VALÈNCIA. La historia acabó este lunes a mediodía, cerca de la una, cuando el alcalde de València, Joan Ribó, llegó a Rocafort para encontrarse con su homónimo local, Víctor Jiménez. Acabó porque se remontaba a mediados de los años ochenta, cuando un vecino de esta localidad decidió donarle al Ayuntamiento de València un inmueble como equipamiento. Un acuerdo de apenas “dos párrafos”, en la descripción que hacen desde el Ayuntamiento de Rocafort, marcaba la existencia y la personalidad de este pedazo de València fuera de ella. Poco sólido y, a todas luces, insuficiente.
Fue en abril de este año que desde Rocafort se comenzaron a plantear exigencias para darle una salida firme y un proyecto más serio a este inmueble que ha sido colonia de vacaciones o del que se ha hecho uso en campamentos para niños. Y es ahí donde entra la visita de Ribó a Rocafort. Porque no era sólo una visita de cortesía, un reconocimiento a estos 35 años de relación, sino también una forma de consolidar con un convenio serio este vínculo y limar posibles asperezas recientes.
Con el fin úlitmo de facilitar la inclusión de las personas alojadas en el antiguo Casal d’Esplai, ambos consistorios han firmado un documento que clarifica el futuro de este inmueble que, a pesar de estar ubicado en Rocafort, es propiedad del Ayuntamiento de València y actualmente es la sede de un albergue de acogida, con 48 plazas, todas ellas ocupadas. Este cambio de uso fue el que provocó el conflicto, ya que se hizo sin permiso del Ayuntamiento de Rocafort. Algo que provocó malestar en el consistorio de L'Horta Nord que llegó a plantear la posibilidad del cierre por no tener licencia de actividad.
Tras este amago de conflicto, la buena predisposición de Ribó (Compromís) y Jiménez (PSPV) por encontrar una solución facilitó hallar una salida y se optó por este convenio marco, que legalmente da una mayor cobertura y clarifica la situación. En él se resalta el interés de los dos municipios “para mantener esta coordinación y cooperación continuada, basada en los principios de respeto a cada uno de los municipios y a sus formas de funcionamiento”.
Se trata de cerrar lo que se abrió hace tres décadas con aquella donación, y además darle sentido, que València se responsabilice de esta casa de Rocafort que es suya, y que Rocafort la pueda sentir como propia y no como algo impostado. Un cambio con respecto al pasado que se traducirá incluso en el nombre porque a partir de ahora el Casal d'Esplai se llamará Casal d'Acollida.
Según este convenio, las personas que viven provisionalmente en este equipamiento podrán hacer uso de varios servicios públicos de Rocafort como, por ejemplo, el polideportivo o la biblioteca. Además, en esta localidad, se desarrollarán actividades para construir redes de apoyo y encuentros interculturales. Entre los recursos que ofrece el Ayuntamiento de València en este albergue situado en Rocafort, hay talleres para el desarrollo de recursos esenciales para la inclusión de las personas, y talleres de inserción laboral.
En cuanto a los compromisos del Ayuntamiento de València, que facilitará al de Rocafort los datos necesarios para la emisión de carnés o exención de tasas, también ofrecerá las plazas del Casal de Acogida para atender las necesidades de alojamiento del municipio de l’Horta Nord. Asimismo, además de los talleres de inserción laboral, que se desarrollan en la actualidad, en el Casal se llevarán a cabo jornadas de puertas abiertas.
A partir de ahora los dos ayuntamientos trabajarán conjuntamente con asociaciones vecinales y otras entidades para fomentar tareas de información, orientación y asesoramiento jurídico en materia de extranjería, y en el desarrollo de un protocolo de comunicación entre la Policía Local y el Servicio de Cooperación al Desarrollo y Migración de València. Porque, y ésa es otra, aunque la casa es del Ayuntamiento de València desde todo este tiempo, las dos ocasiones que en Rocafort han necesitado la ayuda de la Policía Local de València lo que habían recibido era sorpresa: nadie parecía ser consciente del estatus de la casa.
El alcalde de València, Joan Ribó, que estuvo acompañado de la concejala de Cooperación al Desarrollo y Migración, Neus Fábregas Santana, de quien depende el inmueble, fue explícito en su agradecimiento “al ayuntamiento y la población de Rocafort” y recordó que los dos municipios fueron declarados ciudad refugio a finales del año 2015. La firma, además, se realizó en una jornada de gran valor simbólico, coincidiendo con el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y se formalizó en el pueblo donde estuvo refugiado Machado durante la Guerra Civil española. Un escenario y un momento, pues, más que oportunos.