El analista de XTB analiza las últimas actuaciones de dos de los grandes bancos centrales del mundo (Reserva Federal de EE UU y Banco de Japón), cuyas decisiones siguen condicionando la marcha de los mercados
MADRID. Volvió a suceder lo mismo de siempre. La semana pasada, que parecía clave para el devenir del futuro dentro de las políticas monetarias mundiales, fue tremendamente decepcionante en cuanto a las nuevas actuaciones que se preveían y que no estaban descartadas totalmente que se realizaran por parte del Banco de Japón (BoJ) y la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
El primero se esperaba que pudiera realizar algún movimiento hacia una mayor expansión monetaria; mientras que por parte de la FED que siguiera el camino hacia la normalización económica. Y es que ya son muchas las veces que se especula con posibles actuaciones por parte de los bancos centrales, y todas esas expectativas quedan eliminadas cuando la comparecencia de estos entes económicos se produce. Lo habitual es el inmovilismo o la sorpresa y ésta cada vez se genera menos y la tendencia es que siga esa dirección.
En resumen todo el trabajo parece quedar para el último trimestre del año. Nos centraremos principalmente en la FED -el BoJ parece encaminar su discurso hacia un gran trabajo bien realizado-, lo fructífero de sus actuaciones y las consecuencias negativas de seguir incrementando sus movimientos monetarios expansivos. Cada vez que se iba acercando la reunión iban bajando las probabilidades dentro de las encuestas sobre una posible subida de tipos. Y, de hecho, solo en este mes la probabilidad cayó un 15%.
El único camino que no estaba descontado por el mercado era la sorpresa, es decir, que se modificarán los tipos. Aun así el mercado terminó celebrando de nuevo el sedante que parece haber inmovilizado a la FED. Una institución que ha pasado desde principios de año de estimar cuatro subidas a llegar asegurar una segunda subida este ejercicio.
Recordemos que la FED realizó la primera subida de tipos de interés en diciembre de 2015 en la fue la única llevada a cabo en los últimos nueve años. En esta ocasión parece que será similar y que dejará el trabajo para el último tramo del año.
Prestando especial atención a los datos macroeconómicos -donde se focaliza la actuación de la Reserva Federal- debemos observar que lo único realmente preocupante para la FED a la hora de no subir tipos es que la marcha de la inflación es más elevada y se encuentra en máximos desde 2012.
A favor de los bancos centrales a la hora de tanta cautela -de dirigirse hacia la normalización monetaria y seguir abordando la política expansiva o en este caso inmovilista-, es que estamos ante una situación económica sin precedentes en lo que a inyecciones de liquidez en diferentes activos y de diferentes modos se refiere. De ahí que sea difícil un proceso acelerado y lineal, ya que es dependiente de la salud económica y también de los mercados financieros, aunque sea un tema tabú en las diferentes comparecencias.
Resumiendo: el inversor no puede estar condicionado por algo que no debe -al menos por el momento- preocuparle. Y ya son bastantes años en la misma situación donde siguen sosteniendo el mercado los de siempre.
Jorge López es analista de XTB