Muy cercanos a Benissa, se encuentran Refugio Marnes y Caballito de Mar, nuestros últimos descubrimientos en materia de alojamiento eco-chic.
Seguimos descubriendo las bondades de la Comunitat Valenciana, que no son pocas. Muchas veces no hace falta irse lejos para descubrir paraísos cercanos, esos que ni siquiera sabías que existían a tan pocos kilómetros de casa. Así que hoy vamos a hablar de dos descubrimientos, dos hotelitos en plena Costa Blanca, pero alejados del mundanal ruido.
El primero de ellos es Refugio Marnes, un espacio que reescribe lo que tenemos entendido por casa rural. Este espacio es el sueño de Richard Steenblik y Willem Pieffers, dos holandeses que pensaron que las cosas se podían hacer de otra forma. “Hace más de veinte años que soñábamos con un sitio en plena naturaleza donde la gente pudiera dejar atrás sus vidas llenas de estrés”, cuenta Willem a Guía Hedonista. Parece algo nuevo, pero por aquel entonces el estrés ya hacía mella en todos.
Llegaron a España y fue entonces cuando dieron con la localización, en plena naturaleza y en las montañas de Alicante. Lo que fuera una antigua casa de labranza con sus establos y bodega, hoy es su agroturismo eco chic. Habían encontrado el sitio perfecto para materializar su idea. “Pensábamos en un sitio con un diseño diferente, respetando el entorno y con alojamientos que están bien integrados en su entorno natural”, recuerda. Lo consiguieron. La paz, el silencio, la tranquilidad... se tradujeron en un lugar mágico, con distintos espacios en los que relajarse de verdad.
Cuentan con La Finca, con tres habitaciones que unen lo rústico y lo elegante a la perfección en la primera planta, Los Establos, con otras tres habitaciones a pie de suelo en los antiguos establos, bodega y corral y la Finca Iris, una casa completa típica mediterránea con dos habitaciones completas y un anexo con más espacio. Por si fuera poco, incorporaron también la opción de glamping con La Jaima, una auténtica tienda beduina completamente amueblada y con un encanto difícil de igualar. ¿Lo común a todas ellas? Sus piscinas verde esmeralda rodeadas de la más encantadora naturaleza salvaje y desayunos preparados con producto de temporada y local.
La experiencia de Richard en restaurantes le ha llevado también a ponerse frente a las cocinas de Refugio Marnes, dos veces por semana, en lo que han llamado 'mesa rural', un disfrute en forma de comida casera y saludable, acompañada por vinos naturales de la Comunitat Valenciana, como los de Bodegas Xaló.
Más allá del disfrute hedonista, en Refugio Marnes son abanderados del turismo sostenible y trabajan con ahínco para ser la casa rural más verde y sostenible del país. “Intentamos ser embajadores de la energía fotovoltaica, trabajando con un sistema que nos facilita 98% de la luz que necesitamos”, explican. Allí no han llegado los postes de luz y toda la energía que necesitan la cogen del sol de “esa fuente inagotable de energía”, como ellos la denominan. Reciclan las aguas y todos los residuos y cuentan con un sistema de recogida de aguas pluviales.
¿El plan perfecto allí? Ver la vida pasar, aprovechar para practicar senderismo, cicloturismo y hasta escalada o escaparte a los cautivadores pueblecitos de Llíber, Benissa o Gata de Gorgos.
Más cerquita del mar, pero también en las montañas, se encuentra Caballito de Mar. También han cumplido dos décadas de vida, veinte años que lo han convertido en lo que es hoy “un pequeño pedazo de paraíso para nuestros huéspedes, a la vuelta de la esquina”, explican Anna y John, el matrimonio creador de este idílico espacio, que tras haber viajado por todo buena parte del mundo y vivido en diferentes países de Europa, ahora llaman hogar a nuestra comunidad. “La ubicación en la costa norte de la Costa Blanca y en las colinas sobre los pueblos de Benissa y Moraira, hacen que sea perfecto para huéspedes de todas partes”, recalcan.
Así se describe Caballito de Mar, un hotel boutique de tan solo 9 habitaciones donde no falta detalle, todo ello con un toque ibicenco y mediterráneo. “El hotel el resultado de la sensación zen que se obtiene cuando uno entra por las puertas. Zen es intuición, relajación, calma, energía, espíritu, felicidad, amor” afirman y continúan “la vista sobre la costa y el montañas desde el hotel te deja sin aliento, y con eso como un base, todo en el hotel está diseñado para realzar esa sensación; ya sea los edificios en sí, las habitaciones, el estilo y la decoración y hasta la gente que trabaja allí.”
Con esta filosofía han levantado un lugar al que llegas y del que nunca te quieres ir. Con distintas tipologías de habitaciones, con camas king size, vistas hacia el mar o a la montaña y una de ellas hasta con un jacuzzi en la terraza. La piscina y sus fabulosos desayunos son otros de los alicientes. Para empezar el día, además de disfrutar de su buffet con quesos, embutidos, fruta de temporada y bollería, proponen suculentas creaciones a la carta como shakshuka al estilo turco, tostada de aguacate y huevo pochado o salmón con pan de masa madre, bowls de avena y tortitas.
¿Es Caballito de Mar para ti? Tanto si eres de los que buscan relax, como de los que no paran quietos, este lugar tiene algo para satisfacerte. “Muchos vienen por unos días de relax total; toman un desayuno fantástico y luego desaparecen en uno de los muchos rincones escondidos y apartados alrededor del hotel, al sol junto a la piscina o a la sombra de una palmera. Leen, escuchan música, charlan y duermen...”, apuntan.
También los hay que “vienen por las actividades y la acción alrededor del hotel. Ya sea yoga, golf, senderismo, escalada, ciclismo, deportes acuáticos de todo tipo, paseos en barco, etc. Todo está disponible a unos 10-20 minutos en coche desde Caballito de Mar. Y, por supuesto, estamos también cerca de algunos fantásticos restaurantes y vida nocturna”, explica Anna. Desde Caballito de Mar trabajan con diferentes empresas para facilitarte todas las actividades, como el alquiler de bicicletas, las clases de buceo de Scuba Moraira o la posibilidad de apuntarte a algún deporte acuático en Las Antípodas en Les Basetes.
¿Su mayor deseo? “Queremos que nuestros invitados vengan una vez y luego volver otra vez, porque hemos sido capaces de dar una estadía fantástica, un poco de felicidad y unos días en el paraíso”, terminan. Y lo consiguen con creces.