TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Tecnología textil para un aire más limpio

30/05/2017 - 

VALÈNCIA. De todos es conocido el término de la contaminación ambiental. Últimamente han aparecido muchas noticias relacionadas y todos hemos visto imágenes de Pekín, quizás el caso más flagrante, donde no se puede ver con claridad  más allá de 3 metros  o, sin ir tan lejos, de Madrid, con una nube de color amarilla cubriendo la ciudad.  

Aún así, ¿somos conscientes de lo que implica? Precisamente, uno de los problemas de la contaminación ambiental es que para la gran mayoría de los ciudadanos, exceptuando aquellos que sufren asma o enfermedades respiratorias, sus efectos pasan desapercibidos, se trata de un enemigo silencioso. Sin embargo, son numerosos los estudios y las evidencias de que la contaminación ambiental está íntimamente ligada a la aparición y agravamiento de enfermedades. 

En efecto, el aumento de CO2, NO2, ozono y partículas finas en el aire no sólo empeora la situación de personas con enfermedades respiratorias previas sino que incrementa el riesgo de padecer nuevas enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Según estimaciones, la contaminación del aire urbano provoca 16.000 muertes prematuras en España y 370.000 en Europa. Incluso la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) señala que la contaminación del aire puede reducir la esperanza de vida de los europeos hasta en tres años.

Los daños no son sólo sobre la salud, también existen implicaciones económicas. En efecto, la Comisión Europea realizó una estimación de que tales daños sobre la salud se traducían en un gasto entre 427.000 y 790.000 millones de euros anuales. En la misma línea, según un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), las medidas previstas a nivel europeo para reducir la contaminación atmosférica suponen ahorros seis veces superiores a las inversiones necesarias para su control.  

¿Quién es el principal causante de la contaminación urbana? Sin duda alguna, el tráfico, que es responsable de hasta un 80% de la misma, sobre todo los vehículos diesel, que producen asiduamente episodios de altas concentraciones de NOx (óxidos de nitrógeno). Dentro de estos, los altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) están asociados a la irritación de pulmones, aumento de infecciones respiratorias y empeoramiento de síntomas en pacientes crónicos, asmáticos y alérgicos. También es responsable precisamente de esa nube amarilla, y da lugar a la formación de partículas y de otros contaminantes más o menos dañinos para la salud. 

¿Qué medidas y alternativas hay para frenar este problema? Existe normativa ambiental a nivel europeo que marca los límites de concentración de contaminantes que no han de superarse en ciertos periodos temporales para evitar consecuencias graves para la salud. Sin embargo, ciudades como Madrid,  Barcelona o Valencia, en mayor o menor medida, han registrado valores elevados y superaciones de tales límites. 

Por supuesto, el método más efectivo es restringir el uso del coche: limitación en ciertas zonas y/o horarios, de velocidad, etc. (p.e. Madrid), o bien hacerlo menos contaminante, aunque con la tecnología existente se ha llegado a un punto en que la reducción posible es limitada. Ciudades como Londres o París imponen una tasa o peaje para acceder al centro de la ciudad con vehículos, y actualmente, más de 220 ciudades europeas han delimitado zonas de baja emisión en las que el acceso de los no residentes está prohibido o solo se permite a los vehículos considerados como poco contaminantes, como sucede en Atenas, Oslo, etc. 

Incluso algunas ciudades se plantean prohibir el uso de coches diesel en un futuro no lejano. La mayor parte de las medidas de prohibición y restricción son polémicas. Han de ir acompañadas de un cambio hacia la alternativa del uso del transporte público, que ha de fomentarse y mejorarse, o del uso de la bici. Pero a la vez, nuevas soluciones tecnológicas han de incorporarse al mercado con el fin de alcanzar niveles de calidad de aire más seguros, como vehículos más ecológicos o como la solución que propone el proyecto europeo del programa Life Photocitex: textiles fotocatalíticos basados en dióxido de titanio (TiO2) para ayudar a eliminar contaminantes del aire.

El proyecto está liderado por la Fundación CEAM y tiene como socios al Ayuntamiento de Quart de Poblet, AITEX (Instituto Tecnológico Textil), NTT (Tecnología Textil) y Legambiente-Emilia Romagna (ONG medioambiental), estos dos últimos de nacionalidad italiana. 

El objetivo del proyecto es la demostración de la efectividad a gran escala del uso de los de textiles fotocatalíticos para la descontaminación de los entornos urbanos. Para ello, se han llevado a cabo diversas actuaciones. Por un lado el desarrollo y caracterización de prototipos textiles fotocatalíticos a escala industrial en forma de toldos y lonas para paredes. Por otro la demostración de la actividad fotocatalítica de prototipos textiles funcionales en las cámaras de simulación de alto volumen (EUPHORE) en condiciones casi-realistas.

Por otro lado la instalación de los tejidos en la cámara Euphore que permite la demostración de la actividad fotocatalítica de prototipos textiles en dos entornos urbanos de Quart de Poblet: un colegio y un túnel de la autovía A3.

Con un amplio despliegue instrumental, se ha realizado la medición y caracterización de los diferentes niveles de contaminación con el fin de comparar dichos niveles antes y después de la instalación y poder así determinar la efectividad de los prototipos. 

Los resultados obtenidos tanto a nivel de simulación controlada en las cámaras Euphore como en un ambiente urbano real, en el túnel de la A3 de Quart de Poblet y el colegio de la localidad, son ciertamente prometedores: 1. Reducción de un 90% de NOx en una hora, en las condiciones experimentales de Euphore, 2. Reducción de un 25-50% de NO2 junto al textil, es decir a nivel localizado, en un ambiente real, mejorando sustancialmente las expectativas iniciales y lo observado anteriormente en otro tipo de soportes (cementos, pinturas, etc). 

A nivel de implicaciones para la salud y la calidad del aire, se desprende que la utilización de textiles fotocatalíticos es una herramienta muy efectiva en la reducción de NOx, pudiendo complementar a otras medidas menos populares y haciendo éstas menos severas para el ciudadano. Por ello, se alienta a las autoridades y gestores ambientales a incluir el uso de este método de descontaminación dentro de sus planes de mejora de la calidad ambiental. 

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Mila Rodenas y Amalia Muñoz, fundación CEAM