MADRID (EFE). El Tesoro Público español ha colocado este jueves 5.020 millones de euros en cuatro denominaciones distintas de obligaciones de Estado pero, en casi todos los casos, a un mayor interés. Del total colocado, la mayor parte, 1.990 millones de euros han sido en obligaciones a siete años, cuya rentabilidad marginal ha sido del 0,054 %, superior al -0,002 % aplicado en la puja previa. Esto significa que España ha dejado de cobrar a los inversores por este tipo de deuda.
En obligaciones a diez años, el Tesoro ha vendido otros 1.324 millones de euros. En este caso, el rendimiento ha sido del 0,493 %, también superior al 0,456 % previo. El Tesoro también ha subastado otras obligaciones a quince años indexadas a la inflación (vida residual de nueve años y un mes), de las que ha adjudicado 700 millones de euros. El interés ha sido del -1,311 %, superior (o menos negativo) que el -1,322 % anterior.
En el único caso en el que el Tesoro ha logrado reducir la rentabilidad ha sido en unas obligaciones a treinta años (vida residual de veinticinco años), de las que ha adjudicado 1.006 millones de euros. El interés aplicado ha caído hasta el 1,134 %, desde el 1,262 % anterior.
En total, en esta primera puja de noviembre, el Tesoro ha colocado esos 5.020 millones de euros, un volumen que se ha situado en la parte media del objetivo previsto, que oscilaba entre 4.000 y 6.000 millones. Pese al aumento del interés, la demanda por parte de los inversores ha superado los 7.000 millones de euros.
España ha apelado al mercado en un momento de mayores tensiones inflacionistas, ya que los inversores temen que un alza continuada de la inflación pueda lastrar la economía y las decisiones de política monetaria de los bancos centrales.