El texto promueve que las promotoras compensen -como mínimo- con un abono para el año siguiente para salvar su economía
VALÈNCIA. Aunque ya se suceden las primeras propuestas para rescatar a las industrias culturales en general y al sector musical en particular, las reacciones a las ayudas específicas del Ministerio de Cultura a los trabajadores y trabajadoras de la música parecen resultar, a todas luces, insuficiente. La música tiene un España un fuerte carácter estacional, y primavera-verano de esta temporada parece que se va a quedar en nada o en muy poco, ya que la gran mayoría de festivales están aplazando o suspendiendo sus fechas o a bien entrado el otoño o directamente a 2021. Mientras, la incertidumbre del cuándo, cuánto (aforo) y cómo hace imposible que las salas y las iniciativas más pequeñas puedan preveer y prepararse para poder salvar el verano musical. Esta situación afecta de lleno a las bandas, a los y las técnicas, a las promotoras y a las empresas de booking, comunicación, management, etc.
Turisme Comunitat Valenciana, a través de su marca Mediterranew Musix, está liderando la interlocución con la industria en la Comunitat para impulsar algunos de los cambios legislativos que a finales de marzo pidieron las principales asociaciones de música en directo. Una de las más avanzadas es la regulación de la fuerza mayor y la regulación de una cancelación 'sostenible' de festivales y actividades culturales.
En una carta enviada a la Conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública, Turisme Comunitat Valenciana proponen alternativas a tener que devolver el importe de la entrada para salvar la economía de los festivales. La legislación actual obliga a las promotoras a devolver el importe total de las entradas si el evento se cancela. Las festivales no saben aún cuál va a ser la respuesta del Gobierno para afrontar la ola de cancelaciones (el ministro simplemente dijo el pasado 5 de mayo "Decidiremos en su momento", a pesar de que el momento ya está sucediendo). Tal vez les permitan celebrar su edición, pero, por ejemplo, las promotoras plantean qué pasa con el cartel si hubiera una parte importante de los artistas internacionales que no puedan viajar.
La propuesta de los festivales, recogida por Turismo es clara: regular la "fuerza mayor" para que las empresas puedan ofrecer, de manera prioritaria, que el abono ya comprado sirva para una futura edición. Tiene que haber, eso sí, unas condiciones: que el evento agendado de nuevo, o la siguiente edición, se realice finalmente en unas condiciones de calidad, programación y ubicación similares o superiores a las previstas para el evento cancelado; que la nueva entrada sea de igual valor o superior y tenga implícitos los mismos derechos que el título original; que el evento se reprograme en una fecha que no puede exceder en 13 meses desde la fecha de cancelación anunciada; y que la emisión de la nueva entrada, por la que se canjee el bono o vale no implique ningún gasto de gestión adicional para el consumidor.
Esto supondría un alivio a los festivales, que podrían mantener cierta liquidez para organizar estas ediciones aplazadas o canceladas el próximo año, con la ayuda de las personas que quieran mantener su entrada. La idea principal "es la de que sea un win-win", explican fuentes de Conselleria, y que "los festivales también sean sensibles para aportar descuentos o ventajas extras para la persona que decida mantener su entrada y su apoyo al evento". Algo similar opina, Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana (desde la que ya están estudiando el texto propuesto): "Es comprensible este planteamiento y esta necesidad de los festivales, aunque es importante asegurar que esta situación no la acabemos pagando los de siempre, que somos los consumidores. Los festivales tienen que asegurar que, ante todo, una persona no va a perder ni su dinero ni sus derechos como consumidor", explica a Culturplaza.
El texto legislativo propone estas condiciones solo en ocasiones de fuerza mayor, "durante la vigencia de un estado de alarma y/o durante la fase de la desescalada del mismo", y afectaría a cualquier "evento cultural, artístico, deportivo o recreativo no pueda llevarse a cabo, en condiciones normales de mercado", por lo que esta medida no sería exclusiva para los festivales de música. Esta norma es una propuesta a la Conselleria de Justicia, que -a través de la Subsecretaría de Seguridad y Emergencias- está tramitando un decreto que desarrolla la Ley 14/2010, de 3 de diciembre, de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos.
Turisme Comunitat Valenciana también quiere impulsar otras alternativas, como la reventa ética (aún por regular) que consiste en que sea la propia promotora del festival la que ponga en reventa la entrada de aquellas personas que soliciten la devolución del importe gastado y los primeros abonos vendidos para la próxima edición sean precisamente los que hayan sido rechazados por los consumidores. De esta manera, el consumidor o consumidora se asegura recibir el 100% de la entrada con todas las garantías pero el festival no pierde esa liquidez en la salida y entrada de dinero.
En todo caso, según explican desde Turisme Comunitat Valenciana, cualquier cambio tiene un claro condicionante: siempre prevalecerá y se protegerá a la persona que, por cualquier motivo, prefiera el reintegro del importe gastado.