VALÈNCIA (EFECOM). El número de trabajadores afectados por un expediente de regulación de empleo (ERE) en 2023 se redujo un 38,5 %, hasta los 181.139, caída generada principalmente por las suspensiones de contrato, en tanto que los implicados en un despido colectivo aumentaron un 50,8 %.
Según los datos del Ministerio de Trabajo publicados este viernes, el año pasado un total de 3.796 empresas ejecutaron 5.063 procedimientos de regulación de empleo de algún tipo, cifras que se han reducido un 38,5 % y un 41,7 %, respectivamente.
Fueron las suspensiones de contrato las que afectaron a un mayor número de trabajadores (135.718), seguidas por los despidos colectivos (36.505) y las reducciones de jornada (8.916).
Sin embargo, comparados con los datos de 2022, fueron precisamente las suspensiones de contratos las que más redujeron el número de implicados, con 100.596 trabajadores afectados menos (42,6 % menos), seguidos por las reducciones de jornada, con 25.257 menos (73,9 % menos).
Los despidos colectivos, por su parte, aumentaron el número de afectados, con 12.290 trabajadores más (50,8 % superior).
Respecto a las causas aludidas por las empresas, la mayor parte de los trabajadores se vieron afectados por expediente motivados por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP), con 168.198 empleados que, no obstante, supusieron un 40,2 % menos que en 2022.
Sólo 12.941 fueron incluidos en un expediente de regulación de empleo por causa mayor, un 4,9 % menos.
La mayor parte de los trabajadores afectados por estas medidas fueron hombres, con 134.577 (75.728 menos que en 2022), en tanto que 46.562, mujeres (37.835 menos).
Por regiones, el mayor número de afectados se encontraba trabajando en Cataluña (37.281), seguido por la Comunidad Valenciana (29.670), Madrid (15.595) y Andalucía (15.136).
La gran mayoría de los trabajadores afectados se encuadraba en los sectores industrial (122.373) y de servicios (53.497), siendo además los que más se redujeron el número de implicados en 2023, un 36,7 % y un 44,1 %, respectivamente.
Por su parte, la construcción disminuyó un 20,8 % el número de afectados, hasta los 3.321, mientras que el sector agrario aumentó el suyo, un 41,1 %, hasta los 1.948.
Por tipo de procedimiento, los trabajadores de la industria estuvieron más frecuentemente incluidos en una suspensión de contrato, mientras que los de los servicios se repartieron casi a partes iguales entre la suspensión y el despido colectivo.
Por actividad y tipo de procedimiento, destacan los 109.284 trabajadores afectados por una suspensión de contrato en la industria manufacturera, que, no obstante, fueron un 40 % menos que un año antes.
Ya de lejos, llaman la atención los 7.132 empleados también en la actividad manufacturera que formaron parte de un despido colectivo (22,6 % más), y los 6.272 del comercio implicados en un despido colectivo.
Esta tendencia al alza de los ERE se dan en un contexto de anuncios de procesos de regulación como los planteados por empresas como Telefónica, Ford, Holaluz, Bayer o Sabic.
Aunque fueron las empresas pequeñas, las de menos de 10 empleados (microempresas), las que más de estos procedimientos presentaron, sobre todo suspensiones de contratos, el mayor número de afectados trabajaba en compañías mediana, de entre 50 y 249 empleados.