el interior de las cosas / OPINIÓN

Todos los sonidos del silencio

8/07/2024 - 

El silencio empieza a ser atronador en la ciudad. Castelló se ha vaciado. Nunca entendí aquello de la segunda residencia a escasos kilómetros de la Puerta del Sol castellonense. Pero sucede, y el éxodo a Benicàssim es masivo. Ayer la mañana era gris y algo fresca, afortunadamente. Pancho se revolcó agradecido en la tierra húmeda del Parque Ribalta. Una ‘tronada’ suave nos acompañó en la noche, pero todavía no ha llegado esa lluvia necesaria y bendita que salve las amenazas de sequía.

Durante los días pasados, amigos que han caminado por las montañas cercanas al Penyagolosa, han ido colgando imágenes en redes sociales del seco paisaje, de árboles rojos, marrones, muertos. Mi amiga Montse, hace mucho, ya me comentó que las montañas de Els Ports estaban así de muertas, con centenares de árboles secos, sin vida, a pesar de las tormentas que ocupan el norte del mapa del país valenciano.

Alguna Administración Pública, la autonómica y provincial, en este caso, por tener las competencias, deben actuar con urgencia. Porque no vamos a esperar dramáticamente que el monte se queme, todavía más. Las fotos de Penyagolosa con extensos bosques sin vida es lo suficientemente preocupante para que las instituciones públicas se pongan manos a la obra.

Pero, claro, las autoridades competentes están en otras historias. Medio Ambiente es un término sin defensa ni estrategia, con la carga del negacionismo de Vox ante el cambio climático, la ultraderecha instalada en el gobierno autonómico. Al final, el PP y Vox son lo mismo, tal cual.

El silencio urbano produce una extraña desazón. El paseo de ayer con mi perro precisó algo de ruido, un BonDia, una mirada cómplice con quien pasea a otros perros. Nada. Nada de nada. La soledad en la ciudad en verano es gustosa para la gente que trabaja. Quienes vivimos en el paro necesitamos algo de convivencia vecinal, de ruido ambiental.

Menos mal que mi vecina Carmen está en la ciudad hasta el día 1 de agosto que viajará entre las casas de sus hijos e hijas, recorriendo medio país. Qué suertuda. Esta pasada semana hemos seguido, como siempre hacemos, la actualidad de este puto país que cada día que pasa es una caricatura de si mismo.

No hay tregua ni sorpresas. No hay un día en el que la derecha y su ultraderecha no brinde animaladas y esperpentos. Lo del juez Peinado, la citación a declarar de la ciudadana Begoña Gómez sin saber de qué le acusan. Que si este juez tiene una trastienda de dos DNI propios con los que ha accedido a la compra y remodelaciones de varias viviendas y mansiones sin licencias municipales.

Entre tanto delirio, me quedo con la maravillosa defensa de la profesión periodística de la estimada colega Loreto Ochando, experta en tribunales, cuando en los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid la prensa oficial pacta el acceso de las agencias, porque no pueden acceder masivamente, y, resulta que un eurodiputado de la ultraderecha recibe el permiso de acceder al juzgado y grabar los movimientos de Begoña Gómez. Loreto Ochando, magnífica, recuerda en las redes sociales que está prohibido grabar dentro del espacio de un tribunal. Alguien del juzgado habrá consentido esto. Pues eso. Esperemos que la UE censure estas actuaciones.

Aquí, en Castelló, la historia es la misma. La ultraderecha mantiene un discurso nacional. De hecho, en cada gobierno autonómico, provincial y municipal donde Vox gobierna se repiten los mismos mensajes, la misma misoginia, homofobia, racismo, destilando los mismos mensajes de odio. Y el PP sostiene el mismo discurso. Es tremendo y vergonzoso. Puede que la derecha de toda la vida quiera reconocer, por fin, que también es esta ultraderecha que nació no hace muchos años de si misma.

Aquí en Castelló la historia es la misma. La pasada semana el concejal socialista Jorge Ribes acudió a declarar al juzgado por la denuncia del PP. Una denuncia que significa la amenaza, y que convierte al denunciante de la mala praxis municipal en verdugo. Tremendo. Lo de las multas sin pagar del concejal Ramirez clama al cielo. Los grupos de la oposición han solicitado información por este impago de decenas y decenas de multas. La respuesta ha sido recriminar a un concejal socialista, amenazar a la oposición y silenciar a la opinión pública. Tal cual hacen otros representantes políticos en ayuntamientos y comunidades autónomas gobernados por la derecha y su ultraderecha. Lo mismo que hace Ayuso en Madrid.

Ayer, Carmen cocinó un arroz con verduras espectacular. Con su sofrito de tomate, ajo y cebolla, con el aporte de pimiento verde y rojo, berenjenas, brócoli, champiñones, puerro y algo de apio. Delicioso. Mi aportación fue, de nuevo, un plato de gazpacho casero con taquitos de sandía.

Terminamos brindando con las copitas de mi abuela Pepica, con esa absenta de Segarra, de Xert, deseando que los tantos gilipollas que han perdido la cabeza se queden en casa, que dejen de molestar a la gente de bien.

Buena semana. Buena suerte.

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