MADRID, (EP). El informe 'Educación en Ciencias de Computación en España' elaborado por Google, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y Everis, ha puesto de manifiesto que existe "un desconocimiento generalizado en la sociedad española" sobre qué son las Ciencias de la Computación y las materias engloban, siendo, según los expertos, una de las barreras críticas para entender su importancia y el valor de su aprendizaje desde edades tempranas.
En cifras, el documento destaca que el 82 por ciento de los padres y un 76 por ciento de los alumnos de entre 12 y 16 años no saben qué abarca este sector o las confunden con otros términos. Los autores han relacionado estos números con el hecho de que el 32 por ciento de los padres no vean adecuado que sus hijos, en su mayoría en enseñanza primaria, deban tener asignaturas relacionadas con esta ciencia en su currículum académico.
Para los expertos, esta opinión puede ser "fruto del desconocimiento" que les lleva a pensar que estas materias no son importantes, además de la convicción de que está relacionado con las tecnología y el uso de Internet y "tengan miedo a que sus hijos no hagan de ello un uso responsable". Además, hay padres que consideran estas materias "demasiado complejas y duras" para sus hijos.
Así, han defendido la enseñanza de ciencias de la computación en los colegios, desde edades tempranas, para evitar una "futura escasez de talento digital". Según han señalado, España está empezando a introducir la programación en sus currículo educativos, pero "aún no es suficiente", teniendo en cuenta, además de la comparativa con otros países de Europa, el crecimiento exponencial de estas tecnologías y su impacto en la transformación de la sociedad actual.
Concretamente, la presencia de las Ciencias de la Computación son "escasas" en el currículo escolar, según demuestra el informe. El documento señala que, tanto el uso de dispositivos digitales (5 por ciento en el caso de los alumnos de Primaria y 16 por ciento en el de los de Secundaria) como el reconocimiento de los lenguajes para programar (sólo un 24 por ciento conoce el Scratch como una herramienta de programación) es aún "testimonial" en los centros educativos del país.
En cuanto al papel de los padres, el informe subraya su rol como potenciales potenciadores o freno de las vocaciones computacionales. Así, el impacto del conocimiento y del apoyo de los padres se revela crucial para que los alumnos se interesen por estas materias. Como destaca el informe el 87 por ciento de los alumnos cuyos padres tienen una buena comprensión de la tecnología, están interesados en las Ciencias de la Computación, reduciéndose el porcentaje a un 58 por ciento en el caso de los niños cuyos padres carecen de menos formación o habilidades informáticas básicas.
Una vez iniciados los estudios de Ciencias de la Computación, se aprecia una significativa mejora de la percepción de los alumnos y su interés por la materia. El informe apunta que el 77 por ciento de los alumnos de entre 12 y 16 años que estudian estas materias quieren continuar.
En este sentido, el estudio indica que la barrera a superar es el escepticismo inicial por la percepción preconcebida de la complejidad de las CC mediante la promoción de iniciativas que acerquen sus contenidos a los estudiantes y faciliten su iniciación en este ámbito.
En cuanto a las diferencias por género, el caso de las niñas, queda de manifiesto un menor interés real por el estudio de estas ciencia, motivado en parte "por la incertidumbre que les generan y su relación con otros temas tecnológicos que no captan su atención, más cercana a temas relacionados con la comunicación y los aspectos sociales", según los expertos.
La influencia de los padres también impacta sobre la brecha de género ya que las niñas que estudian Ciencias de la Computación en mayor porcentaje que los niños (65% y 61%) lo hacen porque sus padres las apoyan. Por el contrario, las niñas que no las estudian, no lo hacen porque reciben menos apoyo de sus padres que los niños (12,9 por ciento frente al 23,9 por ciento para los niños).
Del mismo modo, los autores reflejan que las niñas, en un mayor porcentaje que los niños, perciben que sus padres piensan que "son más capaces de estudiar temas relacionados con Lenguas y Ciencias Sociales". Se trata de un 37 por ciento de las niñas, frente a un 15 por ciento en el caso de los niños.
Precisamente, romper esta brecha de género es una de las recomendaciones que los expertos han lanzado tras este estudio. Del mismo modo, señalan la importancia de mejorar los conocimientos que la sociedad, y sobre todo los padres y madres, tienen de estas ciencias. Este paso ayudará también a trasladar la importancia de estos conocimientos, así como a incentivar a los más jóvenes a estudiarlos.
Por otra parte, destacan la necesidad de llevar a cabo un marco de consenso para determinar la forma y el enfoque con que este sector debe entrar en la vida de los alumnos. A esto, según han apuntado los expertos, habría que añadir la ayuda a la colaboración entre expertos en Ciencias de la Computación y profesores.
Finalmente, los autores han destacado el aumento de las actividades extraescolares relacionadas con este sector y que, en su mayor medida, han sido puestas en marcha por fundaciones o asociaciones. Al respecto, han recomendado usar esta experiencia para poder trasladar de la mejor manera posible las materias a la educación obligatoria.
En el acto de presentación de este trabajo ha estado la Secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, quien ha apoyado la presencia de las Ciencias de la Computación en los colegios por la importancia "estratégica y fundamental" que este sector supone en la sociedad.
Del mismo modo, se ha referido a la brecha de género para puntar que, aunque en general hay más mujeres en las universidades, luego "desaparecen" a medida que se va subiendo en la escala de responsabilidad. "Las mujeres faltan en la ciencia y no se puede hacer ciencia sin tener todos los puntos de vista", ha concluido.
El estudio se ha realizado a través de 2.000 encuestas a padres y alumnos, entrevistas y grupos focales con directores, docentes y familias procedentes de ocho comunidades autónomas, así como un panel de expertos, que han permitido investigar las causas de la falta de vocaciones por el estudio de las Ciencias de la Computación.