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Una beca confinada en Italia: la odisea de volver a València en plena pandemia

14/04/2020 - 

VALÈNCIA. Cuando Carlota llegó, en octubre, pensó que la vuelta sería de lo más normal. Y nada más lejos de la realidad. Carlota lleva confinada más de un mes en el Valle de Aosta, una región del norte de Italia abrazada por su homóloga Piamonte y tierras francesas y suizas. Tiene 26 años y se había trasladado hasta allí desde València para ahondar en el estudio del Barroco. Estudió Historia del Arte y consiguió una beca de la Generalitat Valenciana para trabajar en la administración de Aosta, en lo que vendría a ser la Conselleria de Cultura. Su beca -cuyo programa se apoda 'Eurodisea'- acaba la semana que viene y no sabe cómo va a volver.

"La beca finalizaba el próximo 21 de abril. Teníamos comprados los billetes para un vuelo de Ryanair, pero lo han cancelado", explica la joven. Habla en plural porque son cuatro, ella y otros tres españoles, para quienes retornar a València se ha tornado una travesía: "Está siendo un poco difícil", admite. Después de que la compañía aérea les cancelara la vuelta tranquila por la pandemia del coronavirus, todo intento asequible para consumar la vuelta ha sido en vano. "Ryanair nos daba el reembolso o cambiar el avión, pero lanzó un comunicado en el que decía que no tenía previsto hacer ningún vuelo hasta junio, por lo menos", lamenta. Y esperarse a junio sin ninguna garantía no estaba entre las opciones.

Lo que les ofrecía el consulado español en Italia tampoco les convenció. "Una de las opciones que nos daban era un autobús de Milán hasta Barcelona", dice Carlota, algo que se revestía de posibilidad si no fuera porque ir desde Aosta hasta Milán, una hora y media de viaje, tampoco era sencillo. "La otra, un ferry desde Génova hasta Barcelona". En este caso, ya no solo la dificultad de movimiento sino también el coste se erigía como impedimento: "Es demasiado caro".

Un mes después de que se declarara el estado de alarma en el país, Carlota continúa confinada con dos de sus compañeros -una de los cuatro trabaja en una residencia de mayores-. "Mi jefa dijo que mejor no fuera a trabajar por prevención". Eso fue el 12 de marzo. Después se esfumó la posibilidad de volver en avión, y ante esta situación, los jóvenes empezaron a buscar alternativas viables. Pero no fue fácil. Encontraron un billete de autobús: la compañía Flixbus ofrecía una ruta desde Aosta hasta Barcelona pasando antes por Ginebra. Sin embargo tampoco hubo fortuna en este caso: "También nos lo cancelaron".

Así pues, los cuatro esperan encontrar alguna otra vía más pronto que tarde. El pasado martes, Carlota se mostraba confiada: han encontrado un billete de autobús que les permitría volver a València. El autobús va desde Aosta hasta Turín, y luego hay otro directo desde Turín hasta València. "Aún no lo hemos comprado porque la compañera está trabajando y estamos esperando que acabe para hacerlo, para que ningún billete se quede suelto", explica esperanzada.

Pero no desaparecían las dudas. ¿Y si tampoco sale bien? "Esperemos que siga en pie, y si se cancela, buscaremos y compraremos otro...", decía el martes: "Vamos a esperar, a ver". Por desgracia, tampoco hubo suerte en esta ocasión. La compañía eliminó este trayecto y no ofrecerá viajes hasta el 11 de mayo. 

Por el momento, los jóvenes siguen con un contacto fluido con los responsables de la beca de la Generalitat Valenciana, adscritos a la Conselleria de Hacienda. "Tampoco podemos hacer mucho más que mantener este contacto", sostiene Carlota. El pasado viernes, el Consell sacó adelante un decreto de ayudas económicas para doce jóvenes valencianos del programa Eurodisea que se encuentran en esta situación. Estas líneas alcanzarán casi los 42.000 euros en total.

En primer lugar, recibirán 500 euros por persona para gastos de primera necesidad, alojamiento, transporte, y retorno a la Comunitat Valenciana o cualquier otro gasto que se considere adecuado en esta situación de emergencia. Y además, si por la situación internacional no pueden volver cuando acabe su estancia, se les concederá una ayuda del mismo importe al que recibían durante este programa, hasta un máximo de cuatro meses.

Pese a los muchos interrogantes, los jóvenes insisten, obstinados, en encontrar alguna fórmula que les permita, de nuevo ver a sus seres queridos. Y Carlota lo tiene claro:

- Una vez volvamos a València, ya nos quedamos allí, a hacer otra cuarentena o lo que haga falta.


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