Arturo Salvetti cerró La Gallineta, restorán en el que fuimos felices con sus gestos que eran expresiones limpias de la cocina de mercado más amable
A cambio, se encontró por el camino con Óscar Casasnovas, el barcelonés, menorquín y valenciano de adopción —por la de tiempo que lleva gestionando negocios de hostelería sitos en estas tierras— con quien ha abierto las puertas de Ultramarinos Huerta, en el Ensanche de nuestra ciudad.
Este ultramarinos que es ante todo, un restorán chisporroteante de tapas, aperitivos y vinos, se halla en el antiguo Coloniales Huerta que regentaba la familia de Andrés. La dupla ha mantenido la esencia informal de un espacio en el que la venta al público convive con mesas en las que llegan clásicos provenientes del Bar Congo —propiedad de Casasnovas— y recuerdos del recetario de La Gallineta.
Queremos comer y beber bien, y pensar lo justo. Que es fin de semana —o no, pero con actitud un martes huele a viernes— y a la conciencia le apetece indulgencia: Corte de ensaladilla Congo tuneada con bonito conservas Zallo, tortilla de patatas chip Lolita con cebolla pochada y jamón, canelón de pollo trufado con queso servilleta u otros platos en los que el Mediterráneo catalán, valenciano y balear está presente.
Ya dijimos que “colmado” es una palabra preciosa. Y bello es el contenido de este tipo de establecimientos. Razón para que un expositor refrigerado, bien a la vista, contenga salazones, quesos, embutidos y fiambres. En las estanterías, vinos de aquí y de allá, conservas y la firme idea de ampliar el número de referencias.