VALÈNCIA. En la semana de la Copa Davis en Valencia hay que apoyar el tenis. La plaza de toros acoge hasta mañana domingo la eliminatoria de cuartos de final entre España y Alemania. El coso de la calle Xàtiva ha sufrido la mutación a una pista de tenis en la que desde el lunes entrena el equipo español. Ayer David Ferrer se estrenaba en la pista en un partidazo contra el alemán Alexander Zverev, el efebo tenista de moda. Ojo a las cifras: 20 años, 1’98m de estatura, contratos millonarios con marcas como Head (raquetas) y embajador de la firma de relojes suiza Richard Mille. Hace unos meses dejó Nike para convertirse en imagen de Adidas y también Abercrombie and Fitch lo ha fichado para publicitar sus prendas.
Las entradas estaban agotadas, claro. Eso no quiere decir que no hubiera hueco en las gradas. Entre los asistentes al primer partido de Copa Davis estuvo el futbolista del Barcelona CF Gerard Piqué, que se fotografió con parte de los aficionados, el director territorial de BNP Paribas, Antonio Soler; el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón; el Director de la Fundación Valencia Turismo, Antonio Bernabé; la odontóloga Tana Manglano y su marido Asier Lara, y Fernando Aliño de Grupo El Alto.
El público, para qué decirlo, estaba con el tenista de Jávea. La gente gritaba de todo. "Vamos, David". "¡Venga, venga!". Al final, las ovaciones eran sólo por seguir vivo, que ya era bastante. En fin, todo muy expresivo. Venció el alemán, pero después Rafa Nadal se merendó a Philipp Kohlschreiber en el siguiente partido de las semifinales. Con unos brazos como martillos neumáticos y un par de pelotas (de tenis). Para hoy sábado queda el duelo de dobles con Feliciano y Marc López ante la pareja de Puetz y Struff, mientras que el domingo se reserva el plato fuerte de los cuartos de final.
El restaurante Fierro de los chefs Germán Carrizo y Carito Lourenço se vistió de fiesta, como en la canción de Serrat. Parecía navidad pero con mejor tiempo y sin turrón blando. Los chicos de CuldeSac convocaron a un animado grupo para comer sabrosas viandas y degustar buenos vinos. Breve máster para situarnos: Fierro es un restaurante de una sola mesa con capacidad para doce comensales donde la pareja de cocineros plasma su personalidad culinaria a través de menús diseñados específicamente para comidas o cenas. Alta cocina de la buena en Ruzafa, el barrio más hipster.
Germán y Carito prepararon todo un festival gastronómico para los asistentes, entre los que se encontraban José Ramón Esparza, director de márketing de RNB Cosméticos, interproveedor de cremas y potingues de belleza de Mercadona, su mujer Rosa; la wedding planner Rosana Oliver de Araventum; la estilista María Cosín; la directora de división de CuldeSac Experience, Sophie von Schönburg; Carles Andreu y Alacreu, de Vibra Branding; el director de Integridad de la Asociación de Futbolistas de España, Javier Edo; el nuevo director del hotel Westin, Felipe Figueroa; María José Vivancos de Palau Alameda; y el director del programa de donantes del IVI, Nacho Gómez-Trénor.
Un festín que comenzó con bresaola y mortadela, pesto al dente y croqueta, la gran diva de los fritos nacionales, número uno en el hit parade de mi memoria gastronómica. Después siguió la pizza frita, unas alcachofas dignas de un emperador y algo muy rico hecho con aguacates de los buenos, no los que me venden a mí que parecen adoquines para construir la Vía Augusta. Cuando llegaron los berberechos, salivando y babeando, mi compadre Guillermo Arazo y yo declaramos la República Independiente de nuestra Concha. Para coronar la noche, la sumiller Eva Pizarro nos descubrió las bondades del fondillón, un vino de Alicante único en el mundo elaborado exclusivamente con monastrell.
La unión hace la fuerza. Esta semana la firma de moda nupcial Otaduy, la diseñadora de joyas Marga Martínez y el sombrerero Betto García unieron fuerzas y presentaron juntos sus respectivas colecciones. Estamos viviendo la era de los maridajes. Y los vestidos de novia casan a la perfección con los joyones de Marga Martínez y con los tocados de Betto García, conocido por sus colaboraciones con Palomo Spain.
La fiesta fue en el taller de Otaduy en Ruzafa, un local que tiene la elegancia que los protagonistas quieren imprimir a sus propuestas y lo moderno que uno quiera. Tan moderno como las modelos de la agencia 5.0 que lucieron los trajes de fiesta maquilladas por Edgar Molina Huertas. Y mientras los anillos, los brazaletes y los vestidos aderezaban la velada, el cava de Dicoval mimaba el aparato digestivo. Entre los asistentes estuvieron Bernarda Martínez, Begoña Garzando y su hija Begoña, Paz Sánchez con su marido Kiko, Tomás Monrós y su mujer Arantxa, María Cosín, Maite Sebastiá, la periodista Elena Meléndez, la blogger Pilar de El cuaderno de Pili, Pilar Montalva, Alvaro Puchol y Andrea, Ana Zapater y Jesús Saez. Los invitados también disfrutaron de un delicioso bufé de dulces Roseta. Donde se ponga una buena merienda que se quite el after work, el aperitivo italiano y el brunch. Merendar, qué gran costumbre…
(Foto: Cristina Yabiku)
El cocinero más mediático presentó en Valencia su nuevo txakoli K Pilota, el vino blanco ligeramente espumoso originario de los caseríos del País Vasco que empieza a hacerse popular en los últimos años. Este txakoli es el nuevo producto de la bodega K5, el proyecto enológico que Karlos Arguiñano y sus socios tienen en el municipio de Aia, “a 300 metros de altitud, en un entorno mágico, entre caseríos, viñedos y bosques”, contó el cocinero con su humor radiante.
La presentación, organizada por Javier Monedero de Dicoval, fue en el hotel Las Arenas ante un nutrido grupo de hosteleros, entre los que estaban representantes del hotel Reina Victoria, Sala Rex, casa Vicent, La Malquerida, Florazar, Bar Ricardo, Club Los Monasterios, Maipi y Kaymus. Al natural, Karlos Arguiñano es aún más vasco de lo que una pueda imaginar. El nombre del nuevo vino es todo un homenaje a la pelota, deporte vasco por excelencia, y la K, como no podía ser de otra manera, por el nombre de la propia bodega. “El txakoli era un vino de mala calidad, fermentado en viejos barriles de roble y conocido por ser un vino ‘cabezón’. Nuestro txakoli está hecho con la uva autóctona Hondarribi Zuri 100% de los viñedos jóvenes, es la nuestra de toda la vida, y lo ha cocinado nuestro enólogo Lauren Rosillo”, comentó el cocinero.
Al terminar la presentación, Karlos Arguiñano acompañado de su hija y un reducido grupo de amigos cenaron en el restaurante Maipi, uno de esos lugares emblemáticos donde Gabriel Serrano y su mujer Pilar Costa resisten a las modas de los gastrobares y nuevas tendencias. Un lugar donde cenar algo ‘rico, rico’ y ‘con fundamento’.