VALÈNCIA. Mantener un matrimonio vivo no es cosa fácil. Los fogosos encuentros en el inicio de la relación dan paso cuando uno menos se lo espera a las primeras tiranteces. Y de ahí a las broncas y los reproches. Nadie dijo que fuera fácil. Ayer miércoles tuvo lugar el esperado encuentro entre la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (AVETID) y la nueva secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit. El sector de las artes escénicas ha sido sin duda el más crítico con las políticas culturales del gobierno actual, un malestar que han dejado patente en las últimas semanas a través de distintos escritos en los que han mostrado su “decepción” por algunas de las medidas del área capitaneada por el conseller Vicent Marzà, así como por el hecho de que, finalmente, Cultura se haya quedado sin conselleria propia en esta legislatura. Este clima fue una de las cartas de bienvenida con las que se topó Tamarit en sus primeros días al frente de la secretaría autonómica. Tanto es así que, en su primera rueda de prensa, la presentación de la presente edición de Sagunt a Escena, mandó un mensaje explícito al sector: “Entiendo que se puede pedir paciencia cuando hay un cambio de gobierno pero aquí es el mismo gobierno y el mismo conseller. No les pido paciencia, no tienen por qué tenerla, yo tampoco la tendría”. Así, añadía la exalcaldesa de Sueca, que “dentro de nada” se materializaría un primer encuentro.
Y llegó el día D. La conselleria de Cultura y la asociación profesional han empezado a descongelar una relación que tiene muchos retos que afrontar en los próximos meses. Tras el parón lógico de elecciones, fue ayer cuando se llevó a cabo el primer encuentro formal entre unos y otros, una reunión que, entre otros, contó con la presidenta de AVETID, MªÁngeles Fayos; el director del Institut Valencià de la Cultura (IVC), Abel Guarinos; o la propia Tamarit, la nueva pieza en la ecuación, pues se incorporó hace apenas dos meses a la secretaría, un puesto ocupado por Albert Girona en la pasada legislatura. Esta primera reunión del curso viene precedida por las mencionadas críticas, un duro comunicado en el que los profesionales afirmaban que, a pesar de haber encontrado diálogo y acciones interesantes, “hasta ahora no están dando los resultados previstos en las empresas del sector, que continúan en estado crítico". De esta forma, apuntaban a la necesidad de poner en marcha una “estrategia clara” de promoción, consolidación y sostenibilidad de las artes escénicas. Sostenibilidad es precisamente una de las palabras clave del texto.
Según ha podido saber este diario, desde la asociación se aprovechó el encuentro para incidir en esta cuestión, un oportunidad para trasladar la urgencia de los profesionales del sector por concretar un plan de medidas, siendo esta la primera toma de contacto de esta segunda temporada del Botànic en la que las artes escénicas urgen a los líderes políticos a concretar acciones para el sector. En este sentido, una de las que está en liza es la modificación de las bases de las ayudas al sector, tal y como se acordó el pasado mes de julio en el Seminari de Govern de Montanejos.
Sin duda son las artes escénicas las que han marcado la agenda de este inicio de legislatura por lo que se refiere a la gestión cultural, con los ojos puestos en Escalante, otro de los puntos calientes. Hace apenas unos días se anunció que será finalmente la Generalitat la que asuma el proyecto del Escalante, capitaneado actualmente por la Diputación y sin sede estable desde hace años. La inestabilidad del proyecto ha generado un frente común entre los profesionales del sector, que mostraban su “preocupación” por la situación del teatro y reflejaban la “necesidad” de contar con una sede fija. “A su obligada itinerancia por diferentes espacios teatrales de la ciudad, ahora tenemos que añadir la orfandad temporal del proyecto Escalante. Por tanto, exigimos que se haga una nueva convocatoria con urgencia o se le proporcione continuidad al proyecto de [Josep] Policarpo hasta que la administración lance una nueva convocatoria pública”, rezaba un comunicado emitido días después de la salida del director artístico del teatro, Josep Policarpo. Este texto, por cierto, era apoyado, además de por AVETID, por la Associació d’actors i actrius professionals valencians (AAPV); la Asociación de distribuidores valencianos de artes escénicas y música (ADVAEM); la Associació de Gestors i Gestores Culturals del País Valencià (AGCPV); l´Associació de Professionals de Circ de la Comunitat Valenciana (APCCV); l’ Associació de Professionals de la Dansa de la Comunitat Valenciana (APDCV); la Asociación Valenciana de Empresas de Danza (AVED); la Associació Valenciana d'Escriptores i Escriptors de Teatre (AVEET); la Federación de Espacios Teatrales Independientes de la Comunidad Valenciana (FETI) y el Comité Escèniques.
Aunque pendiente todavía la cuestión de la dirección, ciertamente ya se comienza a vislumbrar el futuro próximo del Escalante. Fue hace apenas dos semanas cuando desde la conselleria se anunció que empezaría a trabajar para que el Escalante pasara a ser un proyecto autonómico, una transferencia que se enmarca en el proceso de vaciado de competencias de las diputaciones. Este proceso, que se realizará “de forma progresiva”, pasa por dotar de una cierta estabilidad física al proyecto, que lleva desde 2016 llevando su programación por distintos teatros tras el cierre de su antigua sede a causa de los problemas estructurales del teatro. De hecho, en la temporada 2019-2020 pasará por el Teatro Principal, el Centre del Carme Cultura Contemporània, el Teatre Martín i Soler-Palau de Les Arts y La Mutant. “Yo creo que un proyecto como el Escalante debe tener una sede o sedes fijas para identificarlo […] Creo que hay dos espacios que, a corto-medio plazo, deberían ser la sede del Escalante. Uno depende de nosotros [la sala Martí i Soler de Les Arts]; y otro que no depende de nosotros, La Mutant”, explica a Culturplaza la secretaria autonómica.
Fue el propio director del proyecto Josep Policarpo quien advirtió durante su rueda de prensa de despedida, el pasado 28 de junio, de que la falta de sede "está desdibujando el proyecto" y dificulta la gestión diaria. “El gran reto era intentar que una situación extraordinaria afectara de la menor manera posible. Es evidente que la sede estable es necesaria, pero no tenerla no quiere decir que tienes que acabar con la programación artística. Es una situación provisional que no debería alargarse, porque el proyecto se está desdibujando y dificulta la gestión diaria del teatro”, afirmó entonces. Si bien la situación física del teatro, la falta de sede, ha sido criticada, la dirección artística del mismo ha sido aplaudida por el sector profesional, que lamentaron la marcha de Policarpo. En este sentido, el comunicado emitido por las distintas asociaciones de las artes escénicas valoraba muy positivamente la labor desempeñada por él durante sus tres años al frente del teatro. Pero, lo que parecía una despedida, en realidad no lo era tanto. Policarpo se va… pero no muy lejos. Desde la conselleria de Cultura se ha querido crear un puente directo con las artes escénicas de cara a esta nueva legislatura, un puente que pasa por el propio Policarpo, que ha ‘fichado’ por la Conselleria en tanto que nuevo asesor de artes escénicas en la Secretaría Autonómica de Cultura.