VALÈNCIA. Trece son las veces que el científico estadounidense Roger Kornberg (San Luis, Misuri, 1947) ha visitado València. Siempre con un mismo motivo, como miembro del jurado que delibera los Premios Rei Jaume I, una cita de “la mejor ciencia española por la que la gente debería estar orgullosa”, celebra este ganador del Premio Nobel de Química en 2006 como reconocimiento a su labor en desentrañar el proceso clave para producir las proteínas, las auténticas protagonistas de la vida, es decir, la conversión del ADN en ARN, el ácido ribonucleico que mucha gente ha conocido por primera vez por las vacunas contra la Covid-19.
Desde entonces, más veces son las que los periodistas le preguntan por la influencia de su padre, Arthur Kornberg, también laureado con el Nobel en la rama de Medicina casi cinco décadas antes junto con su colega español Severo Ochoa por sus descubrimientos en los mecanismos de formación del ADN, el manual de instrucciones de las células. No es extraño que al comienzo de la entrevista el galardonado e hijo de galardonado se excuse al evadir cualquier comentario acerca de su ascendencia o descendencia. “Bastante intimidados están ya”, sentencia con una sonrisa.
Preocupado por encontrar las soluciones médicas a la pandemia, “donde la auténtica barrera es política y no científica”, para este profesor de biología estructural en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, el mundo sin enfermedades llegará probablemente antes de que la humanidad acabe con la desinformación, la ignorancia y las desigualdades.
- ¿Se considera el copiador o traductor de genes en imágenes?
- Me considero solo un alumno de la naturaleza. Personalmente puedo copiar esa traducción, pero la maquinaria que mis colegas y yo hemos descubierto hace precisamente eso. Copia exactamente palabra por palabra. El resultado es la producción de las proteínas que son responsables de cada aspecto de la vida, con pequeñas excepciones. Ellas son los actores principales en el drama de la vida. La información genética es la misma en cada célula, en cada parte de nuestro cuerpo, y en cada organismo vivo, pero no todas las células tienen el mismo tamaño. Solo en nuestro cuerpo tenemos 200 tipos diferentes de células. La cuestión es que, si la información genética es la misma en todas las células, ¿cómo es posible que difieran? Porque utilizan diferentes partes de la información, producen diferentes proteínas. El uso selectivo de la información genética comienza en esta etapa que he estudiado, es decir, es la copia de la información genética de una forma u otra. En ese punto se toma la decisión sobre qué genes participan y qué proteínas se producen, y esas proteínas determinan el tipo de célula.
- Esta información es clave para entender, por ejemplo, la obesidad y diversas enfermedades. Por eso suele decir que toda enfermedad es un problema genético o químico.
- Todo lo que sucede en nuestro crecimiento y en el desarrollo en nuestras vidas ocurre debido a la química, y todo lo que sale mal también es de naturaleza química. Y puede incluir el mal funcionamiento de los genes o el mal funcionamiento de las proteínas. La decisión sobre los genes y las proteínas puede derivar en una proteína que es apropiada para una célula de la piel puede ser perjudicial para una célula nerviosa y conducir a un trastorno neurológico que produzca un cáncer. El error en esa decisión a menudo causa enfermedades y, de hecho, muchas enfermedades dan como resultado tales errores en la maquinaria que descubrimos.
- ¿Cuándo podemos alcanzar todas las soluciones para cada enfermedad?
- Ahora, todavía no es posible. Es un desafío. Primero tenemos que entender, y ya hemos entendido mucho hasta ahora, pero aún queda mucho por aprender. Una cosa es identificar un problema, pero es un desafío completamente diferente corregirlo. Y realmente estamos solo al comienzo del descubrimiento de métodos para corregir esos errores. El propósito de los medicamentos es precisamente tratar de limitar el daño de los errores. El problema es que tenemos un número limitado de medicamentos y no todos funcionan muy bien. Pero habrá muchos más y mucho mejores con el tiempo.
“Una cosa es identificar un problema, pero es un desafío completamente diferente corregirlo. Estamos solo al comienzo del descubrimiento de métodos para corregir los errores”
- Sin embargo, en la pandemia hemos asistido a la aceleración en la aplicación de las vacunas, que se han desarrollado en un tiempo récord, y en buena parte gracias a su conocimiento.
- Es increíble el momento actual tanto por la cantidad de estudios que se realizan como por la cantidad de conocimiento compartido. El proceso fundamental sobre el cual mis colegas y yo hemos dilucidado es el mecanismo de producción de ARN, el único Premio Nobel otorgado hasta este momento sobre esta cuestión. Sin embargo, la producción de Moderna, por ejemplo, que hemos estudiado, representa solo una parte de la solución del problema. El mayor desafío fue el desarrollo de vacunas después de la producción de ARN mensajero y más aún fue su liberación en las células de nuestros cuerpos para el propósito final, que es producir proteínas víricas frente a las que el organismo reacciona consigo mismo para conferir inmunidad. Es cierto que la investigación sobre el coronavirus se aceleró mucho debido a la pandemia y que se obtuvo mucha información importante, pero todavía no hay prácticamente medicamentos.
- Y, de hecho, solo hay un medicamento, que fabrica Pfizer.
- En realidad, es un medicamento terrible que ni siquiera funciona por sí solo, sino que se combina con un segundo fármaco con efectos secundarios muy graves. Soy consciente de la gran investigación que se está haciendo. Estoy directamente involucrado en dos medicamentos, muy diferentes, que si estuvieran disponibles ahora cambiarían el mundo no solo por la pandemia actual, sino que también evitarían que pasara de nuevo cualquier pandemia futura. Aquí, la limitación es la regulación. Uno de esos medicamentos es un millón de veces más efectivo, y el otro puede prevenir futuras pandemias, pero el desafío es ponerlos en uso. Tenemos que cumplir con los requisitos reglamentarios, y es un proceso muy lento y costoso. Hoy tenemos la solución, incluso hemos demostrado que estos medicamentos son seguros, pero todavía no podemos hacer que estén disponibles en las clínicas y en el mercado.
“Hemos demostrado que estos medicamentos son seguros, pero todavía no podemos hacer que estén disponibles en las clínicas y en el mercado. Es un proceso muy lento y costoso”
- En alguna ocasión ha señalado que el límite no es científico, sino político.
- Obtener un permiso es una cuestión política, no científica. Es muy importante tenerlo presente, y en especial en Estados Unidos. Es posible que los gobiernos agilicen este proceso, y el de Estados Unidos está tratando de hacerlo. Instituyó un programa de 3.000 millones de dólares para descubrir nuevos medicamentos y abordar el problema de futuras pandemias, pero no pudo cambiar la burocracia. No podía cambiar el proceso regulatorio. Y eso es lo que se interpone en el camino. La limitación es política, y es especialmente desafiante con la desinformación que se difunde a través de los políticos que explotan los miedos de las personas. Y es casi imposible ponerse de acuerdo sobre una estrategia común a todos los estados para resolver el problema. Pero creo que lo más grave es la burocracia, que retrasa el proceso de llevar la solución real a este problema al público. Costará al menos dos, o incluso tres años, antes de que logremos llevar estos medicamentos al público.
- Usted que estudia los errores y los problemas de las células, ¿cómo observa los conflictos humanos, por ejemplo, el papel de China y la información científica o las desigualdades en la distribución de las vacunas covídicas?
- El problema con el SARS-CoV-2 continuará mientras haya muchas personas infectadas con el virus. Y debido a la globalización y debido a los viajes, el problema persistirá. El problema nunca se resolverá en un país hasta que se resuelva en todos los países. Todos sabemos cuánta injusticia hay en el mundo, no es nada nuevo. La desigualdad es un problema en todas partes. Y después hay otra cuestión que es de sentido común. Deberíamos desear eliminar la enfermedad en todas partes, o de lo contrario continuará también en todas partes. Es tan simple como eso. Y puede ser completamente egoísta. Está en los mejores intereses egoístas de los países ricos eliminar la enfermedad en los países pobres, porque, de lo contrario, nunca será eliminada por completo en los países ricos. La noción errónea de que se puede prevenir la entrada de la enfermedad sin eso es la misma noción errónea de controlar la información en lugar de controlar la enfermedad. Estados Unidos ha hecho algunos esfuerzos para entregar la vacuna al Tercer Mundo, pero no hay suficientes vacunas. China es, por supuesto, el tercer villano en casi todos los aspectos en el mundo de hoy. Busca distribuir su vacuna, que no funciona, y eso por supuesto es dañino, porque dudo que la gente opte por vacunarse dos veces. Estos son problemas a los que nos enfrentamos cuando no hay soluciones sencillas a las cosas, sean vacunas o problemas políticos.
- Y se nos olvida que la naturaleza siempre saber encontrar la puerta de salida.
- La química es vida, y la vida es infinitamente creativa. No importa cuánto lo intentemos, nunca seremos más astutos que los virus. Siempre van a descubrir debilidades en nuestras defensas. Lo mejor que podemos hacer es entenderlos y descubrir cuáles son los medios por los cuales escapan a nuestro control, por lo que debemos entender mucho mejor la química de los virus y la elaborada maquinaria que utilizan.
“Deberíamos desear eliminar el problema del coronavirus en todas partes, o de lo contrario continuará también en los países ricos”
- ¿La ciencia se ha vuelto más relevante con la pandemia?
- Al menos ha sido una ocasión para que muchas personas escuchen la palabra ‘ciencia’, y tal vez aprecien ahora más su importancia. El problema al que nos enfrentamos es que aquellos que deseen oponerse a la adquisición del conocimiento, a la aplicación de la ciencia, continuarán haciéndolo porque los hechos, la información, simplemente no les importan. Tenemos que abandonar la idea de que vamos a derrotar la desinformación. Estas son batallas que tendremos que pelear siempre en cada generación. La batalla contra la ignorancia nunca se ganará.
- ¿Cómo valora la ciencia que se hace en España?
- Estoy muy impresionado por el crecimiento y desarrollo de la ciencia española. La calidad y la talla internacional de los científicos ha crecido de forma espectacular. La ciencia española está en una trayectoria ascendente impresionante y creo es competitiva en otras partes de Europa, y puede hacerlo aún mejor. Uno de los principales impedimentos para la mejora continua es la burocracia, especialmente en las universidades, que establecen requisitos muy irrazonables para el acceso de los jóvenes a puestos importantes. Me parece realmente una lástima cuando deberían estar haciendo todo lo posible por abrir sus puertas y facilitar el crecimiento de la ciencia española. Lo más importante es la retención del talento, que en España abunda. Pero los jóvenes que, por una razón u otra, no pueden encontrar plazas en las universidades por culpa de esa burocracia, se ven obligados a irse fuera.
“Un impedimento para la mejora continua de la ciencia es la burocracia, especialmente en las universidades, que establecen requisitos muy irrazonables para el acceso de los jóvenes a puestos importantes”
- Así que parte de la mejor ciencia española se está haciendo en los Estados Unidos, como pasó con Severo Ochoa.
- En su caso también tuvo que ver con la Guerra Civil y las condiciones en España que hicieron imposible continuar su investigación. Pero hoy realmente no hay disculpas, y los políticos, los burócratas y los líderes universitarios españoles deberían hacer un esfuerzo por entender qué es lo que están haciendo, qué es dañino y qué es lo que pueden y que no están haciendo. Eso ayudaría y corregiría el problema, por razones patrióticas, una buena parte del proceso interno. Es un tema que los adultos de esta generación estamos obligados a abordar, sabiendo que no resolveremos el problema, pero que este es nuestro momento en la historia para hacerlo. Y nos seguirán otros que deben sostener esa lucha en beneficio de la humanidad. Es muy importante señalar que es nuestra responsabilidad llevar esa antorcha.