VALÈNCIA. Hasta tres empresas optan a gestionar la cafetería del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), un proceso que ha resultado más complicado de lo previsto para el museo pero que próximamente se resolverá con la adjudicación a una de las compañías interesadas. El camino se inició el pasado mes de octubre, cuando el museo anunciaba el inicio de un nuevo proceso de selección de gestor para la cafetería, una noticia que sorprendía, pues apenas hacía un año que la empresa Eurest Colectividades S.L. se había puesto al frente del servicio de restauración de la pinacoteca. Aunque el contrato era de cuatro años con posibilidad de dos prórrogas de un año, la empresa – que también gestiona las cafeterías del Museo Nacional de Arte de Cataluña o de los Caixafórums de Madrid y Barcelona- alegó “desequilibrio financiero” para atajar un contrato que próximamente tendrá una nueva firma.
Estas tres empresas resultan de un procedimiento negociado donde el IVAM debía invitar al menos a tres empresas del sector, un segundo paso después de que el plazo de recepción de ofertas finalizara desierto, sin ninguna empresa interesada por ponerse al frente del servicio. En esta ocasión se contempla un nuevo contrato por cuatro años con un importe de 90.000 euros en total (81.818,18 euros sin impuestos). La marcha de la empresa hasta ahora encargada de gestionar la cafetería no es la única relación que ha terminado en el museo antes de tiempo. Hace apenas unos días que se daba a conocer que la librería Dadá, que desde hace dos años operaba en el museo, tomaba la decisión de finiquitar su contrato con el IVAM, centrándose en el espacio con el que cuenta en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM).
En este caso, sin embargo, el museo dirigido por José Miguel G. Cortés ha optado por no sacar a concurso la gestión de la librería y derivar la venta de catálogos a la tienda online. Con esto, el museo descarta cubrir el hueco dejado por Dadá con un nuevo negocio, aunque esto no quiere decir que la sala quede vacía. La librería se convertirá así en un espacio multidisciplinar dedicado a actividades, una transición que no es nueva en el museo. Hace apenas dos años, cuando el restaurante La Sucursal dejó el IVAM para trasladarse al Veles e Vents, el museo transformó el espacio de restauración en el actual IVAMlab, donde se desarrolla una programación propio de conferencias o talleres.
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