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Un documental reivindica el pasado y el presente de La Saïdia para no perder su futuro

31/01/2023 - 

VALÈNCIA. Para contar un barrio, este necesita tener una historia, un presente, una identidad o una amenaza. La Saïdia, rodeada de la periferia norte de València por una parte, y del centro histórico por otra —al cruzar el río— cumple con los cuatro requisitos. Un documental busca abordarlos desde poniendo frente a la cámara al propio vecindario.

Videografies de La Saïdia es un proyecto nacido a la calor de la convocatoria Cossos. Comunidades de saberes subalternos del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana. El proyecto se llevó a cabo entre 2020 y 2021 y hace unas semanas se publicó el resultado en una web para hacerlo público. Se trata de tres cortometrajes documental con tres perspectivas diferentes desde las que contar las problemáticas que se encuentran en la superficie del barrio, como la vulnerabilidad, la desaparición del pequeño comercio o la gentrificación que acecha.

Cris Centeno ha sido la persona encargada del proyecto, si bien nace de una colaboración entre ella y la asamblea vecinal La Saïdia Comuna. “Yo venía de participar en asambleas de Ciutat Vella y en Entrebarris y ya había realizado algunos vídeos. Cuando en La Saïdia surge la idea de la Xarxa d’Aliments, estuve colaborando también con un vídeo, pero en una conversación informal surgió la idea de hacer el proyecto más grande presentándose a esta convocatoria”, explica. “El propio nombre de la convocatoria, comunidades de saberes subalternos, nos parecía que tenía mucha relación con lo que queríamos plantear”, añade.

Los tres cortometrajes no salen de la nada, sino de una investigación previa que había hecho la asamblea La Saïdia Comuna como radiografía actual del barrio. “La base del proyecto era un análisis de las carencias del barrio, como por ejemplo la falta de espacios comunes. El objetivo era ver si, a través del vídeo, podíamos paliarlo, o al menos activar el debate. Además, era una oportunidad para acercarse a la gente de fuera de las asambleas”, relata Centeno.

Foto cedida por CRIS CENTENO

La Saïdia vive el momento en el que la mancha de la gentrificación y la turistificación se expande por toda la ciudad y ya no solo por los barrios casi-perdidos de Russafa, El Carme o ahora Cabanyal. El problema sistémico del centro se mueve a la periferia, pero se ha encontrado a un barrio que quiere luchar contra ello: “La Saïdia es periferia pero está al lado del centro. Yo me pregunto a veces cómo no se nos habían encendido las alarmas antes en un barrio que tiene tanta chicha para la gentrificación”.

Con todo, la cámara se coloca alrededor de unas sillas. Tres encuentros con el vecindario y varias entrevistas individuales intentan coser esta radiografía, también con un ojo puesto en el pasado. “Uno de los encuentros teníamos claro que queríamos que fueran solo mujeres; otro, nos interesaba que hablaran los jóvenes, porque los adultos y la gente mayor había hablado en asambleas y conocíamos sus problemáticas; finalmente, hay otra que es una mezcla entre gente del barrio de toda la vida y nuevas vecinas, para ver qué podían compartir”, desgrana la directora.

Las entrevistas individuales permitían además contar una historia lateral: la de una mujer que tenía una parada de encurtidos en el mercado, ahora cerrado; el de un fallero histórico que puede contar el barrio a través de las fiestas josefinas; o el testimonio de una persona que vivió en primera persona la lucha por conseguir que el parque de Marxalenes fuera un lugar público y no un terreno de viviendas.

Justo antes del verano de 2022, con el proyecto acabado, se hicieron varias proyecciones para “devolver al vecindario lo que había colaborado”. Ahora ya es público, y puede servir como testimonio de lucha vecinal, pero también como señal de aviso a otros barrios. O solidaridad y conciencia del kilómetro cero, o cooptación del derecho fundamental a la vivienda o a la vida social.

Un barrio cosido por un puñado de garitos y centros okupados

El tercero episodio rompe la narrativa de los otros dos, al centrarse en repasar históricamente los lugares de ocio y cultura que dejaron huella en el barrio, a través del testimonio de Ferrán Toledo. De la música punk a la vanguardia del techno, una lista de nombres que no solo fueron negocios, sino también lugares de socialización y de cultura. “Uno de los puntos a tratar en el proyecto era reflexionar y encontrar espacios comunes de ocio en el barrio, tanto festivo como más combativo”.

De hecho, el documental también sirve para dibujar con orgullo un esbozo de la okupación en La Saïdia, que durante los 90 como el Kasal Popular Flora o el Kasal Popular de Saïdia. Un hilo rojo que recuerda que el presente se construyó en el pasado, y que el futuro necesita complicidades y lugares donde imaginar la vanguardia.

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