Las regiones industriales obtienen las retribuciones por jubilación más altas de España, mientras que las comunidades mediterráneas presentan las más reducidas.
VALÈNCIA. La pensión media de jubilación superó en la Comunitat los 1.057 euros en febrero de este año, un dato que refleja un crecimiento del 33,2 % solo en la última década. Así se desprende de las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Seguridad Social, que ya incluyen la revalorización del 0,9 % aprobada por el Consejo de Ministros y que, sin embargo, confirman también a la autonomía valenciana como una de las cinco regiones con menor retribución por jubilación de España. Un escenario que, además, se observa año a año desde al menos 2008.
“El sistema español de pensiones es uniforme para todas las regiones y su cálculo es idéntico para todos los ciudadanos”, explica Javier Alonso, economista principal de la Unidad de Sistemas Financieros de BBVA Research, quien subraya que esa desigualdad entre autonomías depende, en gran medida, de cuáles sean los sectores productivos más relevantes en cada comunidad. “Aquellas áreas donde predomina la industria, como País Vasco, Asturias o Madrid, han pagado tradicionalmente salarios mejores y más regulares a sus trabajadores”, confirma.
De hecho, son precisamente esas tres regiones las que obtienen las pensiones de jubilación más altas de España, con una media de 1.423 euros en el caso vasco y de 1.395 euros en el asturiano. Todo lo contrario ocurre en las latitudes más mediterráneas, donde el sector mayoritario, fuertemente vinculado al turismo estacional, es el de los servicios y, por lo tanto, “sus cotizaciones han sido más irregulares”. Así, no es de extrañar que junto a la Comunitat Valenciana aparezcan Murcia (1.208 euros) y Andalucía (1.043 euros) como algunas de las autonomías con menor retribución media por jubilación.
También aquellas comunidades con mayor fuerza agraria tienden a presentar pensiones más bajas, ya que en su tejido productivo “existe una importante temporalidad y un nivel salarial inferior” al de otras ramas de actividad, mantiene Alonso. Ello ayudaría, de nuevo, a entender los datos de Andalucía, Galicia y por supuesto la Comunitat Valenciana, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) posee uno de los volúmenes de población ocupada asociados al campo más relevantes del país.
Además, otro de los factores que ahondan en estas diferencias es el número de autónomos jubilados, ya que durante su vida laboral pudieron escoger la base de cotización a la Seguridad Social más baja y ello conduce, mucho tiempo después, a unas pensiones más reducidas. En este sentido, de nuevo la Comunitat Valenciana posee más jubilados autónomos que, por ejemplo, la Comunidad de Madrid. Aun así, tal y como recuerda Alonso, esta situación no tiene por qué estar relacionada con los ingresos reales del autónomo, que pueden haber sido mucho mayores de lo que refleja su pensión.
En cualquier caso, y dada la importancia de los sectores laborales en las pensiones de jubilación, es complicado que se produzcan cambios a corto plazo que permitan, por ejemplo, mejorar considerablemente las cuantías recibidas en el caso valenciano. “Sería necesaria una modificación sustancial en la estructura productiva que debería mantenerse a lo largo del tiempo”, destaca Alonso, quien incide en que los efectos tampoco serían “inmediatos”.
Por otro lado, y según los datos del Ministerio, la pensión contributiva media de la Seguridad Social, que engloba también retribuciones como las de viudedad, orfandad o incapacidad permanente, superó por primera vez en España la barrera de los 1.000 euros, auspiciada por ese último incremento del 0,9 % aprobado por el Gobierno. Una cifra que, no obstante, todavía no se alcanza en la Comunitat Valenciana, que se encuentra por debajo de la media estatal y solo obtiene 928 euros, la sexta cantidad más baja de entre todas las autonomías.
Asimismo, la autonomía valenciana, como otras trece regiones españolas, no podría pagar sus pensiones solo con las cotizaciones de sus trabajadores en activo. “Es deficitaria por el balance demográfico, hay más esperanza de vida y menor tasa de natalidad”, sostiene Alonso, que también señala a la crisis económica como responsable de este escenario porque produjo un crecimiento de la tasa de desempleo y un descenso de las cotizaciones.
“El sistema, en su conjunto, no está equilibrado. Las cotizaciones que ha realizado cada persona no consiguen cubrir el conjunto de prestaciones que recibe de la Seguridad Social”, prosigue el economista de BBVA Research, quien explica que una de las fórmulas que permitirían acercarse a ese equilibrio apoyaría la tesis de que los ciudadanos "recibieran sus prestaciones en función de lo cotizado y con independencia de que después existan otros mecanismos” para que así “cada individuo pueda pagarse su pensión”.