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ignacio urquizu, diputado nacional del psoe

Urquizu: "Podemos y C’s empatizaron con el enfado pero ahora deben ofrecer soluciones"

18/02/2017 - 

VALÈNCIA. Este fin de semana el PSPV celebra su convención de ideas bajo el título 'La vía valenciana'. Una cita en la que, además de dirigentes de la federación valenciana, también participan figuras del socialismo español. Una de ellas es el sociólogo y parlamentario Ignacio Urquizu (Alcañiz, 1978), quien mantiene una excelente relación con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para quien realizó varios estudios demoscópicos dentro del llamado Observatorio del PSPV.

El diputado nacional ha sonado incluso como una posible tercera vía para liderar el PSOE en el próximo proceso, una posibilidad de la que se descarta rápidamente. "No, yo no estoy en eso; me dedico a ayudar en lo que me piden", zanja sin demasiadas ceremonias. 

Sosegado y reflexivo, el parlamentario se muestra más cómodo hablando de la situación de los diferentes partidos, incluido el PSOE, y se contiene a la hora de lanzarse a predecir el futuro: "Es cierto que es una época infernal para los sociólogos", admite.

-Participa en una convención del PSPV bajo el título ‘La vía valenciana’. Ximo Puig se ha esforzado en predicar el federalismo que se aprobó en la conferencia del PSOE de Granada. ¿No cree que durante el mandato de Pedro Sánchez ese espíritu federalista se escondió demasiado?
 -España es un país plural y el PSOE es un partido plural. Si coges al azar a un extremeño y a un valenciano no tienen la misma idea de España. Lo mismo ocurre si coges a dos militantes de cada una de esas dos regiones. Debemos ahondar en la idea de federalismo como procedimiento y si creemos que los territorios han de tener una cierta autonomía en la toma de decisiones debemos hacer que esa autonomía esté coordinada, crear instituciones de cooperación, que sean democráticas –un Senado distinto al que hay ahora- y que esa autonomía sea suficiente, lo que implica reformar el sistema de financiación. Y esa es nuestra espiral de Granada: instituciones de cooperación, un Senado distinto y una autonomía bien dotada. Esos tres elementos siempre son defendidos con pasión por el PSOE. Una cosa distinta es si vamos a la idea de España. Seguramente ahí encontramos esa pluralidad y no se defiende la misma idea de país desde el punto de vista emocional o sentimental.

-¿Cree que ha faltado cierta pedagogía para explicarle a la gente lo que es el federalismo que propone el PSOE? Porque no fue un elemento fuerte en la campaña de Pedro Sánchez…
 -Siempre es fácil recurrir a aquello de que nos ha faltado pedagogía, relato, comunicación… son elementos que se repiten cuando uno tiene un problema. No sé hasta qué punto así ha sido. También habría que hacer pedagogía no solo con los ciudadanos sino con el resto de formaciones políticas porque esto lo que implica es un acuerdo entre todos para tener un diseño institucional que permita indistintamente de la corriente ideológica tener la descentralización que he explicado antes. Así que seguramente nos ha faltado esa capacidad de liderazgo sobre la sociedad y los partidos para llevarlos a ese proyecto que nosotros defendemos.

-Usted que está en Madrid, ¿considera que Puig ha conseguido poner sobre la mesa allí el problema valenciano de la financiación?
 -Está en la agenda y se evidenció en la Conferencia de Presidentes. Una cita que llevaba mucho tiempo sin producirse, que tiene que ver con el federalismo y con lo que nosotros defendemos. Cuando sientas en la mesa a los presidentes autonómicos sale la agenda regional y se descubre que efectivamente, la Comunidad Valenciana, entre otras, tienen esos problemas de financiación. Por eso son tan importantes las instituciones y la concepción del federalismo de la que hablamos. Así que en definitiva, sí, es un problema que está en la agenda y ya se han producido debates en el Congreso de los Diputados, donde el portavoz de Hacienda, Julián López, que es del PSPV, ha defendido estos asuntos en la cámara. Existe preocupación sobre el modelo y sobre el retraso en la revisión que ya debía haberse producido.

-Usted publicó tiempo atrás La crisis de representación en España, un libro en el que analiza el 15M y la aparición de Podemos, Ciudadanos… Parece como si después de un gran sprint inicial, C’s y Podemos hubieran perdido fuelle. ¿Cree que realmente han consolidado su espacio o lo que rápido crece pronto puede caer?
 -Hace un tiempo que lo escribí y no se me entendió o quizá no me expliqué bien. La gran diferencia que había hace dos años entre PP y PSOE y Ciudadanos y Podemos es que mientras los primeros eran partidos, estructuras territoriales organizadas con sus militantes y su poder local y autonómico, los segundos eran un estado de ánimo, algo emocional que tenía que ver con el diagnóstico de lo que estaba ocurriendo en el país. Esto se veía en las encuestas. Ellos deben hacer esa transición: de estados de ánimo a partidos políticos y ahí es donde se la juegan. Tener una estructura, tener capacidad de estar en las Administraciones gestionando, cambiando las cosas… Es decir, cuando uno se convierte en una organización política empieza a enfrentarse a dilemas, a responder preguntas, a poner soluciones, ya no solo hay que estar empatizando con el enfado sino explicar cómo vas a arreglarlo. Esto hace que sea incierto lo que vaya a ocurrir con estas formaciones.

-¿Cree que el PSOE está pagando todavía el peaje de los recortes de Zapatero en 2010 y la posterior negación de la crisis? También se oye a veces entre dirigentes socialistas que si Carme Chacón hubiera ganado a Pérez Rubalcaba las cosas hubieran sido diferentes en el PSOE e incluso en España…
 -Se han dicho y se dicen muchas cosas. Para hacer un análisis riguroso sin anécdotas hay que tener en cuanta dos factores: el problema de la socialdemocracia en general, que es de Europa y no solo de España. Esto tiene que ver con tener un proyecto político reconocible para la sociedad: esto consiste en identificar los retos que tiene un país o una sociedad y decir cómo vas a resolverlos. El segundo es la propia idiosincrasia española: sucede que la mayor crisis económica comienza a gestionarla el PSOE y la sigue gestionando el PP. En unas condiciones difíciles, anómalas, porque no tienes política monetaria y no puedes hacer lo que hacías antes. Complicada también porque empieza siendo un problema de demanda y el G20 ordena aplicar políticas keynesianas de gasto público y esto se traduce en que algunos países como Grecia tenían problemas de deuda y solvencia. Hay una serie de rasgos en definitiva que se producen y que coinciden con la presencia del PSOE en el gobierno: creo que hicimos lo que había que hacer y se hizo razonablemente bien. Las becas no se tocaron, las pensiones mínimas no se tocaron, los pilares que cohesionan la sociedad en definitiva, no se tocaron. Quizá nos faltó más fuerza en todo aquello. Haciendo autocrítica quizá la equivocación fue aquello de “me cueste lo que me cueste”. No nos tenía que haber costado nada porque teníamos que haberlo defendido y explicarlo a la gente. De hecho era tan correcto que cuando llegaron nuestros adversarios políticos lo hicieron pero multiplicado por diez y sin aplicar la sensibilidad que había tenido el PSOE.

-En la Comunitat Valenciana el PPCV no se está recuperando mal de la debacle electoral de 2015. De hecho, dirigentes populares –y alguno socialista- opinan que ante la crisis de Ciudadanos cada vez se está haciendo más difícil que el votante del PP de toda la vida encuentre razones para no volver al redil… ¿Coincide con esto?
 -Pues yo les digo que tienen muchas razones para no volver. La primera, la corrupción, porque significa que es un partido que abusa del poder cuando tiene el poder; que se apropia de una parte de los recursos para su organización o para sus integrantes. Es una manera de entender la política equivocada. Solo ese ya es un buen motivo, porque no se les ve arrepentidos, compungidos ni pidiendo perdón. Por otro lado han gestionado bastante mal la economía: aquí había un sector turístico que se descuidó, al apostar por un modelo de grandes eventos que era un fracaso. Dejaron caer el sector industrial, textil, calzado… no fueron capaces de modernizar el sector agroalimentario… Desde el punto de vista social son un desastre: el gobierno actual ha heredado barracones, hay hospitales en quiebra por el modelo de gestión que se aplicó… y yo no les he visto rectificar todavía por nada.

-Usted ha realizado observatorios para el PSPV antes de las elecciones de 2015. Recuerdo que clavó el resultado del PP –en torno a un 30%- pero el ascenso de Compromís y la irrupción de Podemos y Ciudadanos reventaron los sondeos. ¿Es una época infernal para los sociólogos?
 -La verdad es que sí porque tienes que hacer predicciones en escenarios totalmente desconocidos. Una predicción se hace dada una combinación de un conjunto de factores y elementos y, aplicándola, se produce un resultado. Pero todos esos factores y elementos no se habían producido antes porque Podemos nace en muy poco tiempo, Ciudadanos lo mismo, en el caso de la Comunitat Valenciana el fenómeno Compromís explosiona con una fuerza que no tenía antes. A todo hay que añadir cómo afectaban los estados de ánimo a los partidos tradicionales: también el PP siempre tiene mucho voto oculto, lo que complica aún más la predicción. Desde luego, a la gente hay que decirle la verdad, cuando hice aquellos informes para el observatorio del PSPV actué como sociólogo y se hicieron con la mayor neutralidad posible. A veces aciertas más y otras menos. Lo que sí que se veía bastante claro en aquellos informes es que el PP iba a perder la mayoría absoluta.

-Entiendo que no está realizando estudios para la Comunitat, pero ¿qué escenario cree que puede darse? ¿La sensación es que Puig se consolidará y aumentará distancia o cree que Compromís, puede adelantarle?
 -Ahora examino pocas encuestas de la Comunitat pero se ve a un presidente de la Generalitat bien valorado y una gestión bien valorada también, unos ingredientes que indican que el Consell está bastante solidificado, o al menos es lo que indican los sondeos que vi del 9 d’Octubre.

-¿Qué opina del movimiento de Pedro Sánchez para repetir como secretario general? 
 -Hay que ser respetuoso con todo el mundo y quien crea que está capacitado para dirigir este partido está en su derecho de intentarlo. Es verdad que en el caso de Pedro Sánchez tiene un plus de responsabilidad porque él ya ha sido secretario general y estoy seguro de que lo tendrá en cuenta en estas primarias.

-Usted también ha sonado como una posible tercera vía. ¿Descarta presentarse a liderar el PSOE?
 -Yo no estoy en eso. Ayudo a la gestora en lo que me piden, ahora por ejemplo con la ponencia política. La cuestión no es lo que uno quiera hacer, sino lo que el partido quiera hacer y ahí es donde yo voy a estar.

-¿Cree que Susana Díaz debe presentarse? ¿Usted la apoyaría?
 -Es una reflexión personal que debe hacer ella, por tanto todo lo que digamos los demás no ayuda mucho. Es uno de nuestros referentes en el partido, liderando la mayor federación que tenemos y posee cualidades para ello, como otros compañeros también las tienen. Ahora ella lo que tiene que hacer es ganarse la confianza de la mayoría del partido.

-Usted es de la misma quinta que Pablo Iglesias y fueron compañeros en la Complutense. ¿Tenían relación en esa época?
 -Sí somos de la misma época pero no éramos de la misma clase. Donde más le conocí justamente fue en un congreso en el que participamos en Valencia y ahí sí que coincidimos en los grupos. Pero vamos, no nos conocemos mucho, de hecho tengo más relación con Íñigo Errejón.

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