Aunque muchos apostaron por el hundimiento del ‘Princesa del Pacífico’, la famosa serie de los 80 fraguó una fórmula infalible de éxito que todavía encontramos en títulos de hoy
VALENCIA.—Probablemente conozcan la máxima de Alfred Hitchcock: «No hagas una película con animales, niños, o Charles Laughton». El mítico director de cine sabía de lo que hablaba. Cualquier rodaje con ellos se vuelve imprevisible. Si fuéramos más exactos, deberíamos añadir otra circunstancia: tampoco intenten rodar en un barco, o aténganse a las consecuencias. Steven Spielberg en la película Tiburón tuvo que tirar de ingenio. Encuadraba los planos hacia el horizonte, para después dar la vuelta a la embarcación y hacer los contraplanos de manera que simulaban estar en medio del océano, cuando en realidad rodaban junto a la orilla. Gracias a este truco pudieron estabilizar la cámara y evitar además que el equipo no acabase vomitando en cubierta.
Créanme, lo he sufrido. En el 2000 fui responsable de una serie para Telecinco titulada Mediterráneo, con Ana Duato y Josema Yuste. Uno de los capítulos trataba de un rescate en alta mar, y la dirección quería rodar en mitad del agua. Conscientes del problema, habíamos repartido Biodramina pero aun así el operador de cámara y Josema Yuste se descompusieron en menos que canta un gallo. El rodaje duró veinte minutos. Tuvimos que volver a tierra sin haber disparado ni un solo plano. Acabamos resolviendo la secuencia a toda prisa, haciendo ‘un Spielberg’.
Desde entonces, cuando pienso en Vacaciones en el mar, antes de venirme a la cabeza su pegadiza sintonía, recuerdo la regla: en el agua no, por favor. El barco del amor será todo lo exciting and new (emocionante y nuevo) que ustedes quieran pero cuando hay que subir a bordo para rodar, no es agradable.
La cadena ABC, responsable de la mítica serie que dominó durante nueve años la noche de los sábados, obviamente lo tuvo en cuenta. Todas las escenas interiores, las de aquella sala de fiestas y los camarotes, se rodaron en el plató de los estudios de la 20th Century Fox. Solamente los exteriores, eso sí, imprescindibles, se hicieron durante los cruceros reales en el Pacific Princess, el trasatlántico más famoso de la televisión, con más de 300 tripulantes entre equipo técnico y personal del barco.
(Lea el artículo completo en el número de diciembre de la revista Plaza)