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Un estudio presenta cinco perfiles de personas jubiladas y ofrece claves para una jubilación positiva

29/11/2019 - 

VALÈNCIA (EP). El psiquiatra y psicoterapeuta Bartolomé Freire ha presentado las conclusiones de su 'Estudio de adaptación a la jubilación' incluido en su libro 'La jubilación, una nueva oportunidad', donde describe cinco perfiles sociológicos de personas jubiladas y ofrece claves para "una jubilación positiva y con satisfacción mental".

Para el doctor Freire, "la jubilación es como un pasaporte, franquea el acceso a muchos lugares, pero cada uno tiene que elegir el itinerario y hacer el viaje por su cuenta". Por ello ha compartido sus consejos y estrategias para "una jubilación positiva y con satisfacción mental en la que haya una evolución personal en esta nueva etapa, en la que no hay un manual que se conozca para dotar de sentido personal a la nueva vida como jubilado".

Los cinco perfiles del jubilado

El psiquiatra ha identificado en su estudio cinco tipos de personas jubiladas, cada una con diferentes características, objetivos y limitaciones. "Conocer qué tipo de jubilado eres y qué estrategias debes seguir es clave para disfrutar de una jubilación positiva", ha destacado el doctor, que ha añadido que "lo importante no es lo que se haga, sino que lo que se haga tenga sentido para uno".

El mayor porcentaje de personas jubiladas de su estudio correspondía a los 'disfrutadores', en un 35,3 por ciento, seguidos de las 'atareadas', con un 29,3 por ciento. En tercer lugar, se encontraban las personas 'desenfocadas, con un 15 por ciento; seguidamente, las 'exploradoras', en un 190,7 por ciento y, por último, las 'sosegadas' en un 9,3 por ciento.

El psicoterapeuta ha determinado que el tipo de personas jubiladas más frecuentes son las 'disfrutadoras', cuyo grupo lo componen fundamentalmente las mujeres, y que conciben esta etapa como un período para llevar a cabo actividades gratificantes y placenteras, así como evitar horarios fijos, compromisos muy cerrados y dejando espacio para la improvisación. Entre sus retos de adaptación se encuentran la diversidad de elecciones, que puede frenar la generación de auténticas metas con sentido, y la centralización del ocio y el disfrute como evasión o para distanciarse de aspectos problemáticos de la realidad.

El segundo tipo de jubilado más frecuente es el 'atareado', aquel que en su jubilación o bien trata de seguir trabajando o busca una tarea que ocupe el lugar que ha dejado el trabajo en su vida, y a ello dedican la mayor parte del tiempo. Este grupo está formado fundamentalmente por hombres con una vida laboral satisfactoria, un nivel académico alto, y cuya identidad estaba muy centrada en su trabajo, lo que puede generar una vivencia de pérdida y de vacío más intensa. Además, sus principales preocupaciones surgen del temor a aislarse y estar solos, y a perder los contactos sociales.

Para ellos, el psiquiatra ha indicado que la jubilación "es una situación que puede suponer algo de angustia, lo que puede llevar a que realicen actividades sin parar, pero es recomendable aprovechar este estado para enfocar cómo va a desarrollarse su jubilación. En la jubilación hay libertad para poder elegir y esto es muy positivo", ha remarcado.

En el lado opuesto se encuentran las personas que Freire define como 'desenfocadas', esto es, personas que no tienen un plan propio para vivir la jubilación, embarcándose en tareas rutinarias, aprovechando las demandas del entorno y que pueden llegar a sentir una cierta insatisfacción con su situación actual. El experto ha explicado que esto se debe fundamentalmente a la carencia de un plan de jubilación. "Es bueno prepararse, aunque no es imprescindible. Se puede empezar recabando información, matricularse en algún curso, inscribirse en alguna asociación", ha aconsejado.

Sin embargo, para otras personas la jubilación puede suponer un punto de inflexión en sus vidas. Este es el caso de las personas jubiladas 'exploradoras', que aprovechan este período para ampliar sus horizontes, probar actividades nuevas que no habían podido desarrollar previamente o explorar nuevas capacidades artísticas. Las personas jubiladas exploradoras "deben ser más tolerantes a la hora de aceptar que los resultados que se obtienen no respondan plenamente a las expectativas creadas y deben ser más realistas a la hora de seleccionar los objetivos", ha indicado.

En el último grupo se encuentran las 'sosegadas', cuyo objetivo principal es la tranquilidad y la serenidad, organizando la vida hacia la armonía y el recogimiento, primando el centrarse en lo que procura su bienestar y el de su círculo más íntimo, centrados en el hogar y la pareja. Este grupo lo componen los hombres de más edad y las mujeres que llevan poco tiempo jubiladas. Estas personas corren el peligro de aislarse, ya que al distanciarse limitan su intercambio con el mundo exterior.

Brechas de género en la jubilación

una de las principales conclusiones extraídas por Bartolomé Freire en su 'Estudio de adaptación a la jubilación' son las diferencias de género entre los hombres y las mujeres a la hora de adaptarse a la jubilación. Así, las mujeres son más difrutadoras que los hombres a la hora de adaptarse a esta nueva etapa. Ellos suelen experimentar un perfil más atareado y, en segundo lugar, de tipo disfrutador.

Asimismo, la relevancia del rol laboral también influye en asu distinto acceso a la jubilación. De esta forma, las mujeres se prejubilan el doble que los hombres, mientras que solo un tercio de los hombres decide anticipar su jubilación. Freire ha resaltado que para las mujeres, en muchos casos, "la jubilación estaba siendo algo casi inédito en su vida" y es una oportunidad para compensar lo que no han tenido previamente, "pudiendo satisfacer algo que en el resto de su vida había estado insatisfecho, teniendo una sensación de no haber vivido en función de sus deseos, algo que ningún hombre del estudio expresó", ha relatado.

Consejos

La jubilación impone una serie de cambios para los que muchas personas no están preparadas. Para ello, Freire ha aportado una serie de recursos psicológicos que favorecen una buena adaptación ante la nueva etapa que supone la jubilación.

En primer lugar, el doctor ha recordado que las personas que entran en esta etapa deben comprender que el momento y la forma de acceder a la jubilación no siempre responde a lo esperado ni está controlado por el propio sujeto. Esto puede darse en casos como la prejubilación. Los prejubilados tienen que gestionar emociones que surgen inevitablemente en el momento en que se deja la empresa, esto puede hacer más difícil la adaptación a la jubilación los primeros años.

De igual forma, cuando la prejubilación ha sido iniciativa de la empresa, se puede convertir en un asunto doloroso, y la cesión de la actividad puede suponer un duelo. Ese duelo se complica cuando uno siente que la empresa ha prescindido de la propia persona. En estos casos, el doctor ha recomendado no estancarse y ser flexible.

"La jubilación es un período de la vida donde la persona tiene la oportunidad de hacer lo que quiera. Lo que importa no es tanto lo que se busque, sino que tenga sentido, que responda a las necesidades de la persona y que los planes tengan sentido íntimo. Deben tener el valor de aventurarse en algún terreno novedoso, esto es estimulante y suele potenciar la creatividad de las personas", ha aconsejado.

En general, la experiencia general es que "durante los primeros años tienen más dificultades, pero a lo largo de los años hay una adaptación exitosa", ha afirmado. "La población de jubilados está creciendo exponencialmente, y se calcula que en 2050 se va a multiplicar su número. Esto es especialmente interesante para el sector de los negocios, pues tener en cuenta estos perfiles puede ser útil para explotar las posibilidades de la empresa", ha concluido.

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