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La falta de espacio y personal y el posible riesgo, principales motivos para no sumarse 

Una cuarta parte de las farmacias valencianas se apunta a colaborar con Sanidad

Foto: KIKE TABERNER
15/01/2022 - 

VALÈNCIA. El acuerdo con la Conselleria de Sanitat para que las farmacias sean un centro más de detección y notificación de contagios arrancó este viernes y, según datos del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (Micof), hasta 300 de las cerca de 1.200 boticas de la provincia se pusieron manos a la obra el primer día en esta tarea que, en palabras de muchos farmacéuticos, es "una ayuda necesaria para descongestionar los centros sanitarios".

Hasta un cuarto de las farmacias de la provincia han abrazado la propuesta de Sanidad con todo lo que ello implica: más trabajo, incremento en los gastos de gestión, acondicionamiento del espacio y mejora en la seguridad del local para garantizar el mínimo riesgo posible al personal y a los clientes. 

De entre las que le han dado el sí a la conselleria que encabeza Ana Barceló se encuentran farmacias como la de Ruiz Aznar en la Avenida del Puerto, donde su encargado, José Manuel, ya ha comenzado con la adecuación del establecimiento con respecto a la práctica que se va a realizar. Tal y como cuenta a Valencia Plaza, “se necesita crear un espacio ventilado y separado” antes de acceder a ser una de las boticas que permiten realizar estas pruebas.


En su farmacia han optado por aislar parte del vestíbulo que normalmente es transitable por los clientes. Para ello requerirán de herramientas como un biombo o una cortinilla que separe el lugar donde la prueba de antígenos es realizada del resto del local. 

Este modus operandi se ha llevado a cabo al no tratarse de un lugar de grandes dimensiones, aunque las más amplias no han tenido que recurrir a ese tipo de improvisaciones y han decidido aprovechar todo el espacio del que disponen.

Grandes espacios, pequeños cambios

También hay casos notablemente diferentes al de Ruiz Aznar, como el de la farmacia Salamanca-Burriana o la de la Porta de la Mar. Ambas han decidido dar su apoyo a Sanidad utilizando las diferentes salas que, a parte de los respectivos vestíbulos, tienen en sus establecimientos para recibir a los interesados en someterse un test de antígenos frente a un boticario. Más allá de la seguridad que aporta llevar a cabo las pruebas en espacios separados por paredes, sus encargados han tomado medidas que incrementan aún más la protección frente a una posible transmisión.

Carmen, farmacéutica en el establecimiento de Porta de la Mar, comenta que aprovechan la buena ventilación del local para reducir sustancialmente las opciones de que un potencial positivo pueda contagiar a alguien una vez dentro. "Tenemos muchas ventanas y hasta un patio interior. Cuando vemos a alguien sospechoso abrimos todo durante diez minutos", añade.

Cartel informativo en la farmacia Ruiz Aznar. Foto: KIKE TABERNER

Por su parte, en la farmacia Salamanca-Burriana también han decidido sumar ayuda tecnológica para la protección del entorno y las personas. ¿Cómo? Instalando en el techo un ionizador de aire, dispositivo emisor de iones negativos al ambiente que, al entrar en contacto con el virus, debilita las paredes de este inutilizándolas. En boca de su encargado, "es una herramienta común en sitios donde es necesario conseguir y mantener una buena calidad del aire". Otro caso más de la adaptación de tecnologías ya existentes al combate contra la pandemia.

A la gestión de la nueva redistribución espacial de farmacias como las tres descritas también hay que añadirle el coste extra de material para el personal asistente en la prueba. Según han apuntado en estas boticas, el equipamiento suele ser, por lo general, similar: guantes, batas esterilizadas, mascarillas FPP2 e incluso, en algunos establecimientos, FPP3.

La realidad detrás de los noes

La otra cara de la moneda la constituyen el resto de farmacias que, por la dificultad de acondicionar sus establecimientos a tiempo o por otros motivos como la seguridad, no se han adherido al protocolo propuesto por la Conselleria de Sanitat.

Varias de estas farmacias a las que ha contactado Valencia Plaza alegan que, pese entender "la importancia de no congestionar otros espacios", les iba a ser "imposible" ofrecer el servicio, al menos por ahora en algunas de ellas.

Esta es la realidad de establecimientos que se pueden encontrar, por ejemplo, en zonas como Ruzafa o Colón. Algunas de estas farmacias están emplazadas en bajos muy pequeños, con vestíbulos donde no se pueden juntar muchos clientes y con trastiendas angostas donde no es factible emplear ningún rincón para hacer el test.


De este modo, la encargada de una estas boticas esgrime que el motivo primordial por el que no se ha sumado a la propuesta es ser "un local pequeño, sin espacio para ubicar al cliente". 

Próxima a esta, otra farmacia ha declinado la opción no sólo por razones espaciales, también porque su personal necesita que haya "más directrices e información" por parte de las instituciones pertinentes antes de sopesar el sí.

En general, que el local no tenga las dimensiones pertinentes para, aunque sea, improvisar un pequeño puesto para el protocolo es la constante que se repite en las explicaciones de gran parte de estas farmacias.

Cambiando el foco a la zona de Facultats, un farmacéutico añade desde el otro lado del plástico protector el factor riesgo. Y es que, al tratarse de una persona en situación vulnerable, declara que prefiere no incrementar las probabilidades de contagiarse en su espacio de trabajo.

El temor al contagio es, precisamente, el otro motivo que, junto a la cuestión espacial, forma el tándem que da respuesta al porqué del rechazo de muchas farmacias a la iniciativa. No son pocas las boticas consultadas por este periódico que reúnen uno de estos dos factores - o los dos - en sus justificaciones.

Interior de una farmacia de Ciutat Vella. Foto: ÁLVARO TORRES

Ciutat Vella aglutina numerosas farmacias de las que ha tomado testimonio este diario y, en varias de ellas, aseguran que su 'no' a Sanidad no tiene por qué ser inamovible. Uno de estos establecimientos, próximo a la Plaza de la Reina, no ha comenzado aún a realizar estas labores pero no descarta "terminar sumándose".

Cerca de esta se ubica otra cuyo personal no se ha puesto manos a la obra aún porque tienen que seleccionar el área de vestíbulo que destinarán a la realización del test. Pese a que la empleada señala la parte cercana a la puerta y al ventanal, todavía no tienen nada montado y se mantienen mientras tanto a la espera de poder poner su granito de arena.

Esta misma empleada, además, recalca la importancia de que las boticas que puedan se sumen, pues no únicamente evita sobrepoblar centros de salud, sino que también "ayuda a la gente" a obtener un diagnóstico más eficaz con la asistencia del personal farmacéutico.

Con estas últimas impresiones recibía también al periódico una farmacia situada en los aledaños de la calle de la Paz. El mensaje que ha querido dar su encargada es el que resume en gran parte el sentir de los farmacéuticos valencianos: "Muchos, como nosotros, no pueden hacerlo por motivo espacial o de seguridad; pero aunque suponga un gasto extra en gestión, estoy segura que toda farmacia que, por recursos, pueda ayudar, lo hará".

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