VALÈNCIA. Terry Donahue y Pat Henschel permanecieron prácticamente toda su vida juntas, casi setenta años de relación, sin embargo, lo guardaban en secreto. Ante los ojos de sus familiares más cercanos eran buenas amigas y compañeras de piso. Chris Bolan, sobrino nieto de una de ellas, ha grabado en un documental la salida del armario de estas mujeres delante de sus familiares y su boda, que se produjo en los últimos meses de su vida, cuando ya estaban ingresadas en una residencia.
A secret love, independientemente de la energía y el sentido del humor que muestran sus protagonistas, es un documental muy triste. Resulta obvio a estas alturas el porqué. Mientras en la sociedad se roba, se estafa, se engaña, hasta se desea en público la expulsión de grupos de personas de la tierra en la que viven y mil guarrerías más amparadas por los más vacíos y delirantes pretextos, el amor y las relaciones sexuales han tenido que soportar siempre estrecha vigilancia moral y muchas de sus manifestaciones permanecer ocultas como tabús. Ningún país ha estado exento durante el siglo pasado de una persecución implacable a las relaciones entre personas del mismo sexo, pero por circunscribirnos a la nación de la que procede este documental, allí ha sido más fácil de explicar meterle un disparo en la cabeza al vecino que acostarse con él. De ese modelo social enfermo procedemos.
Estas dos mujeres como tantas otras personas de su generación tuvieron que mantener en secreto su relación. No solo eso, también estaban abocadas de algún modo a solo tener esa relación, puesto que cuando eran jóvenes solo podían conocer a otras mujeres en fiestas clandestinas. El documental explica muy bien cómo actuaba la policía en los bares de ambiente, llevándose detenidas a mujeres en las redadas solo por llevar pantalones con bragueta. En algunos casos, la regla era que tuviesen un mínimo de tres prendas de mujer, en caso contrario: al furgón.
Ellas se conocieron por una nota. Estaban patinando sobre hielo y, en el papel de la entrada al pabellón, Henschel le escribió a Donahue: "Leo muchos libros, pero nunca he leído en ninguno que una mujer ame a otra mujer. Espero que tú también sientas lo mismo ".
Donahue ya era relativamente célebre. Había jugado al beisbol en las ligas femeninas durante los años 40. La mujer recuerda que, mientras los jugadores tenían pantalones y ropa apropiada para tirarse por el suelo, a ellas las hacían jugar con falditas. De hecho, Geena Davis dio vida a un personaje que pudo inspirarse en ella en la película A League of their own (Ellas dan el golpe) con Tom Hanks y Madonna en el reparto, y dirigida por Penny Marshall, la célebre directora de Despertares. Sin embargo, todavía tenía miedo a dar el paso de mostrarse tal y como era ante sus seres queridos. Era algo paralizante.
Ese es el gran mensaje que transmite el documental, que nacieron y crecieron ocultándose y ni al final de su vida se sentían a gusto libres. Aparte, ellas ni siquiera podían salir a los bares donde las lesbianas estaban tan perseguidas. Eran emigrantes canadienses, tenían la Green card, y cualquier tontería con la ley se podía traducir en un billete de vuelta a casa. Al final solo se relacionaban con otros homosexuales y se dedicaba a divertirse en fiestas caseras. Toda una vida así. Evidentemente, cuando ya son mayores, ese miedo no se ha ido por mucho que haya cambiado la sociedad.
Incluso dejando todo esto al margen, es bastante triste el documental per se. Envejecer sin una familia cercana que se ocupe y tener que acabar en una residencia no es ningún planazo. Las dos mujeres arrastrando enfermedades en un asilo donde los internos se pasan la pelota sentados en sillas son imágenes que deprimen. Por lo visto, el director pensaba grabar una bella historia de amor y, cuando se dispuso a hacerlo, se encontró con que Donahue había adelgazado mucho y había perdido facultades. Eso cambió el tono de todo el proyecto.
Dos años después de la grabación, murió Donahue, a la que ya se la ve sufriendo mucho por el Parkinson en estas imágenes. Los Angeles Times fue a entrevistar a Henschel, su viuda, en mayo del año pasado. Desde que el documental apareció en Netflix, cientos de fans se hicieron con el número de teléfono de su residencia y llamaron sin parar para dejarles mensajes. Fue algo "abrumador", reconoce esta mujer, acostumbrada precisamente a no llamar la atención.
Donahue había sido una especie de protectora de la familia del director. Su padre era alcohólico y eso hizo que tuvieran grandes problemas económicos. Durante ese tiempo, su tía estuvo ahí enviándole dinero y, al final, llegó a adoptar a Diana, su madre, en Chicago para que no estuviera expuesto a esa trágica situación. Ahora esta mujer, que es la que las envía a la residencia convencida de que es lo mejor que pueden hacer, dice que esta película es muy importante porque, ante todo, muestra que "el amor es amor".
Desde una perspectiva formal, es interesante la queja de una de ellas cuando Bolan les pidió grabar un documental sobre su vida. "¿Por qué demonios quieres hacer eso? No tenemos más que una vida ordinaria, no tiene nada de especial, ¿por qué ibas a querer filmarlo?", le contestaron. Una respuesta que está en la propia pregunta, porque hacer un documental de una vida ordinaria es lo más complicado y a la vez lo más interesante. Para lo demás ya está Hollywood y el glamur que reflejamos en las redes sociales.