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el tintero / OPINIÓN

Una gran pérdida

En los últimos días nos sorprendió la repentina muerte del escritor Fernando Sánchez Dragó un escritor, periodista y pensador de referencia en la segunda mitad del siglo XX y primer cuarto del XXI, nos queda su obra y sus programas. Pero en esta columna hablaremos de otra gran pérdida para Valencia

19/04/2023 - 

El día que tomaba posesión el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Joan Calabuig, tuve la suerte de estar en la Marina Real Juan Carlos I (actual Marina de Valencia), icono y epicentro de las dos celebraciones de la America’s Cup celebradas en Valencia. Casualidades que nos llevaron a un grupo de personas a hablar sobre lo que supuso aquella celebración, por qué se eligió Valencia y sobre todo el error y mazazo que supone que la próxima edición sea en Barcelona. 

El mejor campo de regatas del mundo

Un experto en el mundo de la vela lo decía en la animada tertulia que esta misma semana teníamos a orillas del Veles e Vents, algo sabido y repetido desde hace años. Es más, el éxito de Valencia son siempre sus condiciones naturales, orográficas, marítimas, gastronómicas, climatológicas…es decir lo que nos es dado. Y normalmente, los problemas o fracasos vienen de la mano de nuestros gobernantes y dirigentes políticos que saben elegir siempre la peor fórmula y tomar las decisiones que logren empeorar el tráfico rodado, retrasar las licencias de actividad para los comercios o impedir la actividad económica través de múltiples trabas, requisitos e impuestos. 

El mérito de haber sido sede en dos ediciones consecutivas de la Amercia’s Cup de vela es de nuestro magnífico campo de regatas, considerado por muchos expertos el mejor del mundo, como he mencionado anteriormente, y que fue elegido por el equipo suizo. Pero lógicamente, la anterior alcaldesa, Rita Barberá, se implicó e ilusionó para ver a su ciudad entre las grandes capitales en el mundo de la vela. Valencia ganó por méritos propios y los políticos debían facilitar y ayudar en la organización de un evento de tal envergadura. Años después queda, no sólo el recuerdo, sino el magnífico edificio Veles e Vents y toda la fachada marítima, renovada y de moda desde aquel lejano 2007.

El lamento es que nuestros vecinos del norte, tan antisistema y tan pro-ocupación, al menos su alcaldesa así lo ha demostrado en muchas de sus declaraciones, no dudaron en abrazar la famosa Copa de las Cien Guineas, el trofeo con el que se alza el ganador de la competición de vela más importante del mundo. Tengo la firme convicción que, si la pérdida de ser sede de la nueva edición de la Copa América hubiera ocurrido bajo un gobierno de centroderecha, la oposición habría sabido crear un clima de opinión de cara a las elecciones para demostrar el desinterés y la falta de ganas de atraer riqueza y potenciar nuestra ciudad. Pero en este caso, creo que, si hoy salimos a la calle y preguntamos a los valencianos, muchos no saben qué ha ocurrido y algunos incluso dirían que es culpa de los empresarios que no pusieron dinero. Seguro que habrá un lógico reparto de culpas y responsabilidades, pero la cabeza visible de la ciudad es el alcalde y nadie más.  

La Marina de Empresas

El mismo alcalde que no duda en incomodar y torpedear el proyecto de Juan Roig para ampliar la Marina de Empresas y crear un espacio de atracción tecnológica, ese gran polo que pretende ser referente del Mediterráneo. Leímos noticias sobre este asunto, algunas mostraban la posibilidad de que el gran empresario renunciara a ampliar en el Tinglado 4 su centro de formación y emprendimiento. Lo que es un milagro es que haya podido desarrollar sus proyectos con relativa normalidad bajo mandatos de partidos socios de los ministros que lo han insultado y atacado con total impunidad. La cuestión es que las próximas elecciones nos dejan todo tipo de anuncios y promesas. 

La vicealcaldesa, Sandra Gómez, quien lleva años gobernando con Joan Ribó, anuncia que si ella es la próxima alcaldesa ofrecerá la antigua base del Alinghi (equipo suizo de vela que eligió Valencia como sede) para que amplie sus instalaciones Marina de Empresas. Un anuncio que suena muy bien, pero que quizá debería haber hablado y acordado hace meses con su alcalde y compañero de corporación. Vivimos un tiempo de surrealismo excesivo, es demasiado complejo separar la verdad de la mentira, la promesa del hecho certero, la maldad de la recta intención e incluso la belleza de la apariencia. Cuesta creer a nuestros políticos y sobre todo cuesta creer en nuestros políticos. 

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