Una última remodelación de Puig a contrapié y por efecto 'dominó'

VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acometió este viernes una serie de cambios en el segundo escalón del Consell a dos meses y medio de las elecciones. Una modificación inesperada -y que cogió desprevenidos a la gran mayoría de altos cargos del Ejecutivo- que sirvió para ocupar algunos espacios libres y mover algunas fichas debido al propio efecto 'dominó' provocado por algunas salidas y ceses.

El cambio más importante, sin duda, fue el avanzado ayer por este diario: el cese de la directora general del Sector Público y Patrimonio, Isa Castelló, que se había negado a firmar el acuerdo que permitiera a la escuela de negocios alicantina Fundesem Business School superar el concurso de acreedores en que se halla inmersa. Una operación que, este mismo viernes, apareció resuelta entre los acuerdos del pleno del Consell.

El cese de Castelló, dependiente del conseller de Hacienda, Arcadi España, se concretó este jueves, aunque las distintas fuentes consultadas por este diario señalan que la relación de la cúpula del departamento con la directora general venía siendo tirante desde meses atrás. En este sentido, a Presidencia de la Generalitat habían llegado las tensiones existentes en este departamento, por lo que el conseller, quien mantiene una relación muy cercana con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de quien fue jefe de Gabinete, sabía que tenía la puerta abierta para el cese de Castelló pese a la siempre delicada circunstancia de acometer cambios a tan sólo 80 días de las elecciones. 

Las distintas fuentes del Ejecutivo consultadas por este diario admitían que la cuestión de Fundesem había sido el "acelerador" para el relevo de Castelló, si bien defendieron el trabajo de la directora general a lo largo de la legislatura en un puesto "de mucho desgaste" y "muy transversal" debido a que se manejan cuestiones con prácticamente todas las consellerias.

De esta manera, desde el Palau de la Generalitat la decisión fue abordar de golpe todas las modificaciones pendientes este viernes. Primero, el cese de Castelló, con el inmediato relevo mediante Toni Such, hasta ahora director general de Administración Local, puesto dependiente de Presidencia. De esta manera, Puig sitúa en el puesto de la ya exresponsable del Sector Público y Patrimonio a una persona de su máxima confianza, precisamente con el objetivo de agilizar el mayor número posible de asuntos en el poco tiempo que queda de legislatura.

El movimiento en este apartado se completaba con la designación para la vacante dejada por Such del exdiputado Adolf Sanmartín, quien fue director territorial de Presidencia en Castellón durante la pasada legislatura y que en noviembre de 2020 fue designado director general de Seguridad y Emergencias de la Conselleria de Justicia, puesto que abandonó apenas meses después, concretamente en agosto de 2021. De esta manera, Puig resuelve el contratiempo apostando por dos dirigentes de su 'guardia personal'.

El resto de nombramientos anunciados este viernes tuvieron menos historia, más allá de aprovechar para concentrar los últimos cambios que se presumen en la legislatura. El diputado y arquitecto David Calvo se convierte en director general de Innovación Ecológica en la Construcción, en sustitución de Nuria Matarredona, que se marcha a Madrid para ocupar la dirección general de Arquitectura y Agenda Urbana del Ministerio de Transportes. Un movimiento que supone un guiño al citado parlamentario, enclavado dentro de la corriente 'abalista' del PSPV, puesto que tenía muy complicado repetir en la candidatura por Valencia para Les Corts.

Por último, la dirección general de Ciencia pasa a ocuparla Jordi Llinares, quien será el cuarto inquilino de la citada área en esta legislatura. Un puesto que llevaba tres meses vacío desde que su anterior poseedora, Maria Auxiliadora Jordá fuera ascendida a la Secretaría Autonómica de Universidades e Investigación.