VALÈNCIA. El proceso para elegir al próximo secretario general del PSPV-PSOE está en manos de los militantes de la formación socialista. El futuro sucesor o sucesora de Ximo Puig deberá vencer en primarias a sus competidores, ya sea obteniendo un 50% de los votos en la primera vuelta -si hay tres o más candidatos- o logrando más papeletas que su contendiente en una hipotética segunda visita a las urnas.
A día de hoy, tres son los dirigentes que han dado muestras de querer presentarse para liderar a los socialistas valencianos. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant; el secretario provincial del PSPV de Alicante, Alejandro Soler, y su homólogo en Valencia, Carlos Fernández Bielsa. ¿Quién dispondrá de más apoyos en el caso de que no exista ningún acuerdo y todos decidan presentarse y llegar hasta el final?
Obviamente, es imposible predecirlo, aunque sí puede realizarse una aproximación general partiendo de los datos globales y las estimaciones que se hacen desde las distintas corrientes políticas del partido. Como se ha visto en numerosos procesos, los cálculos que hacen los estrategas de cada familia del PSPV pueden fallar, dado que el militante, mediante su voto secreto, es el que tiene la última palabra para respaldar a uno u otro candidato, lo que deja espacio para las sorpresas. Sin ir más lejos, la contundente victoria de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz en las primarias de 2017, cuando la dirigente andaluza tenía el apoyo del aparato y de la gran mayoría de históricos del partido, fue una prueba de cómo la militancia puede decidir al margen de las consignas o deseos de sus cargos intermedios.
En cuanto al PSPV, la segunda federación en número de militantes, posee en torno a 18.000 afiliados. Los datos -no oficiales- en los que coinciden la mayoría de dirigentes consultados giran a una distribución por provincias de 9.200 (Valencia), 6.400 (Alicante) y 1.800 (Castellón). Además, existen unos 1.200 inscritos en Joves Socialistes que también tienen voto en el congreso. Ahora bien, fuentes del partido puntualizan que dentro del organización juvenil hay un porcentaje (se estima un 40%) que posee la doble afiliación, por lo que sólo habrá unos 700 votantes activos en el proceso de primarias.
La última referencia de un proceso de estas características en el PSPV se produjo en 2017, cuando el alcalde de Burjassot, Rafa García, se presentó frente al entonces líder, Ximo Puig, con victoria de este último por 7.447 votos (56,7%) a 5.557 sufragios (42,3%) y una participación del 71,9% sobre un censo algo superior a los 18.000 militantes.
Respecto a las cuentas que hacen ahora los distintos aspirantes, todos arriman el ascua a su sardina. "Si fueran verdad los datos que cada 'familia' se arroga habría por lo menos 300.000 militantes en el PSPV", ironizaba este martes un alto cargo socialista preguntado por este diario. Pese a esta distorsión lógica, pueden extraerse algunas conclusiones de los análisis que se hacen desde los entornos de los aspirantes.
El ilicitano Alejandro Soler y los suyos trasladan, en sus cuentas, un control prácticamente absoluto en Alicante. De hecho, fuentes de este grupo se anota en torno al 80% del control de la provincia, incluyendo entre sus apoyos a históricos como Ángel Franco, con mucha fuerza en la ciudad de Alicante, pese a que éste ha participado en varias comidas de apoyo a Diana Morant.
Además, en la provincia de Valencia los 'soleristas' cuentan con la alianza de buena parte de los afines al exministro José Luis Ábalos, cuyas fuerzas se estiman -según ellos mismos- en unos 1.800 militantes, lo que significaría un 20% de la provincia de Valencia casi de salida que, a su juicio, podría llegar al 30%, esto sin contar con algún posible acuerdo con Fernández Bielsa. En Castellón, la provincia más alejada para Soler, se atribuyen un respaldo que rondaría el 50% merced a la sintonía que aseguran mantener con el exlíder provincial Ernest Blanch y la exalcaldesa de Castellón Amparo Marco. Así, sólo la suma de lo que Soler considera tener en Alicante, sus apoyos próximos al 'abalismo', le dejaría en torno a 8.000 militantes, algo más de los apoyos que logró Puig para repetir como secretario general en 2017.
Por su parte, los seguidores de Diana Morant, muchos de ellos dentro del llamado 'ximismo', observan con escepticismo los números que se manejan por parte de Soler. Admiten que su corriente es la más fuerte en Alicante, pero creen que los números están mucho más próximos a la igualdad que se vivió en las primarias provinciales de 2022, cuando el ahora aspirante a liderar el PSPV venció por 51% a 49% al alcalde de Alcoi, Toni Francés, respaldado por Puig. Así, aunque en el 'ximismo' admiten que Soler puede haber crecido en sus apoyos (algunos mencionan el 60%), aseguran mantener buena parte de aquella estructura que, a su juicio, podría aumentar con Morant como candidata.
Precisamente en el tirón de la ministra confían para la provincia de Valencia, dado que la ministra fue alcaldesa de Gandia durante seis años, etapa en la que construyó buenas relaciones con otros referentes municipales que ahora podrían apoyarla. Con este 'plus', en el 'ximismo' se muestran convencidos de que en la provincia alcanzaría una mayoría de al menos el 60% del respaldo. Un proceso en el que València ciudad y La Safor serán dos pilares fundamentales para Morant. En la capital, el comité comarcal aprobó la semana pasada el informe de gestión de la secretaria general, Sandra Gómez, con tan solo un voto en contra y se presume un apoyo mayoritario a la ministra entre sus 1.700 afiliados, al igual que ocurre en la comarca de Morant, donde sólo en Gandia hay en torno a 350 militantes. En lo que se refiere a Castellón, el secretario provincial, Samuel Falomir, también respalda a la ministra, y el apoyo que se calcula para la ministra ronda el 60% de salida. Además, desde este sector dan por hecho un apoyo mayoritario también desde Joves Socialistes. Con estos cálculos, las estimaciones de apoyo a la ministra se sitúan de salida en más de 8.000 militantes y sin descartar situarse por encima del 50% en la primera vuelta.
Por su parte, Bielsa y sus afines sitúan su fortaleza en la provincia de Valencia, donde creen que disponen de más del 60% del respaldo, incluso algunos miembros de su equipo lo elevan al 70%. De la misma manera, se arrogan en torno a un 40% de los apoyos en Castellón y no terminan de fijar un porcentaje de seguidores en Alicante, aunque aseguran estar creciendo. En el mejor de los casos, de salida el alcalde de Mislata dispondría de más de 7.000 apoyos, una cifra que también podría resultar ganadora en el proceso.
Unas cifras que, lógicamente, no pueden ser ciertas en conjunto pero que sí reflejan unas semejanzas numéricas que invitan a pensar que el proceso, de llegar a unas primarias de tres candidatos, puede ser intenso e igualado. Los afines a Morant están seguros de que el tirón de la ministra será decisivo para convencer a cientos de militantes sin una adscripción cercana a los otros aspirantes y ganaría el proceso; en el entorno de Soler se muestran convencidos de tener los apoyos necesarios para ganar la votación, y en el grupo de Bielsa se ven con opciones de vencer o, en cualquier caso, tener la llave para decidir sobre el futuro del PSPV.