Los tokens (Chilliz) del Valencia CF llegan en un momento de agitación en las criptomonedas

VALÈNCIA. "Unidad de valor que una organización crea para gobernar su modelo de negocio y dar más poder a sus usuarios para interactuar con sus productos, al tiempo que facilita la distribución y reparto de beneficios entre todos sus accionistas". Son palabras de William Mougayar, autor del libro 'The business blockchain' -una auténtica biblia de la materia-, definiendo lo que es un token. 

Esta 'ficha' -su traducción en castellano- es como un Bitcoin pero con un sentido más amplio de la palabra, que como el resto de criptomonedas se fundamentan en el blockchain o 'cadena de bloques'. O lo que es lo mismo, una base de datos compartida que funciona como una especie de libro de operaciones donde se registran las transacciones de forma encriptada, con el fin de evitar manipulaciones y fraudes.

Sin embargo, las criptodivisas han acabado convirtiéndose en meros activos especulativos bien sean Bitcoin, Ethereum, Cardano.... y/o Chilliz, el main sponsor del Valencia CF desde el mes pasado. Se trata de los creadores de Fan Tokens y de la plataforma Socios.com, que ayer vieron como en poco más de dos horas se agotaban los tokens del 'club ché': Fan Tokens $VCF. Y no solo eso sino que la entidad controlada por Peter Lim se ha convertido en el primer equipo en lanzar un millón de Fan Tokens a través de la aplicación de Socios.com.

Sin duda, una buena noticia no solo para la empresa sino para el Valencia CF, pero los aficionados deberían saber bien lo que tienen en sus manos. La fiebre especulativa en torno a estos criptoactivos recuerda -y mucho- a lo sucedido a finales de los años 80 y principios de los 90 con los futuros y opciones financieros, que nacieron para cubrir las carteras de inversión y acabaron siendo utilizadas por no pocos como instrumentos de pura y dura especulación, con el riesgo que ello conlleva y menos sin tener conocimientos al respecto.

El lanzamiento de los tokens del Valencia CF llega en un momento de agitación en las criptodivisas, con dos nombres propios sobre la mesa conocidos por todos: Amazon y Tesla. El pasado lunes el periódico londinense City A.M. publicaba que el gigante mundial del comercio electrónico estaba buscando un nuevo ejecutivo para supervisar su estrategia sobre monedas digitales. Por su parte, la firma automovilística informaba que volvería a aceptar bitcoins... siempre y cuando los mineros utilizaran 'energías verdes'. Ni que decir que las criptomonedas se dispararon con fuerza tras conocer ambas noticias, provocando un auténtico rally alcista tal y como se observa en el gráfico de Chilliz. Sin embargo, ayer Amazon negaba tal información; mientras que de todos es sabido que Tesla tan pronto acepta como no criptodivisas y de ahí que volvieran los recortes.

Por otro lado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos está estudiando si varios ejecutivos de la moneda digital Tether han cometido un fraude bancario, según publicaba ayer Bloomberg que recordaba que tienen un valor de 52.500 millones de euros y acaparan más de la mitad de intercambios de Bitcoin. Cierto es que dicha moneda está vinculada al dólar estadounidense siendo actualmente la tercera criptodivisa más grande del mundo.

Mercado opaco sin regulación ni supervisión

Pero volviendo a Chilliz, tal y como contó este diario hace un mes, es una 'cibermoneda' dentro de un mercado opaco sin regulación ni supervisión oficial, es decir, donde vale todo. "Dada su naturaleza digital, los ciberataques son cada vez más comunes y se han convertido en el nuevo cebo de los inversores más incautos y desprevenidos que, cegados por esas irrealistas rentabilidades prometidas (incluso hasta del 15% mensual), acaban perdiendo su inversión". Así lo recogía recientemente un artículo publicado en la revista semanal de OCU Inversiones. 

Por no hablar de las múltiples advertencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sin ir más lejos a finales del mes pasado su presidente Rodrigo Buenaventura advirtió en el seminario 'La economía de la pandemia' -organizado por APIE y la UIMP en Santander-, que buena parte de las conductas fraudulentas detectadas están relacionadas con criptoactivos, "por ser el activo de moda del momento".