VALÈNCIA. Toni Gaspar (Faura, 1973) siempre ha sido un verso suelto dentro del PSPV. Y no parece que la etiqueta le incomode. Presidente durante 5 años de la Diputación de Valencia –cargo que, al principio, asumió en sustitución de Jorge Rodríguez por su investigación en el caso Alquería–, ha dejado la vida municipal después de dos décadas para ser diputado autonómico en Les Corts. Quien asiste con asiduidad a los plenos y se fija en los gestos, el de Gaspar no es que sea el de mayor disfrute durante las broncas entre los grupos. Crítico muchas veces con su propio partido, defiende, eso sí, el trabajo de Diana Morant. Desde la oposición, critica la gestión económica y fiscal del actual Consell de Carlos Mazón.
-¿Cómo ha vivido este primer año de paso a Les Corts?
-La etapa municipal había que cerrarla y yo era consciente. Había que abrir otra, que es esta. El presidente Ximo Puig quiso que estuviera en su lista autonómica y me vine. No puedo decir que es nuevo, pero es un cambio pasar de la gestión 24 horas a la política 24 horas. Me acoplo a todo, aunque continúo echando de menos la gestión. Además, he llegado en un momento en el que estamos en la oposición y, evidentemente, es otra historia y otra dinámica. Súmele que vivimos unos momentos bastante cutres en todos los sentidos, en el sentido de que hacer política no es lo que era hace 10 años y ahora está todo mucho más enfangado. No es una queja. A cada uno le tocan unos tiempos.
-A lo largo de estos meses, usted ha ejercido un papel fiscalizador del actual Consell en cuestiones económicas. ¿Qué balance hace de las medidas impulsadas por el PP y, hasta hace poco, Vox? ¿Comparte algo de las bajadas de impuestos?
-Yo estuve en todas las intervenciones de los consellers y del presidente al principio de la legislatura y parecía que veníamos del desastre más absoluto. Algo que yo no veía. Un año después te das cuenta de que sí, su promesa electoral de bajar los impuestos la han cumplido. Pero no por una cuestión técnica, ni por una cuestión de sentido común, ni por una cuestión que tenga efectos, sino porque lo llevaban en el programa. ¿Algún valenciano ha mejorado con eso? Lo único que han hecho ha sido empeorar las cuentas. No han recaudado más y la Airef dice que la bajada de impuestos son menos recursos. La gente que lo ha notado es la que tiene muchos recursos.
El PP decía que suprimía el impuesto de Sucesiones y Donaciones porque la gente renunciaba a las herencias. Pero lo que ha pasado es que han seguido subiendo las renuncias porque no vienen del impuesto sino de otras circunstancias. Una política que no nota la inmensa mayoría de la gente es una política homeopática, que es la que hace Mazón: vende muy bien pero resultados ni uno.
-Ximo Puig también bajó impuestos en su último año de legislatura.
-Sí. Pero lo hizo sobre todo en las rentas más bajas y Mazón con las altas.
-Uno de los grandes escollos de gestión ha sido la implantación del nuevo sistema de gestión de la Generalitat, Nefis, que ha provocado en el primer tramo del año retrasos en pagos de nóminas, a proveedores, en servicios sociales o incluso en la licitación de obra pública. Usted se ha mostrado bastante crítico con este asunto en Les Corts.
-Un sistema informático, su implantación, siempre lleva problemas. Yo lo he vivido en la Diputación y en La Caixa. Tienes que saber que vas a tener que torear. Ahora bien, aprovechar que tienes una implantación de un sistema para que el sistema sea el responsable de hasta la muerte de Manolete, pues no. Porque todo era Nefis. Si se pagaba, si no se pagaba, si se ejecutaba, si no se ejecutaba. La baja ejecución de los primeros meses del año no depende de Nefis. Y parece que todos los problemas de gestión eran o culpa de la plataforma o de Pedro Sánchez. Tú estás aquí para solucionar las cosas.
El problema es que cargaron tanto las tintas con el anterior Consell, que ahora se dan cuenta de que muchas cosas no pueden cambiarlas de repente y se necesita muchísimo esfuerzo. Entonces hay que inventar una excusa. Los problemas eran los mismos hace un año. Y esto se llama ranciocracia: como lo hago yo está bien y como lo hacen los demás está mal. Veo falta de rumbo y poca gestión en comparación con un gobierno anterior con el que vinieron empresas o mejoraron multitud de derechos de la gente.
"Mazón hace política homeopática: vende muy bien pero resultados ni uno"
-Usted va a ser el representante del PSPV en la comisión de investigación del sector público del Botànic. ¿Cómo cree que se desarrollará? Más allá de que la vea un circo, ¿cree que la gestión del sector público fue la adecuada con el anterior Consell?
-Para la gente que no sabe de política, una comisión de investigación es un show. Conforme las tenemos configuradas en nuestro derecho, la mayoría parlamentaria decide lo que va y lo que no va. Ya lo vemos en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Por eso dije que iba a ser un circo. Porque es un instrumento que tiene el que está gobernando. Lo que pienso que deberíamos de hacer es consensuar para hacer de otra manera las comisiones de investigación. Hay responsabilidades políticas que hay que dilucidar en los parlamentos sin confundirlas con las jurídicas.
Luego, el PP la ha circunscrito a los ocho años del Botànic. Y sinceramente, PP y buena gestión del sector público instrumental como que no casa bien. Porque lo que se encontró el Botànic fue que había más expedientes en los juzgados que en las consellerias. La utilización del sector público instrumental para las mayores tropelías y las peores prácticas ha tenido lugar durante el periodo del PP. ¿Qué hizo el Botànic? Intentar, con los medios que tenía y todas las dificultades, poner orden en todo eso.
-La Sindicatura de Comptes advirtió de irregularidades en cuestiones de contratación.
-Sí, pero advertencias que ya se venían produciendo antes. Por ejemplo, el abuso de los contratos menores, que muchos de ellos se hacen en Sanidad y no se ha encontrado solución a eso. Yo me encargué de una parte del sector público instrumental desde la Diputación y estuve muchos meses para solucionarlo. Además, las leyes han ido progresando y muchas observaciones que se hacen ahora no se hacían antes. En vez de una comisión de investigación lo que habría que hacer es una comisión de estudio para ver cómo ponemos una solución, porque le pasaba al PP, nos ha pasado a nosotros y va a seguir pasando.
-¿Cómo valora el papel de su partido en la financiación autonómica? En Les Corts votaron en contra de la propuesta de exigir al Gobierno central un fondo de nivelación hasta que haya reforma del sistema cuando el Consell de Puig estuvo pidiendo el fondo de nivelación hasta el final.
-El primer hecho es que estamos infrafinanciados y ahí hay unanimidad entre los partidos. ¿Qué hemos hecho durante todo este tiempo? Protestar, protestar y protestar. No nos han hecho ni puñetero caso porque la financiación no solo es de los valencianos, sino de toda España. Para que nos den más a nosotros, hay que darle menos a otro o meter más dinero en todo. Hemos llegado a un pacto de que eso existe y todos estamos de acuerdo. Y el PP viene ahora a traer temas de financiación no porque haya nada nuevo, sino para meterle el dedo al Gobierno de España y a la secretaria general del PSPV, que es miembro del Gobierno.
-También llevó esa estrategia Puig cuando gobernaba el PP.
-Pues oye, es que la vida es así. La solución es que se sienten los que tienen que sentase, que son Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Igual que han arreglado el Consejo General del Poder Judicial. Fedea lo dice, que esto no es una cuestión bilateral de los territorios, sino que se tiene que arreglar en el Congreso con un pacto. ¿Por qué no se hace? En este momento, porque el PP tiene muchos problemas entre sus propias autonomías y Feijóo no quiere sentarse. Ya lo dijo Isabel Bonig: la financiación se arregla en los despachos.
"Para arreglar la financiación se tienen que sentar Sánchez y Feijóo; el Gobierno puede presentar 20 propuestas, pero si no tiene los votos del PP es imposible que salga"
-¿No piensa que el Gobierno de Sánchez tiene la obligación de presentar una propuesta de cambio del modelo?
-Pedro Sánchez ya le ha propuesto a Feijóo sentarse y arreglarlo pero él no ha querido. Y yo soy práctico en eso. ¿Presentar propuestas que se caigan en la votación? Ya estamos viendo lo que está pasando. Tienen que arreglarlo ellos dos. El Gobierno puede presentar 20 propuestas, pero si no tiene los votos del PP es imposible que salga.
-¿Qué le parece el preacuerdo firmado entre ERC y el PSC para sacar a Cataluña del régimen común de financiación autonómica y la situación de desigualdad en la que deja a la Comunitat Valenciana?
-Seamos sinceros. Aunque ha despertado entre todos bastante excitación, lo que dice ese documento es muy vago. Es imposible sacar conclusiones con fiabilidad, porque no solo depende de lo que se quiera hacer allí, sino de lo que se quiera hacer aquí (el sistema común) y de eso el documento no dice nada. De ahí la preocupación, sobre todo de nosotros los valencianos, que somos la comunidad más infrafinanciada se mire por donde se mire. Y luego se ha de aprobar en el Congreso, casi nada. Pero da igual, todos a las trincheras y a disparar a ver si le damos a alguien.
Mi opinión personal es que toda este planteamiento debió hacerse mejor. El problema es el contexto. Con el clima actual es imposible cualquier acuerdo de financiación y de nada. En lo único que hay acuerdo es en estar en desacuerdo. ¿Qué saldría de una reunión de 17 presidentes autonómicos y el gobierno de España para tratar el tema? Pues probablemente algunos pensarían si ir o no ir y otros justificarían el desacuerdo en lo que sea. Todo muy primario e improductivo. Fíjese si es primario resumirlo todo como hace Mazón: "golpe de Estado Fiscal". Sin filtros. Lo que se necesita es un "estado de golpe pero mental" para mejorar este nivel en el que estamos sumidos en general.
-Parece que Sánchez solo se acuerda de la financiación autonómica cuando necesita los votos de alguien.
-Lo de pactar cuando necesitas votos, y con la llave de la caja, no es nuevo ni reciente. El PP de Aznar, cuando en la Moncloa se hablaba catalán en la intimidad, también lo utilizó aunque algunos prefieren olvidarse. En 2016 hasta a Feijóo le parecía bien eso de sentarse a hablar del concierto. "Estas cosas se pueden hablar" decía. Ahora se rasga las vestiduras. Hay mucha sobreactuación interesada. Bien si lo hago yo, mal si lo hace el otro, aunque sea lo mismo o parecido.
-Su perfil dentro de la oposición es el de ejercer su labor sin entrar demasiado en el ruido o las faltas de respeto. ¿Le gustaría que todo fuera así en Les Corts o entiende que cada grupo tiene que tener a diputados de su estilo y de otros?
-No, sería muy aburrido. Mi estilo es el que es. Y estoy convencido de que la mayor parte de la gente que está pendiente de nosotros agradece estilos diferentes. Y agradecen que no siempre sea el de la confrontación, el insulto, la demagogia o el tuit del día. Creo que además se abre una ventana de oportunidad ahora cuando veamos al señor Salvador Illa como presidente de la Generalitat, porque es ese estilo. Pienso que el momento de la confrontación absoluta entra en su fase caduca y espero que vuelva ese parlamentarismo que es capaz de ser muy incisivo sin entrar en la descalificación y en la demagogia. Las instituciones más "aburridas" son las que más problemas solucionan.
Sobre el pacto con ERC: "Debió hacerse mejor, pero en el actual clima qué hubiera salido de una reunión de 17 presidentes autonómicos y el gobierno de España para tratar el tema?
-Ve a su grupo parlamentario fuerte?
-Es mi grupo parlamentario, ¿cómo no lo voy a ver fuerte? Creo que hay muchísima gente que sabe de muchísimos temas y que está haciendo un buen trabajo.
-¿Cree que el PSPV debería llegar a algún pacto con el PP ahora que se abre un nuevo escenario sin Vox en el Consell? ¿Piensa que se podría llegar a entendimiento en cuestiones como los órganos estatutarios o, incluso, en leyes importantes?
-Yo creo que es necesario pactar muchas cosas porque me gustaría que la cultura del consenso se volviera a establecer. Solo nos ha ido bien con ella. Pero son tiempos de enfrentamiento en todo el mundo. Aquí, no solo tiene que quererlo el PSPV, tiene que quererlo el PP. Y el PP ya ha demostrado que no quiere ningún pacto de nada. Mazón hace una política homeopática porque promete muchas cosas y luego no salen. Él va con los pactos por delante siempre, pero cuando ha podido ha cambiado las leyes para cargarse las mayorías para la elección, por ejemplo, de la Agencia Antifraude y de la radiotelevisión valenciana. Alguien que tiene voluntad de pactar no hace eso ni eleva a ley los exabruptos de Vox como ha pasado en la de Concordia.
-¿Y si todo eso hubiera acabado en bloqueo?
-Pues eso es que no están pactando bien. Aparte, mencionemos letra pequeña de los pactos: tienen que ser discretos.
-¿Qué tendría que pasar para que se replantearan una postura de acuerdos con el PP?
-No lo veo en este momento ni está incentivado. Pero ya lo ha dicho Diana Morant: que todas las cosas que el PP ha hecho porque Vox les obligaba que las echen atrás y nos sentamos.
-O sea, recular en todas las leyes aprobadas por ambos en Les Corts: Concordia, Educación, À Punt, Antifraude... ¿de verdad piensa que eso es asumible para el PP?
-Nos habríamos ahorrado esta condición si desde el minuto uno el PP hubiera dicho de sentarnos. Pero no quiso o no pudo porque gobernaba con Vox. Ahora sí que puede. La voluntad se tiene que demostrar. Yo me alegraría muchísimo de que el PP hiciera algún gesto en esa cuestión, porque eso significaría que se abre la puerta.
-En la Diputación, usted pasó a ocupar la presidencia en 2018 tras la hecatombe en la Diputación del caso Alquería, que provocó la salida de Jorge Rodríguez. Estos años permiten un balance de cómo han cambiado las cosas. ¿Cómo las veía antes y cómo las ve ahora, cuando Rodríguez se encuentra absuelto y con su partido gobernando junto al PP?
-Como expresidente de la Diputación, soy el primer servidor de esa institución, por lo que respeto totalmente al equipo de gobierno. Respecto a Jorge Rodríguez, yo defendí siempre la presunción de inocencia en contra del PP y de Ciudadanos y en contra de algunos de los míos. La respeté también para el PP, con diputados imputados, porque es un pilar de nuestra democracia. Me alegré muchísimo cuando llegó la sentencia porque se demuestra que no necesariamente lo que se dice en un principio acaba igual al final. Mi relación con él es cordial, como ha sido siempre. Y él dirige un partido y toma decisiones de con quién pactar. ¿Que nos sorprende? Claro. Es que el PP le pidió ocho años de prisión.
"El PP tiene que demostrar la voluntad de negociar con el PSPV; me alegraría que hiciera algún gesto real"
-¿Y entiende el desapego con el PSPV después de que le obligaran a salir?
-Creo sobre todo en la humanidad. Y eso lo entiende todo el mundo y quien no quiera entenderlo es que vive en otro planeta.
-¿Qué le parece el acuerdo de estabilidad ofrecido por Bielsa al PP en la corporación?
-Es que cuando no queremos pactar, lío; y cuando queremos, también. Nadie leyó el detalle de las cinco medidas que propuso Bielsa, y yo que he sido presidente de la Diputación y sé que aquello es una institución muy particular, creo que cualquier alcalde estaría de acuerdo con ellas. Hizo lo que se ha hecho siempre en la Diputación, que es que llega un momento en el que hay que sentarse. No sé, tampoco dijo nada de otro mundo. Borja Sanjuán hizo algo parecido en el Ayuntamiento de Valencia y no pasó nada.
-¿Ve a Bielsa siguiendo al frente del PSPV provincial?
-Hombre, si él quiere, ¿por qué no? Él le dedica 24 horas al partido y a las agrupaciones y va por todas partes. Si quiere, pues claro que podría ser. Supongo que lo dice por las batallas internas, los ruidos de sables y estas cosas que suelen aparecer. Yo veo que en el PSPV hay que apuntalar liderazgos, hay que apuntalar proyectos y hay que apuntalar ideas, no listas y cargos. Y todo lo demás forma parte del día a día. Pero no hay que perderse de lo importante. Tenemos una líder, como es Diana Morant, a la que hay que apuntalar. Al igual que el proyecto. No estamos en un momento tranquilo en el que puedes pensar que te vas a quedar una temporada en la oposición. Es que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento y tenemos que estar activos y preparados porque de un día para otro se da la vuelta. El proyecto socialista es el que está llamado a continuar en el gobierno y no podemos perdernos en otra cosa. Es muy humano y entretenido, pero es el inframundo nuestro.
-¿Cómo valora precisamente el liderazgo de Diana Morant? Existen críticas por su falta de presencia en la Comunitat Valenciana y, por ende, cierto desconocimiento del día a día de lo que aquí sucede.
-Diana está trabajando mucho. Y es difícil porque está en un mundo en el que se cuentan las recepciones y las fotografías. Ella entiende más la gestión y a veces es incompatible estar siempre en el candelero público con poder sacar cosas. Es ministra, tiene sus obligaciones y hay que verlo con naturalidad. Es consciente de todo, sabe que no puede disparar a las cosas del día a día. Pero cada vez que viene, en sus actos no falta nadie. Lo que está haciendo es ir construyendo el proyecto. Y me gusta porque lo hace de una manera muy discreta. Un día se verá que está hecho el edificio y hay quien se preguntará cómo ha aparecido. Sabe perfectamente que hay que tener un partido preparado y sabe perfectamente las dificultades que tiene. Pero también que tiene que hacer lo que le toca calladamente y sin focos.
"Diana Morant está haciendo lo que toca sin focos; sabe que hay que tener un partido preparado porque puede pasar cualquier cosa"
-¿Es el momento de que el PSPV sea el escudo de Pedro Sánchez?
-El PSPV es el partido socialista y lo que tiene que ser es el escudo es de la gente que no puede conseguir una vivienda, que quiere una mejor Sanidad o que necesita ayuda. Evidentemente, nuestro mejor activo en este momento es Pedro Sánchez, que es quien está llevando a cabo esas políticas. Eso no significa que vayamos a estar de acuerdo 100% y que sea todo dogma de fe como una religión. Pero las políticas que nosotros queremos las hace el presidente del gobierno. Y es normal que las compartamos y las defendamos.