VALÈNCIA (EP). La saturación hospitalaria provocada por la covid-19 ha implicado un retraso en las actividades diagnósticas de cáncer: se estima que uno de cada cinco pacientes no se ha diagnosticado o fue diagnosticado tarde durante la primera ola de la pandemia. En el caso de pruebas como las citologías la reducción ha sido del 30% y las biopsias se redujeron un 23,5%.
Esta situación preocupa especialmente en regiones en las que ya era baja la participación en pruebas para la detección del cáncer, como es el caso de la Comunitat Valenciana, donde se observa un "déficit conductual a la hora de atender las llamadas de la Administración para la detección precoz", y a esto se añade ahora el miedo a desplazarse por los contagios.
A modo de ejemplo, más del 55% de valencianos entre 50 y 69 años nunca se han realizado test de sangre en heces que permite la detección precoz del cáncer de colon, aun perteneciendo a grupo de riesgo, y por lo que respecta a las citologías para el diagnóstico de cáncer de cuello de útero, la valenciana es la tercera CCAA, por detrás de Andalucía y Cataluña, con mayor número de mujeres que nunca se han realizado esta prueba, en total, 640.100 mujeres.
Así lo ha puesto de relieve el vicepresidente de la Asociación Española Contra el Cáncer de Valencia (AECC Valencia), Antonio Llombart, durante la presentación del informe 'Impacto de la pandemia en las personas afectadas por el cáncer' presentado este jueves junto a la gerente y el presidente de la entidad, Helena Alloza y Tomás Trénor, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer.
Con respecto a los tratamientos en los hospitales, el informe advierte también de una disminución, aunque en menor medida, del número de pacientes tratados con quimioterapia y radioterapia durante los momentos más duros de la pandemia, que se redujeron un 9,5% y un 5% respectivamente.
En este punto, preguntado sobre el traslado de pacientes oncológicos hacia hospitales privados, Llombart ha asegurado que están teniendo "preferencia absoluta" a la hora se ser tratados en los centros públicos, por lo que "la necesidad de transferencia hacia la privada no está siendo tan acuciante en el caso de pacientes con cáncer como en otras patologías".
En todo caso, en los casos en los que sí se han derivado algunos pacientes, "el IVO está colaborando de forma activa y eficaz" en sus tratamientos y "hoy por hoy no hay ninguna situación de precariedad en los tratamientos oncológicos, no así en el diagnóstico precoz", ha puntualizado.
La situación provocada por la pandemia también ha incrementado el malestar emocional de las personas con cáncer, que va "en ascenso".
Durante el confinamiento, uno de cada tres pacientes oncológicos sufrió síntomas de ansiedad y depresión; en noviembre de 2020 esta cifra se hacía extensible a un 41% de los pacientes en España. "Los más susceptibles a padecer estos trastornos son menores de 30 años, con diagnóstico reciente, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a 1.100 euros, a los que se les hace difícil gestionar la información en medio de la COVID-19", ha explicado Helena Alloza.
Uno de los problemas asociados al malestar emocional es la soledad no deseada: un 40% de las personas con cáncer se han sentido solas en este tiempo de pandemia. Según el Observatorio Nacional del Cáncer, en la Comunitat Valenciana 34.673 pacientes viven solos, situándose las personas con más de 60 años como el grupo más numeroso que atraviesa esta circunstancia en soledad.
"Vivir el proceso en soledad y en un contexto sociosanitario especialmente duro es una dificultad para hacer frente a todo lo que supone un cáncer. Y ahora, con el virus fuera y con la incidencia más elevada, un riesgo", ha advertido la gerente.