VALÈNCIA. El congreso federal del PSOE se celebra este fin de semana apenas un mes después de que los militantes decidieran en primarias reponer a Pedro Sánchez en el cargo que abandonó en octubre de 2016 tras perder la votación en el comité federal del partido sobre su hoja de ruta para la formación socialista. Así, tras la sorprendentemente holgada victoria que consiguió frente a Susana Díaz y Patxi López, llega el cónclave de su ratificación, presentación de la nueva ejecutiva y, en definitiva, de regreso con honores al pabellón de mando del PSOE.
Una batalla que, a menudo, se ha llevado a cabo presentando dos bandos fácilmente distinguibles: el del secretario general frente al de los llamados -un concepto muy madrileño que no gusta en las federaciones- barones regionales encabezados por Susana Díaz en Andalucía, seguida de cerca por Ximo Puig en la Comunitat Valenciana así como el resto de presidentes autonómicos que tiene el PSOE a excepción de Francina Armengol en Baleares, que apoyó a Sánchez en el cónclave.
Así, tras la victoria del madrileño, se empiezan a tomar decisiones que se alejan de los centros de poder autonómicos. Para empezar, Sánchez ha hecho hincapié en una de las premisas que venía marcada en su hoja de ruta y es que ningún secretario general regional ocupe un cargo en la dirección federal. Tampoco se prevé una gran integración -a tenor de los nombres que vienen facilitándose de la nueva Ejecutiva- en lo que se refiere al poder de los barones. Los 'sanchistas', de esta manera, que están ocupando los puestos, son en muchos casos los que plantaron cara a sus direcciones territoriales.
Es el caso de los socialistas valencianos, que tendrán en José Luis Ábalos, uno de los principales lugartenientes de Sánchez y crítico con la dirección de Puig, al tercer secretario de Organización procedente del PSPV de su historia. De la misma manera, también ocupará un lugar privilegiado el exeurodiputado y exalcalde de Buñol Andrés Perelló, también crítico con Puig, que se situará al frente del área de Justicia, Libertades y Nuevos Derechos del PSOE.
Respecto a la nueva Ejecutiva de Sánchez, precisamente Ábalos destacó este viernes que no se está configurando desde el punto de vista de la integración, sino bajo el objetivo de que sea "útil" y "efectiva". Según el próximo responsable de Organización, Sánchez quiere un equipo "en el que confiar" y no tener que estar vigilando "la cohesión" de dicho equipo. "Para asegurar la integración -puntualizó- hay otros órganos aparte de la Ejecutiva", comentó, una manera de recordar sutilmente que justamente el principio de la caída de Sánchez el pasado año se debió a la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la dirección, por lo que ahora es necesario un control preventivo mayor que en la anterior ocasión.
Por otro lado, Ábalos volvió a defender públicamente este viernes la posibilidad de una bicefalia en las federaciones autonómicas. "No hace falta que el secretario general en una CCAA sea también el presidente o el candidato porque son funciones muy distintas", explicó, en lo que parece un mensaje alto y claro para Puig, que aspira a ser reelegido el próximo mes de julio como líder del PSPV.
En esta línea, Ábalos destacó el "gran logro" de un Gobierno valenciano "decente" tras 20 años de PP: "Esto hay que preservarlo y no hay que afectarlo por los procesos orgánicos", remarcó, para dejar la puerta abierta a candidaturas alternativas. "Si uno cree que puede ayudar al partido lo que tiene que hacer es ofrecerse", subrayó, para después aseverar que si los afiliados "consideran que un secretario general debe ser presidente" así lo ratificarán.
Con estos mimbres el papel de Puig, que renunció a ser delegado en el cónclave, será a priori absolutamente mínimo en la cita. Así, fuentes socialistas apuntan a que acudirá a Madrid este sábado a última hora -tras recibir al Valencia Basket- y acudirá a la jornada del domingo cuando se procede a las votaciones de la dirección, proclamación de la misma y discurso de Pedro Sánchez.
En la jornada previa es donde los delegados trabajarán en las distintas comisiones cuyos dictámenes se someterán a lectura y ratificación. Al margen de cuestiones relacionadas sobre la participación, uno de las enmiendas interesantes introducidas desde el sector de Ximo Puig, va dirigida a que se permita a cada federación organizarse por provincias o comarcas según su propio criterio. Una circunstancia que, precisamente en el PSPV, va dirigida a disolver las provincias y recuperar la organización comarcal; una maniobra que desde el entorno de Ábalos se atribuye a un intento de neutralizar una estructura orgánica que los afines a Puig no controlan.
En este sentido, una de las cuestiones que viene poniéndose sobre la mesa internamente desde el sector de Puig, es la de rediseñar la estructura del PSPV incluyendo unas vicesecretarías o delegaciones provinciales dentro del organigrama. Una posibilidad que tampoco agrada al sector de Ábalos dado que se considera un intento de situar contrapoderes a las direcciones provinciales.
Con todo ello, el cónclave federal servirá también de pistoletazo de salida a las posibles hostilidades del congreso del PSPV, cuyos candidatos deben dar un paso adelante con el próximo martes como fecha tope.