En Benetússer mi querida amiga y colega Lola Bañón, lleva varios días barriendo el fango que ayer, con más lluvia, se hizo un lodazal insoportable. Es el mismo municipio donde el sábado rescataron con vida a una mujer que permaneció tres días atrapada en su coche. El hermano de Lola ha perdido el pequeño negocio familiar de venta de muebles y carpintería, Lola se ha quedado sin coche, su principal herramienta de trabajo. Sus padres, mayores, luchan por sobrevivir a una memoria que supera todos los recuerdos relacionados con la furia del agua.
Saldremos adelante: aquí hemos nacido, aquí nos hemos criado....Tenemos vecinos y amigos entre las víctimas. Gracias a tantos amigos que estáis llamando y gracias a tantos voluntarios/as que nos están ayudando a luchar contra el barro y el desánimo. Me gustaría poneros nombre, solo puedo enviaros el atributo de la humanidad más luminosa frente a la ineptitud de quienes tendrán que asumir un día responsabilidades. Quiero dar las gracias también al colegio Jesús-María España que nos abrió las puertas a mi y a mis alumnos la noche del martes cuando no pudimos regresar a nuestras casas. La alarma llegó cuando el drama estaba desatado y las personas intentábamos volver. Ahora limpiamos barro; el trabajo y la voluntad nos hará salir adelante (Texto de Lola Bañón Castelló en redes sociales).
En Catarroja, cerca del río, una de las zonas más afectadas, mi amiga y excompañera de trabajo en València, Marce Ochoarrearte, sufrió la inundación de la planta baja de su casa, lo mismo le ha sucedido a la escritora y amiga Carmen Amoraga en Picanya. Pero están bien y los daños materiales son lo de menos. Otro excompañero de trabajo, Jorge, vio cómo flotaba la muerte a su lado. Permaneció varias horas, el pasado martes, sobre un camión. Eran unas treinta personas que no olvidarán el miedo y la angustia, el paso violento y el estruendo de demasiados coches chocando y de demasiadas personas que intentaban salvarse. Fueron varias horas desesperadas, hasta que sujetos todos a una cuerda fueron rescatados. También pienso en Consol, que permaneció aislada, incomunicada, junto a su marido, en una zona inundada de vías pecuarias. Hasta el jueves no pudo contactar con su familia.
El martes, a las 9 de la mañana, mi prima María Antonia me envió una imagen de las vías de acceso a Gavarda inundadas. La Ribera Alta sufría trombas de agua que incomunicaron a varios municipios. Mi tío Paco, que ha sufrido las consecuencias de la Pantanada, estaba asustado. Nunca había visto esa forma de llover tan iracunda. Era la Dana que por la mañana del martes ya se movía a su gusto por este pequeño gran país mediterráneo. Quienes sobrevivieron a la Pantanada de Tous, saben bien del sufrimiento, tristeza, dolor y rabia que hoy están sintiendo decenas de miles de personas que lo han perdido todo, y, lo peor, que han perdido a sus seres queridos.
Somos tierra de catástrofes, pero ninguna ha superado las escalofriantes y dolorosas cifras de esta gota fría. Sigue la búsqueda de centenares de personas desaparecidas. Crece la indignación y la desesperación. La gente, las personas, no pueden más y no se entiende que una comitiva con los Reyes, el Presidente del Gobierno y el President de la Generalitat transitara ayer por las zonas más afectadas. Es incompresible chafar el barro, mojando sus zapatos, en estas circunstancias, en una tierra que está muy dolida y muy enfadada. Sin justificar la violencia, es comprensible que la gente gritara con toda su fuerza contra esta comitiva, esta desesperación no acepta visitas institucionales.
No se puede obviar que Mazón no ha querido en ningún momento establecer la Situación de Emergencia 3 por la que el mando único pasaría al Estado, y el Estado no ha querido contradecir ni intervenir a la autonomía. Esa es la cuestión. El martes Mazón, tras solicitar la presencia de la UME, decidió que se instalaran en la zona Utiel-Requena, y pasando los días y 'según necesidades' ha ido pidiendo refuerzos del Ejército. Porque así lo dijo Mazón "pediremos a medida de que necesitemos". La manipulación informativa de esta situación de emergencia ha sido feroz, trasladando a Pedro Sánchez y a su equipo de gobierno todos los presuntos errores cometidos por Mazón.
Las ayudas han ido llegando a los municipios lentamente, las dificultades del terreno y la irresponsabilidad de un gobierno autonómico que ha perdido los papeles han sido añadiendo más gotas de indignación, si cabe. Es tremenda la situación. No se entiende porqué ante un aviso rojo de la AEMET, -por la mañana a primera hora-, y otro aviso de alto riesgo de inundaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar, -emitido a primera hora de la tarde-, el President de la Generalitat y las personas responsables de Emergencias no lanzaron la alerta que llegó a los móviles de la provincia valenciana a las 20.21h. En ese momento eran miles las personas atrapadas, vivas y muertas.
La cronología del horror avanzó ese martes entre muestras de inoperancia institucional, de caos en los departamentos dependientes de Emergencias, que han pasado estos días entregados al estrés de elaborar informes de cada actuación, por lo que pueda pasar. Se han movido como pollos sin cabeza, con la soberbia, arrogancia, el silencio, sin la empatía necesaria con las víctimas y sus familiares. La consellera de Turismo, Nuria Montes, debería dimitir ya mismo.
Es todo jodidamente muy triste y doloroso. Nos mantenemos en un estado de shock comunitario muy difícil de digerir. A las personas y pueblos afectados les va a costar muchos años superar esta tragedia. El dolor por la pérdida de seres queridos añade la catástrofe social, económica y medioambiental. Y el gobierno autonómico no ha sabido reaccionar ni tomar las decisiones precisas. No ha transmitido empatía, confianza, tranquilidad. Está siendo un gobierno lleno de contradicciones. El pueblo ha perdido la confianza, va a exigir responsabilidades y ya está pidiendo la dimisión de Carlos Mazón.
Es muy emocionante, frente a la ignominia, la masiva participación de jóvenes voluntarios. Son miles de personas de todas las edades las que nos devuelven la esperanza de seguir adelante, de superar tanta tragedia, codo a codo. La. gente joven ha salido a la calle con cubos, palas, escobas, cargados de agua y compromiso social. Era la imagen al otro lado del río en València, miles de personas cruzando el puente de la solidaridad.
El Mediterráneo es epicentro del cambio climático. Y aquí conocemos bien la furia del agua, los desastres. Además somos una tierra de desmanes urbanísticos. Cuando el anterior gobierno autonómico dejó en marcha los primeros pasos de la creación de la Unidad Valenciana de Emergencia fue porque el calentamiento del planeta exige respuestas diferentes a estos graves fenómenos atmosféricos. Pero llegaron el PP y Vox y eliminaron “el chiringuito” como bien explicó Mazón. La primera consellera de Justicia y Emergencias del gobierno fue de Vox y, además de ser negacionistas del cambio climático, no tuvo mucho interés en generar cambios en el área de Emergencias. Y la incertidumbre continua. La salida de Vox del gobierna hubiera podido servir al PP de oportunidad para mejorar y modernizar el servicio de Emergencias.
Mi familia perdió todo en la Pantanada. Mi abuela siempre decía que no podía olvidar el rugido y la fuerza del agua, en medio de una noche cerrada, la noche del 19 de octubre, tras un día diluviando en la Ribera Alta. Era el día previo al 20 de octubre de 1982 y fueron evacuadas más de 100.000 personas que se movieron hacia las zonas más elevadas de sus municipios. Al día siguiente reventó la presa de Tous. Sufrir estos eventos nos sitúan en un periodo de duelo muy profundo. El día 21 de aquel mes y aquel año llegué a Gavarda para realizar un reportaje. No pude.
Saldremos adelante.
Buena suerte.