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el joven turco / OPINIÓN

Tópico 23

Foto: KIKE TABERNER
2/01/2023 - 

‘Es difícil predecir con certeza lo que esperamos en el 2023, ya que depende en gran medida de factores que están fuera de nuestro control, como la evolución de la pandemia de COVID-19, los cambios políticos y económicos y otros acontecimientos imprevistos. Sin embargo, a pesar de estas incertidumbres, hay algunas cosas que podemos esperar en el 2023.

Uno de los principales desafíos a los que nos enfrentaremos en el 2023 será la continuación de la pandemia de COVID-19 y sus efectos en la salud y la economía. Aunque esperamos que la vacuna esté disponible para la mayoría de la población en el 2023, es probable que la pandemia continúe afectando a la vida cotidiana de las personas y las empresas. También esperamos que el 2023 sea un año en el que se sigan tomando medidas para fortalecer los sistemas de salud y reducir la vulnerabilidad de las personas ante futuras crisis de salud.

Otra cosa que podemos esperar en el 2023 es el continuo cambio y evolución de la tecnología. Es probable que veamos un mayor uso de la inteligencia artificial y la automatización en la industria y el hogar, y también esperamos que la tecnología se utilice cada vez más para solucionar problemas globales, como la lucha contra el cambio climático.

En el plano político, esperamos que el 2023 sea un año en el que se sigan luchando por la justicia y la igualdad en todo el mundo. Esperamos que se sigan tomando medidas para abordar la discriminación y la desigualdad de oportunidades, y para garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios esenciales como la educación y la atención médica.

Foto: HOSPITAL DE MANISES

En resumen, es difícil predecir con certeza lo que esperamos en el 2023, ya que depende en gran medida de factores que están fuera de nuestro control. Sin embargo, podemos esperar que el 2023 sea un año en el que se continúe luchando contra la pandemia de COVID-19 y sus efectos, en el que veamos un mayor uso de la tecnología para resolver problemas globales y en el que se sigan luchando por la justicia y la igualdad en todo el mundo.'

Yo no he escrito ni una sola palabra de lo que han leído. Lo ha hecho ChatGPT la inteligencia artificial que pone a golpe de pregunta asustarte o ilusionarte con su propia existencia. Cada uno puede sacar sus conclusiones sobre la calidad del resultado. Yo soy de los que piensan que no sustituirá a la creatividad, aunque los discursos y artículos vacíos han encontrado su forma de ser fabricados, que no escritos, en masa. Y a alguno eso puede inquietarle con razón.

Pero lo interesante de esta herramienta es, precisamente, que nos permite mirar a lo común. Ver en una capa superficial lo que conformamos entre todas y todos. Por eso de entre todos los artículos de refrito que puedes leer estos días este, el que escribe una maquina buceando en esta enorme base de datos que es nuestro mundo, es el más interesante.

Porque esta inteligencia funciona como relator a tiempo real de nuestro momento. Dice lo que entre todos le enseñamos, inconscientemente, que debe decir. Y su respuesta es precisamente valiosa porque es tópica. Aunque las grandes historias que esperamos son aquellas extraordinarias, nada es tan importante como lo que es ordinario. Y esto es lo que nos muestra ChatGPT; la respuesta esperable o la comúnmente aceptada. Y por tanto la que nos representa mejor a ‘grosso modo’. Incluso a aquellos que no se reconozcan en lo escrito. Es un espejo donde vemos el colectivo.

Foto: TARA WINSTEAD/PEXELS

Y a dos de enero de 2023 somos quienes se han enfrentado a una pandemia y que, en el temor, han reconocido el valor de mejorar nuestra sanidad, también mantenemos la fe en el progreso tecnológico que se ha ganado sustituir con la razón a los dogmas religiosos como faro al que dirigirnos y al que confiar los problemas existenciales o que ponen en riesgo nuestra existencia como el cambio climático. Y, sobre todo, estamos motivados por el deseo de justicia e igualdad, de no discriminación y la universalización de los estados de bienestar. Somos, con todas nuestras imperfecciones, la sociedad del ‘consenso progre’. Y menos mal. También somos la intranquilidad, pero con respuesta esperanzada. Todo ello pese al espacio de privilegio comunicativo que ocupan los cenizos, inasequibles al desaliento, error tras error.

Por eso este segundo día del 23 en este reflejo nos vemos mejor reflejo de lo que nos cuentan los programas de mañanas en la televisión o, al menos, nos lo proponemos como deseo de año nuevo. Y como todos los que esta semana se apunten a aprender inglés o al gimnasio, probablemente no habrá milagros o estará por demostrar la constancia, pero por el camino de querer ser mejores seguro que algo lograremos.

Gracias por los buenos propósitos, porque construyen los buenos años.

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