CASTELLÓ. Ya está, ya han vuelto los macrofestivales a la Comunitat Valenciana. Y no, no ha sido nada raro. Aunque 20.000 personas se han juntado cada día en unos conciertos sin sillas, sin distancias y, a ratos, sin mascarillas, lo que se ha vivido -y todavía se está viviendo hoy- en Benicàssim es de una normalidad arrolladora. Nadie parecía extrañado, en efecto. El SanSan recordaba a los festivales de la 'pre-pandemia' y esto fue, sencillamente, liberador.
Tres escenarios con música en directo, brazos en el aire, bailes improvisados y gente tumbada en las explanadas del recinto. Las ganas y la emoción entre los y las asistentes ha sido más que evidente. Ni la lluvia, ni las restricciones todavía presentes, han podido además con un SanSan que se ha mostrado impasible ante el mal tiempo y, por ende, ante los malos recuerdos del pasado, cuando en 2019 fue cancelado por una fuerte tormenta.
"Es el principio de una nueva etapa", clamaba un Xoel López tan emocionado como el resto por volver a los viejos tiempos. Fue justamente el directo del coruñés la prueba de que todo iba a ir bien. Y es que pocas veces un concierto a las ocho de la tarde ha reunido a tanta gente como lo hizo el cantante, además, en la primera jornada del festival. Por norma, el primer día de festival el público suele llegar justo a tiempo para los conciertos de la noche. Y si además ahora hay que sumarle el tiempo que se tarda en comprobar si cada asistente cuenta con un certificado válido de vacunación, todo se ralentiza un poco más. Sin embargo, no fue el caso. En el directo de Xoel López hubo mucho público. Un público que supo esperar y disfrutar sin desmadrarse.
El mismo artista confesaba sobre el escenario que lo de este finde en Benicàssim ha sido como "sacarse una doble espina", primero por la Covid y segundo por el SanSan, que llevaba mucho más tiempo que el resto esperando para volver a celebrarse. Ciertamente, ningún miembro de la organización podía disimular la emoción en su rostro. Roberto Buero, director del festival, trasladaba a los medios su felicidad por estrenarse en un lugar "casi sagrado musicalmente" como es este. Y es que ha sido, poéticamente, el Sansan el que le ha devuelto la música, de dichas dimensiones, tras más de dos años de sequía.
Durante tres días el recinto ha recibido a casi 50 artistas. Desde bandas con tanta trayectoria como Amaral, Varry Brava, Love of Lesbian y Leiva, hasta propuestas más recientes como las de Cariño, Delaporte, Arde Bogotá o Tu otra bonita. Además, en el llamado escenario 'Calaverita' han echado el resto grupos emergentes como Bad Ideas, Karavana, Tú no existes, Cala Vento o Ginebras. Mientras que al SanSan Club han llevado sus mezclas numerosos djs; Brian Cross o Dj Nano entre ellos. De forma bastante unánime, todos han querido mostrar su agradecimiento al SanSan por reconciliarnos, sin complejos, con los macrofestivales. Pucho, vocalista de Vetusta Morla, quiso además dedicar el encuentro a los técnicos, quienes "han sido fatalmente abandonados" y lo han pasado extremadamente mal por la pandemia.
Nadie mira atrás en el despegue que ha tomado la música en directo tras flexibilizar Sanidad sus restricciones el pasado mes de octubre. Con la fórmula del pasaporte covid más que probada -el Love To Rock de València fue el primero en celebrarse sin restricciones de baile la semana pasada- las promotoras ya miran a la próxima temporada. Es el caso del SanSan que antes de que acabe la presente edición, anunciará sobre el escenario los primeros nombres de 2022. La cita 'indie' ya ha confirmado, además, que volverá a su fecha habitual, los días 14, 15 y 16 de abril, tal vez, para quitarse del todo la espinita.
Con todo, la presente edición ha evidenciado aún más que Benicàssim sigue atrayendo a un público de fuera de la provincia. Es más, según datos de la organización, el cincuenta por ciento del público de este año procede de Madrid, mientras que solo un treinta por ciento de las personas que se han acercado al SanSan son de la Comunitat, la mitad de estas de Castellón. Bien sea porque los valencianos son más bien de otro estilo musical, o porque buena parte del cartel es nacional, poco importa porque, por el momento, el SanSan ha dejado claro que su intención es permanecer en la provincia por muchos años.
Con la experiencia adquirida a lo largo de los años, el Deleste mantiene su apuesta por un formato alternativo a los macrofestivales. Así, se configura como "un lugar de encuentro donde disfrutar de la música sin prisas ni masificaciones y evitando el solapamiento de horarios"