VALÈNCIA. “El Barrio del Carme es un espacio en conflicto”, lo dice la artista Anja Krakowski, pero en realidad es una idea, un espectro, que pulula por las calles del barrio desde hace décadas. Quienes lo habitan y quienes son capaces de observar con sensibilidad, se derán cuenta inmediatamente. Las personas responsables de los pisos turísticos y el turismo desenfrenado puede que tarden más. 20 años de lucha es 20 años de barrio, de historias, de luchas, de gente que lo ha conseguido y de gente que se ha quedado en el camino. Para conectar con esta realidad, el IVAM convocó el proyecto Variaciones sobre el plano. Interacciones en un contexto geográfico, comisariado por Juan Luis Toloso y Ángela Montesinos, en la que diferentes artistas tenían que desarrollar un proyecto de investigación artísticas con el Carme como lugar de estudio.
Según explica Julia Ramón, Subdirectora de Actividades y Programas Culturales, había ciertas premisas: primero, que el trabajo se enmarcara espacialmente en el barrio; segundo, que esa investigación naciera a partir del diálogo y participación de un colectivo o un grupo implicado en el barrio, ya sea una asociación o una minoría que no esté necesariamente organizada; y tercero, que el trabajo no termine en un producto expositivo, sino que desarrollen nuevas formas procesuales que flexibilizaran los tiempos y los formatos.
Bajo este contexto, diferentes artistas han ido (o irán) presentando el resultado de sus investigación, y esta misma semana lo hará Anja Krakowski, que presenta un disco en vinilo titulado (E)SPECULA(R), un proyecto que le ha llevado más de dos años y que versa sobre las metáforas y el lenguaje que se construye ante la conflictividad del barrio. Concretamente, este trabajo lo ha desarrollado junto a la Asociación Afectados por el PEPRI de la Muralla Árabe y el Taller Pepe March.
En 2003, una época en la que la degradación y el abandono del barrio del Carme ya era visible, el Ayuntamiento de València propuso una modificación del necesario Plan de Actuación para dar vida a un fragmento de la muralla árabe que se encuentra en un solar vacío de la plaza del Ángel, un proyecto que parecía bueno para el barrio, pues si rehabilitaría y arreglaría el entorno, pero que en realidad era un caramelo envenenado: se estaba proyectando el desalojo de vecinos y vecinos, el derrumbamiento de varios edificios y la construcción de dotaciones municipales en su lugar. Este conflicto se ha mantenido hasta principios de este mes de noviembre. 17 años de modificaciones, luchas entre administraciones, resistencia de barrio, y un proceso que se ha dilatado, incluso con el gobierno ya favorable a otro tipo de actuación, más de dos años.
Anja Krakowski quería reflexionar sobre ese espacio metafórico de los lugares en conflicto y lo quiso hacer a través de la investigación de la cultura popular con un fuerte carácter político, eje vertebrador de su carrera. “Llegué a la conclusión que quería que ese conflicto se pudiera ver en la forma en la que se presenta, así que pensé en una batalla de gallos, pero finalmente, cuando descubrí el Cant d’Estil, con los versadores y los cantadores, y cómo se van contestando, lo vi mucho más claro”, explica la artista.
De ahí nace (E)SPECULA(R), un vinilo que recoge entrevistas a personas implicadas en la lucha vecinal o víctimas del abandono administrativo del barrio que se juntan con cants d’estil llevados a cabo por tres cantadores, dos versadores, una dolçaina y un tabalet. Un disco de vinilo para contar 20 años de historias de lucha de un barrio, de resistencias y también de derrotas. El resultado se presenta el próximo 20 de noviembre a las 19:00.
En estas décadas de lucha vecinal, el propio IVAM ha tenido un papel protagonista en la otra trinchera. El mismo edificio, pero también el proyecto de su ampliación anexa al museo tal y como lo conocemos, formó parte de una cultura administrativa de crear infraestructuras a coste de los barrios. El momento político y económico ha cambiado, el paradigma se reformula. Variaciones sobre el plano. Interacciones en un contexto geográfico puede ser una de las primeras acciones de un cambio de narrativa y relación del museo con el barrio.