VALÈNCIA. Resuena el comunicado del comité de empresa de ayer, del que se hizo eco este diario, en el que advertían de una “ruptura total” con la Concejalía de Cultura, encabezada por Gloria Tello, por frenar en el último minuto las bases del proceso de estabilización de 22 plazas en el Organismo Autónomo Municipal del Palau de la Música. Las dos partes afectadas han defendido sus posiciones y, por ahora, no se ve por dónde puede destensarse la cuerda. De hecho, desenmarañando lo ocurrido en la reunión, en la que se esperaba que Tello diera el visto bueno a las bases, parece que los puntos discordantes se hacen más notables.
En primer lugar, por parte de Cultura han querido puntualizar una cuestión en relación al relato ofrecido por el comité de empresa, que en su comunicado de ayer, contaban que una de las razones que ponía encima de la mesa del Ayuntamiento era la falta de la firma del secretario del consistorio, cuando “sí había un informe firmado”. Fuentes oficiales desmienten que hubiera esa discrepancia; es decir, que admiten que esa firma existe.
Pero precisamente porque la firma existe, se abre un nuevo conflicto. El documento al que se refieren es el informe de Personal del Ayuntamiento avalando la legitimidad de las bases para la estabilización de las plazas que se han estado negociando durante meses y que ahora se echan atrás. Está firmado entre el 17 y el 18 de mayo, hace tan solo unas semanas. A pesar de que el Palau es un organismo autónomo, cualquier proceso que afecte a la plantilla necesita un informe previo que certifique que se está cumpliendo con la legalidad.
El documento, al que ha tenido acceso este diario, señala que las bases remitidas son conformes a la ley y no entra a discutir cómo se valoran los méritos porque “han sido objeto de negociación”. Está firmado tanto por la Vicesecretaría General, como por el jefe de servicio de Personal y el jefe de sección de Acceso al empleo público y Provisión de puestos de trabajo. El sí del departamento allanaba el camino de estas bases, devolviéndolas al Palau para la aprobación por parte de la subdirección de gestión del organismo, que refrendó el documento.
Solo faltaba la firma de Gloria Tello, y el lunes fue cuando todo cambió. Su departamento afirma que, según los sindicatos y el Ayuntamiento han ido avanzando en la negociación de la estabilización del funcionariado que depende directamente del ente local, Personal está poniendo pegas a que los criterios de cálculo de méritos sean diferentes en cada organismo autónomo. Por tanto, insta a que las bases negociadas se sustituyan por un calco de la que salgan para el resto de personal público.
Mientras, el comité de empresa critica asombrado que se tire a la basura un trabajo de negociación de meses, y más teniendo en cuenta que todos los informes técnicos lo avalan. Tildan la decisión de “arbitraria” y “política”. Además, fuentes municipales tumban el argumento de Cultura de que el departamento de Personal haya cambiado de criterio en estas siete semanas: recuerdan que la potestad final depende de cada organismo y que las bases fueron aprobadas y no han emitido ninguna otra opinión. La pelota está en el tejado del departamento de Tello, la única parte que pone —ahora mismo— pegas a la firma de la bases.
Desde Cultura también creen que las condiciones pactadas pueden acabar impugnadas por una sentencia que anuló unas bases por la manera en la que calcular en el concurso de méritos la experiencia en la misma administración. El comité de empresa se sirve de la misma sentencia para señalar que no se aplica en su caso porque, por una parte, la plantilla es personal laboral y no cuerpo funcionarial; y por otra, las plazas son muy específicas del Palau, por lo que sí estarían avaladas por la legislación.
Parece que el enconamiento se alargará. El debate es, por específico, farragoso, pero Cultura tiene que defender ahora un cambio de criterio en unas pocas semanas que —actualmente— no está avalado por ningún informe, al contrario de la propuesta negociada hasta ahora entre el propio Palau y su plantilla.
Las plazas que están en juego son un total de 22 plazas. Entre ellas, algún puesto musical y varios técnicos de sala. La parte administrativa sería una minoría de estas.
