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aboga por la concesión a largo plazo

València En Comú no quiere vender suelo público a Juan Roig para su pabellón

Foto: KIKE TABERNER
22/02/2018 - 

VALÈNCIA. La intención de Juan Roig de crear un nuevo pabellón Arena para València se ha topado con un impedimento administrativo que se ha convertido en insalvable. València En Comú, no es partidaria de la venta de terrenos y no piensa dar su brazo a torcer. La formación afín a Podemos de la que depende la Concejalía de Patrimonio, donde se incluye el suelo público, ha expresado ya por diversos canales su oposición a esta operación y ha propuesto, como ya sucediera con la Universidad Europea, una concesión a largo plazo en lugar de la venta o permuta de terrenos.

Roig planea construir un pabellón de 25.000 localidades con una inversión próxima a los 150 millones de euros. El pabellón, que será sede del València Basket, servirá también para acoger acontecimientos deportivos y culturales y está pensado para ser un punto de encuentro de la ciudad. Para desarrollar el concepto se han estudiado pabellones de Estados Unidos y Europa, con el fin de crear la mejor infraestructura posible.

La propuesta, que cuenta con el aval de la fortuna personal de Roig, la segunda persona más rica de España según Forbes, tiene un talón de Aquiles y es que se ha concebido partiendo de la idea de que el València Basket sería el dueño de los terrenos. Y para ello el Ayuntamiento de València debería acceder a desprenderse de suelo público. Algo que no todos lo tienen tan claro en la Casa Gran.

"No somos una inmobiliaria"

Así lo confirmó su portavoz, María Oliver, quien explicó a Valencia Plaza que desde su formación son partidarios de una concesión a 50 o incluso 80 años, pero no de una operación de compra por subasta que implique desprenderse de patrimonio de todos los valencianos. “Cualquier venta supone una operación comercial y nosotros no somos una inmobiliaria, somos un Ayuntamiento y nuestra función es otra”, sostuvo.

Oliver, quien reconoció en todo momento el importante valor que tendría para la ciudad la construcción de un pabellón Arena como el que ha propuesto Roig, hizo ver que desde un punto de vista administrativo es más coherente el acudir a fórmulas como la concesión a largo plazo, “que ligan el proyecto a la ciudad”, que operaciones como la venta que hacen que el Ayuntamiento “pierda el control” sobre los destinos que se le quieran dar al suelo.

Igualmente, se mostró muy reacia a la posibilidad de una permuta de terrenos, siguiendo el modelo de lo que sucedió con el Nuevo Mestalla, precisamente por los magros resultados que dio esta “muy mala experiencia”, según la definió Oliver. “En esa ocasión la ciudad perdió un excelente solar en una buena zona, y a cambio lo que ha conseguido son una docena de solares mal distribuidos”, dijo.

Disensión en el Govern de la Nau

La postura de València en Comú no es compartida por algunos de sus compañeros del Govern de la Nau. En concreto, desde Compromís se está haciendo presión para convencer a Oliver de que se permita esta operación de venta de suelo público porque, aseguran en el entorno de la formación del alcalde Joan Ribó, la venta se haría con precios de mercado y supondría una importante inversión en una infraestructura de gran calado para la ciudad.

Igualmente, creen que para el consistorio no sería de gran valor el heredar dentro de unas décadas un pabellón deportivo que para entonces estaría desfasado. Al mismo tiempo, otras fuentes recuerdan que, a nivel patrimonial, para fortalecer al club de baloncesto siempre será mucho mejor poseer la propiedad del suelo que sólo el usufructo.  

Tasación de los terrenos

Por el momento en el Ayuntamiento de València están solicitando estudios para recabar información en torno al valor del suelo que se quiere emplear para construir el pabellón. Desde València En Comú explican que con ello lo que se pretende es establecer “el marco” en el que se va a negociar.

“Nos parece interesante la idea del pabellón Arena, pero lo queremos hacer con mucho cuidado”, ha insistido Oliver. Entre sus reparos, el hecho de que el pabellón estaría en una zona “muy sensible” de la ciudad, donde una “infraestructura de lujo” como ésta no puedo quedar de espaldas a la ciudadanía. “La gente debe poder hacer uso de él”, ha recalcado.

Por eso Ribó pidió prudencia

Su premisa principal es que el pabellón tenga uso, que tenga retorno social. Y es por ello que considera que la opción de la venta no se puede contemplar, al tiempo que pidió saber con más claridad la postura del PSPV que en este asunto, dijo, “se ha puesto de perfil”.

Su oposición a la venta y su predilección por la concesión choca con la decidida apuesta desde Compromís, y especialmente del alcalde, Joan Ribó, por el proyecto de Roig. Reparos pues que explican el porqué el propio alcalde invocó a la prudencia hace unos días a la hora de hablar del pabellón. Ribó sabía que aún queda mucha tela que cortar. 

Y es que desde que se ha estado hablando de este viejo proyecto, cuando volvió a la palestra con motivo de la apertura de L'Alqueria del Basket en septiembre del año pasado, las posturas dentro del gobierno municipal, lejos de acercarse, se han ido distanciando cada vez más. 

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