Toshiro Mifune es Obi-Wan y Jodie Foster, la princesa Leia: ‘Star Wars’ pudo ser mil cosas

VALENCIA. Jodie Foster pudo interpretar a la princesa Leia, estuvo entre las candidatas; Al Pacino, a Han Solo; Toshiro Mifune, a Obi-Wan Kenobi; incluso se planteó la posibilidad de que La Guerra de las Galaxias estuviera protagonizada sólo por actores japoneses. El universo de Star Wars es múltiple y sus posibilidades, casi infinitas. El próximo viernes 18 de diciembre se estrena en España la séptima entrega de la saga galáctica, una película en la que sólo creyó en su día Steven Spielberg y que ahora está considerada como el estreno más seguro del año. Cuentan que su director y guionista, George Lucas, tras la primera proyección en pruebas de La Guerra de las Galaxias en 1977 hablaba despectivamente del largometraje diciendo que había hecho "una película de Disney". Ahora Lucas podría decirlo tranquilamente porque el filme arriba de la mano de la todopoderosa multinacional, propietaria de los derechos tras una operación multimillonaria, que para la ocasión ha decidido echar el resto en una apuesta milimétricamente diseñada.

Con motivo del estreno, las librerías y estanterías de centros comerciales se llenan estos días con objetos de coleccionistas, productos de merchandising puro y duro, y libros de autores y especialistas sobre el mundo de los jedi y el Imperio. Uno de estos llega de la mano del valenciano Pau Gómez quien ha escrito y coordinado un texto, Star Wars. Memorias de una galaxia muy lejana (El Búho de Minerva), en el que además se rinde tributo a este fenómeno cultural que transciende generaciones y culturas y que es, para bien o para mal, uno de los hitos del cine del último medio siglo. Directores como Guillermo del Toro, Álex de la Iglesia, Juan Carlos Fresnadillo, Juanma Bajo Ulloa o los valencianos Pablo Llorens y Paco Roca, se dan cita en un volumen que resuelve misterios, descubre secretos y fija la realidad de la leyenda de una saga que parece condenada a vencer a su propio mito.

Desde anécdotas cómo los repartos alternativos, los argumentos que se manejaron, o detalles como que los gruñidos de una morsa y de un oso pardo mezclados son el sonido de Chewbacca, hasta hechos tan significativos como que fue la presión de los fans la que modificó el título de El retorno del Jedi, el libro de Star Wars. Memorias de una galaxia muy lejana contribuye a dar luz sobre las raíces de una saga que tiene ahora nuevo episodio, El despertar de la Fuerza. Dirigida por el televisivo J. J. Abrams, la séptima entrega de la serie puede ser el definitivo taquillazo que le consagre como el heredero natural de Lucas y Spielberg. Lo tiene fácil. Con millones de fans de todo el mundo aguardando, ansiosos de más andanzas galácticas, Abrams se ha sumado a la historia de una saga cuya gestación es casi tan amena como los filmes que la componen.

A la espera del estreno y como complemento al mismo, el libro de Gómez, que se presenta este viernes 11 de diciembre a las 19.30 horas en el Palacio de Colomina de Valencia, se revela como un aperitivo o postre más que oportuno. Gómez, que estará acompañado de Bajo Ulloa y Llorens, así como de su editora Susana Alfonso, desgranará las claves de este ágil tratado en el que el crítico valenciano, director de programas como Pati de butaques o Cinema 9 en la desaparecida Ràdio 9, repasa las andanzas que se han sucedido durante los seis rodajes, especialmente los de la trilogía original, y que constituyen de por sí una lección de cómo se hace cine. El libro está lleno de momentos divertidos, como ‘la venganza de los Ewoks’ durante el rodaje de El retorno del Jedi, así como un número considerable de anécdotas en torno a las tres primeras películas que se grabaron (los episodios IV, V y VI). Los constantes problemas se contraponen con la aparente apacibilidad de la precuela que fue un fracaso de crítica y con una taquilla muy por debajo de las expectativas.

Star Wars. Memorias de una galaxia muy lejana aúna la erudición con la contención, a lo que hay que unir el valor de aportar documentación no online, hechos, declaraciones e historias, que en muchos casos fueron publicados en su momento pero que corrían el riesgo de ser devorados por el olvido digital. “Tengo montón de cosas de la época, revistas de entonces que ahora no se pueden encontrar en ningún sitio”, comenta el crítico valenciano. Textos que dan fe de cómo Lucas estaba creando casi sin querer una iconografía que sería paradigmática del cambio de siglo. “Incluso el propio creador del mito está sobrepasado. Me parece una idea fabulosa, que un mito que pertenecía a una persona pase a manos de los aficionados”, comenta Gómez.

Algo que en cierto modo sorprende si se tiene en cuenta cuán duros fueron los inicios de la saga. “El rodaje del primer Star Wars ha pasado a ser uno de los más tortuosos”, recuerda Gómez. Actores que no se comunicaban con el director, la constante indolencia de una Carrie Fisher politoxicómana, las dificultades para encontrar un Han Solo hasta que apareció Harrison Ford, los problemas climatológicos que retrasaron el rodaje… “El Imperio Contraataca estuvo a punto de cancelarse por falta de dinero. Después, con la primera trilogía, los episodios I, II y III, Lucas hizo unos productos perfectos, embalados, muy poco dados a los riesgos, lo cual le quita mucha magia. De La amenaza fantasma, la primera película de esta trilogía, lo cambiaría todo menos Darth Maul, y dejaría a Liam Neeson; La amenaza fantasma es por momentos ridícula. De la segunda, cambiaría los primeros 80 minutos. Y la tercera es la más digna. Empieza muy bien, aunque es cierto que tenía un final muy cantado, con la conversión del joven Anakin Skywalker en Darth Vader. Por cierto, Spielberg dirigió el duelo final en Mustafar”, revela Gómez.

La cuestión principal que está por dirimir es si El despertar de la Fuerza estará a la altura de la trilogía original, una saga de películas que marcaron indeleblemente la infancia de miles de cinéfilos y que permanecen como Rosebuds emocionales, al margen de su calidad intrínseca. “Las películas que me fascinaron de pequeño y por las que soñé hacer cine algún día están más cerca de Cortocircuito de que Hal 9000”, confiesa el director Paco Cabezas en el libro. “¿Significa eso que estas películas, por ser más infantiles, son peores?”, se pregunta antes. “Por supuesto que no”.

¿Qué lugar ocupará esta séptima entrega en el corazón de los aficionados? Eso es algo que ni Gómez se atreve a vaticinar. “Los pocos que la han visto se deshacen en elogios. Spielberg ha dicho que puede ser la película más taquillera de la historia, pero puede que esos elogios sean sólo publicidad”, comenta. Por eso, Gómez, aunque tiene buenas expectativas, no esconde que también reparos. Y es que recuerda que El despertar de la Fuerza es tan solo la quinta película de Abrams, más conocido por sus series de televisión como Alias o Perdidos. “Es cierto que Spielberg ya había hecho alguna obra maestra cuando rodó su quinta película, pero… Si tengo fe en esta entrega y en Abrams es más por él como guionista que como director”, dice el crítico valenciano. “Para mí es una incógnita, aunque tengo muchas más esperanzas que con Lucas”, admite. 

Y es que, sobre todo, Gómez y sus compañeros de viaje lo que evocan y aspiran a recuperar es el encanto del cine de aventuras infantil que representa Star Wars, el cine como juego. “La magia es que en aquella época tan pesimista [los años setenta] de repente llegó una película donde todo era muy luminoso, un espectáculo visual que además era una combinación de géneros maravillosa, del culebrón al cine de samuráis”. Una película que, como bien apunta Guillermo del Toro en el prólogo, es una historia americana 100%. De hecho hay alusiones a la Guerra de Independencia de Estados Unidos, que tuvo lugar entre 1775 y 1783, en detalles como que la inmensa mayoría de los actores que interpretan a personajes de la Alianza Rebelde son estadounidenses, mientras que los roles del imperio son encarnados por intérpretes de origen británico. “Si te pones a mirar con lupa, hay más; tiene tanta cosa metidas, que podía haber salido una cosa terrible pero salió una maravilla”, dice Gómez. Una maravilla a la que no duda de que le quedan muchos años (“no descarto que Disney haga más capítulos más allá de las tres trilogías”) y que para él tendrá siempre su cénit en una secuencia concreta de toda la saga: “La secuencia de ‘Yo soy tu padre’ en El imperio contraataca. Creo que es la cima, la que mejor refleja que es un culebrón. En la mejor película, el mejor tramo… y eso metido en un largometraje familiar”, reflexiona. Mérito tuvo. De eso ya no le cabe duda a casi nadie.