VALÈNCIA. En líneas generales, al mercado del arte se le atribuye adolecer de falta de transparencia y de integrarlo solo un selecto grupo de personas. La digitalización ha traído intentos de democratizarlo y descentralizarlo, pero tampoco estos parece que acaben de funcionar.
En 2017, irrumpen en este el mercado del arte los NFT’s, una alternativa más que atractiva para los creadores digitales porque les liberaba de mecenas, representantes, galeristas y de plagios. El boom se produce en 2021, cuando empieza hablarse de una adopción masiva y de cifras astronómicas por la adquisición de alguno de ellos, como los cerca de 92 millones de dólares que dicen que se pagó por The Merge, obra del artista Pak, tan sigiloso y desconocido como el mismo creador del protocolo bitcoin.
En ese momento, hasta las más prestigiosas casas de subasta se subieron al carro. Christie’s vendió por más de 69 millones de dólares la obra de Mike ‘Beeple’ Winkelmann ‘The First 5000 Days’, un collage de más de 5.000 piezas, y al tiempo se descolgó Sotheby’s diciendo que había vendido 35 millones de dólares en NFT’s a lo largo de 2023.
Hoy se dice que el 95% de los NFTs no solo no se han revalorizado, sino que no valen nada y que la revolución digital del arte, más que transparencia ha traído aún mayor opacidad. Tampoco marchan bien las cosas para OpenSea, la estadounidense que creó la mayor plataforma de NFTs del mundo. La constante disminución de la actividad de los usuarios en este mercado sería la causa que está detrás de la decisión de reducir su plantilla a la mitad.
Es pronto para predecir el devenir del mercado de los NFT’s pero, a pesar del declive, quedan startups españolas que están desarrollando tecnologías y plataformas innovadoras dentro de este sector. Art. army es una de ellas, una plataforma blockchain de arte digital en la que definen su misión como acercar la tecnología a artistas, comisarios, coleccionistas e instituciones artísticas. Presumen, también, de ser la primera plataforma en permitir la venta de NFTs en la feria de Arte Contemporáneo ARCO.
No obstante, lo que más ha llamado la atención en la feria de ARCO de este año ha sido la exhibición de alguna obra realizada con inteligencia artificial, como la pieza ‘Damnatio Memoriae’, una reflexión de la memoria histórica que presentó el artista valenciano Daniel Andújar al precio de 10.000 euros.
Alguna obra hecha con inteligencia artificial y redes neuronales se incluye también en la colección-espacio SOLO, el proyecto artístico internacional puesto en marcha en Madrid por David Cantolla, quien fuera cocreador y director de Pocoyó, junto con su pareja Ana Gervás, también emprendedora y una de las herederas del imperio Mahou.
Igualmente han encontrado en la inteligencia artificial generativa una oportunidad de negocio en Wannaai. Se trata de una tienda online en la que se venden cuadros realizados por diseñadores asistidos por IA. Cada obra que aparece en su web es concebida por diseñadores y creativos experimentados y posteriormente perfeccionado con la asistencia de algoritmos de IA que exploran patrones, colores y formas innovadoras. Los algoritmos permiten, además, personalizar los cuadros y adaptarlos a los gustos de cada cliente o a los espacios que se quieran decorar orientando así el negocio tanto al mercado B2C como a los clientes corporativos.
La idea de negocio corresponde de Martí Segundo, Jose Gorchs y David García, amigos desde la infancia. El valor diferencial lo justifican en el “diseño, precio y capacidad de creación personalizada”, propuesta con la que aspiran a posicionarse “como uno de los principales ecommerce de venta de cuadros B2C en España” y con proyección internacional. En el horizonte se ven también “trabajando para cadenas hoteleras y de restauración, con contratos para diseñar los cuadros de sus nuevas aperturas”.
También el arte animatrónico tuvo espacio propio en la última edición de ARCO reservando La Montaña de los Gatos del Parque de El Retiro a la exhibición de la obra de la artista nigeriano-estadounidense Precious Okoyomon, 'Cuando los corderos se alzan contra el ave rapaz', considerada una obra de arte total al combinar múltiples disciplinas.
Lo complicado de este tipo de obras es distinguir entre qué parte corresponde a la expresión artística y cuál a la ingeniería, la robótica, la electrónica y el montaje.
Antes de la irrupción de tecnologías como la blockchain o la IA, se abrazó la digitalización como una vía para democratizar el mercado. Con el propósito de crear un espacio virtual donde el arte y la cultura estuviesen accesibles para todos y aportar un nuevo canal de promoción a los artistas, fundó la valenciana Rocío Cortés MundoArti. A través de su web los artistas pueden participar en concursos, exponer de forma virtual, vender sus obras y promocionarse en la comunidad. El proyecto ha sido reconocido como Instrumento PYME por la Comisión Europea, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat por entender que supone una innovación en el sector cultural español.
Y ya en términos de inversión, la propuesta del emprendedor Carlos Suárez Gálvez a través de Saisho es crear “el primer y único mercado cotizado de arte del mundo donde puedes comprar arte con garantía de criterio experto, tanto artístico como de inversión”. La apuesta de Saisho es por posibles promesas de artistas emergentes, nacionales y de fuera, antes de que se consagren y se dispare su cotización.