturgos, ¿cómo superáis este reto?
-Empezamos con textos propios porque es lo que teníamos, pero desde hace años hay actores y creadores que se han ido fidelizando a la compañía y que ahora más que amigos son familia. En estos treinta años hemos evolucionado muchísimo, desde una idea más centrada en la dramaturgia [con textos de Zarzoso y de Cunillé] a expandir los horizontes hacia nuevas ideas y voces.
-¿Qué os aporta estrenar vuestras propias creaciones?
-Un espacio en el que crear y crecer. En Hongaresa siempre hay un equipo que va a amparar nuestras creaciones y es una motivación clave en este oficio. Yo he aprendido muchísimo gracias a tener una compañía de teatro en la que puedo crear, probar y equivocarme mientras veo como funciona una pieza con el público. Crear sabiendo que tu pieza se va a estrenar es el regalo más grande, te obliga a seguir produciendo. Aunque el objetivo ahora es abrir y expandir la compañía hacia nuevos creadores.
-¿Cómo se expande la compañía mientras mantiene su esencia?
-Centrándonos en nuestros objetivos y en lo que queremos contar. Hace cinco años que estamos trabajando en una compañía joven, pensando en el relevo de la Hongaresa y poniendo el foco también en otras líneas de creación como el Teatro de la memoria. La Hongaresa se abre constantemente a explorar nuevos relatos entre talleres, autores y otros trabajos. Para no repetirse hay que estar en constante movimiento.

- El último Tarzán -
- Imágenes cedidas por Hongaresa
-¿Puede una compañía “no repetirse” durante treinta años?
-Sí, si se abre a varios imaginarios. Nunca hemos hecho dos obras parecidas, siempre intentamos jugar con algo nuevo y diferente. Hemos hecho tragedias, hemos jugado con la magia, el cabaret, con un teatro más político… Nuestra motivación es probar siempre algo nuevo y ofrecer un nuevo espectáculo para quienes vienen a vernos.
-¿Qué significa el teatro para vosotros?
-Es un lugar en el que se profesa el amor a la palabra. El teatro confía en su público y en encontrarse para generar un refugio ético en el que todo es posible. Nosotros jugamos con todos los géneros para perderle el miedo a la teatralidad y al teatro más culto o más complejo. Nos importa centrarnos en las historias humanas y hablar de manera sincera con nuestro público.

- La cantante calva en el Mc Donalds -
- Imágenes cedidas por Hongaresa
-Pero es muy difícil crear sin un amparo económico, si las grandes instituciones dan la espalda a las compañías y a los creadores, ¿se puede hacer teatro de calidad sin ayudas?
-Es muy difícil trabajar desde la precariedad. Para generar una buena obra necesitas dignificar el trabajo de los creadores y dotarlos de recursos. Vivimos en un momento en el que la cultura, más que nunca, se ha convertido en un alimento de primera necesidad. Al teatro hay que darle un gran valor y un lugar donde poder convertirse en una experiencia humana inédita en un momento en el que nos cuesta estar presentes.
-¿Qué provoca el desgaste de las etapas más precarias?
-Cansancio. El entusiasmo puede durar un tiempo, pero luego desaparece y no solo se puede vivir solo de la pasión.
-Volviendo a Querencia, ¿cómo se adapta la pieza al Teatro Romano de Sagunt?
-Contamos con música en directo gracias a la dirección de Jesús Salvador -Chapi- y con la banda La democrática de Pedralba. También contaremos con la actuación de Conxi Valero y al final nos trasladaremos a la plaza Mayor con todo el público que nos acompañe. Además, tenemos una sorpresa explosiva para celebrar nuestro aniversario sobre las tablas, pero no te puedo desvelar más, tendrás que venir a verlo [ríe]. Puedo decirte que no se parece en nada a lo que hemos hecho en estos treinta años.

- Querencia, de Hongaresa Teatre
- Foto: PATRICIA VARGAS