Gestalguinos, el templo bohemio de València, cierra definitivamente
Gestalguinos, el templo bohemio de València, cierra definitivamente
VALÈNCIA. No fue un paso en falso ni una estrategia de marketing. El Gestalguinos estuvo tan cerca de cerrar que, de hecho, cerró. Paca bajo la persiana, y Jano empezó su nueva vida definitivamente. Pero la clientela siguió luchando por su espacio, insistiendo mucho para que el relevo pudiera darse. Y al final, así ha sido. Javo Martínez es el nuevo gerente del Gestalguinos, que reabre hoy mismo, 1 de septiembre. Está preparando todo, aunque el bar no va a cambiar mucho: “he arreglado un par de cosas, pero desde el principio tenía claro que no iba a convertir el clásico en un supermercado. A la gente le gusta el bar tal y como está”, explica a este diario.
Desde el 30 de junio, el Gestalguinos no se abre a su parroquia. Podría haber sido la última vez definitivamente, pero “unos amigos y yo no parábamos de plantearle a Paca cómo podíamos hacer para quedarnos el lugar y seguir abriéndolo. Finalmente hemos encontrado una fórmula y yo explotaré el negocio”, explica Martínez, que ahora cambia el lado de la barra.
Sobre esta nueva etapa pesa, por supuesto, las reivindicaciones que quedaban de la otra: al local le retiró el Ayuntamiento la posibilidad de hacer conciertos acústicos y la música ha quedado muy limitada. Pero Javo Martínez está diseñando una programación “para reactivar el espacio con otras iniciativas”, como exposiciones, juegos de mesa o cualquier tipo de actividad cultural. El ajedrez también volverá. “Cuando se estabilice todo, volveremos a pedir y buscaremos la manera de hacer conciertos en el Gestalguinos”, adelanta.
Martínez remarca sentirse abrumado por el apoyo de familiares y amigos, a los que “agradece muchísimo”. También siente la responsabilidad de tomar el relevo “de un sitio histórico”. Y es que, tal y como relataba Paca Brull en un reportaje en Culturplaza, el Gestalguinos abrió por primera vez en dictadura, y ha sobrevivido a la hostilidad de la Brigada Político Social, a la heroína, a la degradación del barrio, a las crisis económicas (pidió el crédito para el local en plena crisis del petróleo), y finalmente, a los vaivenes de las restricciones por la covid-19.
Ahora, en su nueva, el local reabre para que nada cambie: “Mi proyecto es totalmente continuista, seguir haciendo todo lo bueno que tenía el Gestalguinos, y ver qué podemos mejorar poco a poco”.
Jano Martínez afronta esta nueva etapa con el vértigo de gestionar el espacio que tanto ha amado durante años. Él fue un habitual de la tasca y un convencido de que el proyecto no se podía acabar con la jubilación de Paca. “Se ha creado mucho hype y sé que es una gran responsabilidad, pero por otra parte, sé lo que es el Gestalguinos y es lo que voy a mantener: venir a pasar el rato y salir con cinco amigos. Los valores están claros: llegar y encontrar, al menos, un amigo detrás de la barra, eso es lo que tengo que ser. Y a partir de ahí, con quien sea, crear un lugar donde se pueda hablar de asuntos banales, de filosofía, de pensamiento, de literatura… De lo que sea, siempre desde el respeto y sin peleas ni malos rollos. Y por supuesto, un lugar donde haya mucha cultura”, resume.
Un decálogo que no es una pretensión, sino lo que ha sido hasta ahora el Gestalguinos. Lo que quiere que sea a partir de ahora. No tocar nada, para renacer tal y como se cerró hace ahora tres meses exactamente.
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