la revista The Restaurant Magazine sobre valencia

València es sinónimo de paella, horchata y Quique Dacosta y eso no debería molestarnos

Basta de lloriqueos con lo que se supone deberíamos ser, basta de mirar 'lo nuestro' desde la óptica del provincianismo y tanto miedo escénico. Y desde luego basta ya de tratar de vendernos como lo que no somos, porque a lo mejor es verdad ¿Y qué problema hay?

| 09/06/2017 | 2 min, 18 seg

La lista más importante del mundo no es Michelin (que por cierto, no es un ranking) sino The World´s 50 Best Restaurants, la lista “asesina” (palabras de Ferran Adrià) la única capaz de alzar a unos y silenciar a otros y poner los puntos sobre las íes en el panorama gastronómico internacional

Os cuento: cada primavera, la revista The Restaurant Magazine dicta sentencia en la que ya tomos aceptamos como los Oscar de los foodies. La mecánica es sencilla: votan de manera confidencial casi 1.000 profesionales de todo el mundo, divididos entre grandes cocineros, propietarios de restaurantes y periodistas gastronómicos —es decir: ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Y detrás de todo este cotarro anda la revista Restaurant y tras ella la marca de agua mineral San Pellegrino. 

Pues bien, dicha revista ha publicado recientemente un artículo que repasa el vibrante momento de vive la gastronomía valenciana y lo hace de la siguiente manera: Valencia, a city tasting tour.

La articulista de turno, Giorgia Cannarella, hace un recorrido dividido en tres partes de lo que tiene que ofrecer nuestra gastronomía al mundo (y lo hace, insisto, desde una revista cuyo ideario es la vanguardia) y he aquí esos insólitos tres pilares: la paella, la horchata y los restaurantes de Quique Dacosta. Con dos cojones, Giorgia.

Això no pot ser! 

He de admitir que puse el grito en el cielo y mi primera reacción fue el pataleo: tan nuestra. ¿Paella y horchata? ¿Y ya está? ¿Eso es lo que han deducido estos bastardos ingleses que ofrece nuestra gloriosa gastronomía? Això no pot ser! Porque… ¿qué pasa con nuestros maravillosos restaurantes japoneses? ¿Qué pasa con Ricard? ¿Qué pasa con Bouet, con Begoña Rodrigo o con este nuevo (viejo, en realidad) maravilloso Canyameral?

Pues bien, no pasa nada. Porque tras el susto, es momento de la reflexión… ¿Y qué problema hay porque para el resto del mundo sigamos siendo sinónimo de paella, horchata y de uno de los grandes cocineros del planeta? ¿Qué maldito problema hay con que nos represente uno de las más redondas creaciones culinarias y una bebida que tan bien habla de nuestro territorio y nuestra huerta? En realidad: ninguno. Tan solo el nuestro.

Se llama orgullo.

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