València deja en el aire el 'catastrazo' a la espera de un cambio de cálculo del IBI

VALÈNCIA. Lo anunció el entonces concejal de Hacienda, Ramón Vilar: el Ayuntamiento de València se disponía a solicitar al Ministerio de Hacienda la revisión de los valores catastrales de la ciudad tras más de dos décadas sin hacerlo. Una operación necesaria pero que, previsiblemente, iba a llevar aparejado un incremento de los valores catastrales y, en consecuencia, la base a partir de la cual se calcula el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que pagan negocios y vecinos al Ayuntamiento.

Eso fue a finales de 2019, pero ni se hizo ni se va a hacer, según explican a este diario fuentes de la concejalía en cuestión, que ahora encabeza el sucesor de Vilar, Borja Sanjuán. La solicitud al Ministerio no se llegó a cursar en su momento y, tras el estallido de la pandemia, el gobierno municipal rehusó cumplimentarla porque la imprevisible crisis económica pospandémica recomendaba esperar.

Casi dos años después del inicio de la crisis sanitaria, ahora el consistorio descarta hacerlo, al menos de momento. Pero en esta ocasión por otro motivo bien distinto: el Ayuntamiento de València, al igual que otras administraciones, está a la espera de que el Ministerio de Hacienda lleve a cabo una modificación en el método del cálculo del IBI.

Así pues, en este sentido, explican fuentes de la concejalía que carecería de sentido pedir la revisión de los valores catastrales, un proceso que puede durar varios años, cuando estos valores van a perder preeminencia a la hora de calcular el mencionado gravamen, que es el que, por otro lado, mayor recaudación aporta a las arcas municipales. De esta manera, apuntan a la posibilidad de que el Ministerio adopte otro índice más vinculado al valor real de los inmuebles como referencia para dicho impuesto.

Se trata del llamado valor de referencia, que entrará en vigor el próximo uno de enero pero sólo se aplicará por el momento al impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP) y el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD). Este valor se calculará anualmente cuantificando la media del precio de los inmuebles comprados y vendidos en una zona. Zonas que, por otro lado, no tienen por qué coincidir exactamente con los barrios.

24 años sin actualización de los valores catastrales

Este valor, por tanto, está mucho más próximo al valor real de los inmuebles que el valor catastral, que se actualiza cada cierto tiempo y es menos sensible al mercado. De hecho, la revisión del catastro lleva sin hacerse en València desde 1997, hace 24 años. Desde entonces, no se ha abordado ninguna actualización de la ponencia de valores para ajustar el valor catastral de los inmuebles a la nueva realidad, más allá de algunas inspecciones practicadas por el Gobierno central en 2014 a edificios públicos que no constaban en los registros.

El Ayuntamiento de la capital sí que hizo un amago de empezar con el proceso de actualización general en 2007, pero apenas un año después se desterró la idea. El gobierno del Partido Popular dirigido por Rita Barberá sostuvo como argumento el hundimiento del mercado inmobiliario y el perjuicio que podría suponer el excesivo incremento de este gravamen en la reactivación del sector. Así pues, sigue sin hacerse.

Todo esto hace que todos los años, el Gobierno central aplique un pequeño incremento del tipo estatal en el IBI de València. Lo hace en todas las ciudades en las que, como el Cap i Casal, no ha habido una revisión catastral. Y en ese sentido, desde hace tiempo, el gobierno municipal ha estado compensando esta subida del tramo general con una bajada similar en el tramo local, de manera que el recibo del contribuyente no se veía afectado.

Mecánica que en los presupuestos de 2020 decidió no utilizar y la consecuencia directa es que el pasado ejericico ejercicio se hizo efectiva una subida generalizada del 3% en la factura del IBI. Se producía esto, precisamente, después de dos años de caída en la recaudación de este impuesto.