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crónicas por los otros / OPINIÓN

València, ciudad por el comercio justo 

Si cada valenciano y cada valenciana consumiera tan solo un paquete de café de comercio justo al mes, contribuiríamos a que 60.000 personas productoras vivieran con dignidad. El domingo 12 de mayo es el Día Mundial de Comercio Justo y desde el pasado 2 de abril València tiene el título de 'Ciudad por el  comercio justo'

11/05/2019 - 

El Comercio Justo La CV organiza en estas semanas diferentes iniciativas para sensibilizar sobre el comercio justo. La celebración coincide con la campaña electoral por las municipales y desde la CVONGD han pedido a los responsables políticos que impulsen en los próximos 4 años en sus municipios el comercio justo y el consumo ético y responsable.

Y es que poco a poco las Administraciones Públicas también se están sumando, cada vez más, al comercio justo a través de los contratos de suministros o de servicios. Por ejemplo: en las máquinas expendendoras y cafeterías de los edificios públicos, los comedores escolares, uniformes de trabajo de la policía o de los servicios de jardinería o limpieza. A esto se le llama compra pública ética, y en la Comunitat Valenciana ya lo practican ayuntamientos como los de València, Castellón, Puerto de Sagunto y Orihuela, y universidades como la de València, Polítècnica de València y Jaime I de Castellón. Este tipo de contratos es toda una declaración de intenciones hacia dónde vamos con las políticas actuales.

Estar sensibilizado con el comercio justo marca la diferencia en todos los sentidos. Y los partidos políticos, ayuntamientos e instituciones públicas tienen una parte de responsabilidad importante en dar ejemplo.

Un municipio comprometido con el comercio justo y que se preocupa de garantizar un sistema comercial solidario y alternativo al convencional, que garantiza los derechos humanos y laborales de las personas productoras, la ausencia de explotación laboral infantil, la igualdad entre mujeres y hombres y la protección el medio ambiente… es un municipio a tener en cuenta y a seguir. Y a partir de ahí puede empezar el efecto llamada al resto de instituciones públicas, privadas y particulares.

De hecho cada vez hay más empresas, supermercados, comercios, bares y restaurantes que incorporan productos de comercio justo, sobre todo de alimentación: café, azúcar, panela y chocolate que son los que se encuentran más fácilmente.

Es justo reconocer que cada vez cuesta menos acceder a este tipo de productos tanto porque hay más canales de distribución como porque son más accesibles económicamente. Aun así todavía falta mucho camino por recorrer y llegar al momento en que el comercio justo no se asocie solo a oenegés.

Apostar por el comercio justo imprime un estilo de vida y una conciencia que debería estar extendido de manera trasversal en los circuitos comerciales de cada ciudad.

El reto y el sueño para algunos y algunas sería conseguir que todos los productos que consumimos tengan los sellos y certificaciones internacionales que son concedidos por entidades independientes que auditan los productos de comercio justo y las organizaciones de personas productoras. Son sellos como el de FairTrade, Ecocert, SPP-Sello de Pequeños Productores y Fair for Life.

Nuevo título para València

El Ayuntamiento de València ha impulsado en los últimos años la realización de contratos públicos con criterios de comercio justo, como el que desde 2017 otorga la concesión de 50 máquinas expendedoras de bebidas calientes con café de comercio justo para los edificios municipales. Esta es una de las acciones que ha llevado a cabo y que se ha valorado para concederle el título de “Ciudad por el comercio justo” que obtuvo el pasado 2 de abril.

Con este título se reconoce el compromiso de las administraciones públicas, las ONGD, entidades sociales, sector privado y sector educativo con el impulso del comercio justo como herramienta de lucha contra la pobreza, defensa de los derechos humanos y protección del medio ambiente.

València se posiciona así en la 19ª ciudad española en conseguir esta distinción, que ostentan 2.175 ciudades en 23 países de todo el mundo, entre ellas Londres, Bruselas, Roma, San Francisco, Copenhague, Melbourne y Taipei, fuera de nuestras fronteras, y Madrid, Córdoba, Bilbao, Burgos, Valladolid, León y San Sebastián, en nuestro país. En la Comunitat Valenciana solo Orihuela (Alicante) y Teresa (Castellón) tienen ese título.

El reconocimiento se obtiene gracias a que, en la ciudad de València, un total de 107 comercios ofrecen al menos tres productos de comercio justo, y 96 establecimientos de hostelería los incluyen en la oferta a sus clientes.

El título reconoce, asimismo, el trabajo de las seis ONGD de comercio justo que impulsan esta herramienta de lucha contra la pobreza y sensibilizan a la población sobre el consumo ético y responsable, y el de otras ocho entidades que desarrollan acciones en favor del comercio justo.

También ha sido imprescindible para la obtención del título, la implicación de centros educativos de la ciudad y de las dos universidades públicas, Universitat de València y Universitat Politècnica de València, así como el del Ayuntamiento de València.

Hasta el 18 de mayo, ONGD y universidades celebran el Día Mundial del Comercio Justo en diferentes localidades de la Comunitat Valenciana, con actividades lúdicas y de sensibilización para toda la familia, entre ellas talleres, actividades y actuaciones infantiles, puestos de información, degustación y venta de productos de comercio justo, música en directo, desfiles de moda y concursos de cocina…

Una campaña que este año pone especial atención en conseguir el compromiso de los partidos políticos por estar en plena campaña electoral sin olvidar la sensibilización para que los ciudadanos y ciudadanas nos ocupemos en consumir de forma ética y sostenible.

Y es que no olvidemos la responsabilidad que tenemos como consumidores en cada uno de los productos que compramos porque el comercio justo es responsabilidad de todos y de todas. Es importante ser conscientes de la cadena de producción que hay detrás de cada uno de los productos que consumimos y preocuparnos de saber sus orígenes.

Según la OIT, más de 25 millones de personas en todo el mundo están atrapadas en trabajo forzoso. La agricultura y el textil son dos de los sectores en los que esta forma de explotación extrema está más extendida. Además, 168 millones de niños y niñas se ven obligados a trabajar, la mitad de ellos en lo hacen en tareas peligrosas para su salud e integridad física y psicológica.

Todo esto ocurre, sobre todo, en los países empobrecidos de América Latina, África o Asia en los que se produce la inmensa mayoría de la ropa que nos ponemos, y muchos alimentos que consumimos a diario: café, té, cacao, azúcar…

La semana que viene… ¡más!

  • El sábado 18 de mayo tendrá lugar la Festa del Comerç Just en la Plaza del Ayuntamiento de València

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