VALÈNCIA. Presentar una estrategia pública siempre levanta el interés de una parte importante de la prensa, más aún si los encargados de hacerlos son la concejala y el propio alcalde. Así ocurrió ayer en el Palau de la Música, en el que Joan Ribó y Glòria Tello convocaron a los medios para presentar la “Estratègia de desenvolupament i posicionament de València com a Ciutat Musical”. El Ayuntamiento de València aprovechó los últimos días para hacer presentaciones oficiales y explicó “el largo camino” que van ha tomar para “poner en valor la materia prima musical” de la ciudad. Pero nada más lejos de los grandes anuncios: Ribó y Tello anunciaron un contenedor que aún no tiene ningún tipo de contenido.
El mismo alcalde de València ha sido el encargado de introducir la presentación poniendo sobre la mesa algunos datos, ya bien conocidos por el mundo de la cultura: el 50% de las sociedades musicales de toda España son de la Comunitat, el Palau de la Música y Les Arts son dos centros culturales de referencia internacional, que la ciudad cuenta con la segunda sede de la prestigiosa Berklee, que está previsto la construcción del Valencia Arena añadirá un importante atractivo turístico a través de las grandes citas musicales… Glòria Tello añadía algunas frases como “València es tierra músicos” o “la música está en nuestro ADN”.
¿El objetivo de todo esto? Llegar al anuncio de un largo proceso de cuatro fases que configurará la política musical del consistorio a través de la marca València Music City, ahora mismo prácticamente inexistente más allá de la programación musical de sus centros dependientes. La primera fase echó a andar el pasado 22 de febrero, cuando se resolvió un concurso abierto al que solo se presentó el Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de València por un valor de 25.000 euros más IVA. El equipo de investigadores dirigido por José María Nácher tendrá que realizar un estudio sobre la producción musical, algo que ya conocen mucho porque no es el primer trabajo de esta naturaleza que se le encarga (el último lo publicaron el pasado mes de junio, por un encargo de la Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana, MusicaProCV, y la Agencia Valenciana de Turismo). Se espera que la tarea se lleve a cabo a lo largo del 2019.
Después se abrirá la segunda fase, que buscará las fortalezas del tejido industrial de la música en la Comunitat y se hará mediante "un diseño participativo". En el tercer paso se organizarán unas reuniones sectoriales que pondrán en la misma mesa a los principales agentes culturales y turísticos, públicos y privados, para recoger las preocupaciones e iniciativas de la industria en la ciudad y darles una respuesta desde la Administración. El último paso es la autoproclamación de Music City a través de la creación de una marca y la promoción externa en el ámbito nacional e internacional.
La iniciativa, que ha sido arropada por promotores y otras personalidades de la música en la rueda de prensa no responde, sin embargo, a peticiones concretas que ya se han lanzado desde los sectores culturales de la ciudad y la Comunitat y que no han recibido una respuesta concreta desde la Administración hasta ahora. Destaca, por ejemplo, la problemática de las licencias, que hace prácticamente imposible organizar un espectáculo de música en directo más allá de algunas salas de conciertos. Esto implica desde los bares culturales hasta los propios músicos callejeros. Joan Ribó ha afirmado, en este sentido, que "el problema de las licencias existe y estamos trabajando para cambiar la naturaleza de cada una para dar respuesta a los locales de ocio".
Los locales privados, a su vez, se quejan de lo lesivo que resulta que desde los centros públicos se organicen conciertos y actividades musicales gratuitas, contraprogramando muchas veces la iniciativa privada a riesgo de los pequeños promotores. Este es uno de los temas sobre "el que debería ocuparse esta estrategia", incluso encargarse de cohesionar las iniciativas públicas de diferentes administraciones.
También existe la problemática por el modelo de Alcalde de Noche, que es una figura que los locales de ocio nocturno llevan exigiendo toda la legislatura. Actualmente está aprobada su creación pero aún no se ha definido el modelo con el que finalmente se desarrollará, que tiene enfrentados a los hosteleros con el vecindario. El ayuntamiento fía a este “largo camino” la resolución a algunas de estas urgencias, que no se habrán resuelto tras cuatro años de gobierno.
Preguntada por las dificultades con las que se ha encontrado el Ayuntamiento para no empezar a ocuparse antes de la política musical, Glòria Tello ha explicado que esta estrategia que presentaron ha sido el resultado de “la experiencia de estos años, conociendo la gente del sector y promoviendo iniciativas como Palau Obert, que ha acabado formando un convoy con el que ahora toca trabajar”.
“Tenemos que exprimir esa materia prima tan buena que hay”, dijo en la rueda de prensa el alcalde Ribó. Las expectativas de esta estrategia son altas y desde València quiere reflejarse en Melbourne, Austin o Toronto, consideradas de largo las ciudades con una política musical más desarrollada a nivel mundial.
El sello Music City en realidad no es una denominación oficial, sino algo que se autoproclamará la propia ciudad, como otra marca turística. Más tarde, si que se intentará entrar en algunas redes público-privadas de ciudades musicales, como la dependiente de la consultora Sound Diplomacy. La UNESCO también tiene una distinción de Cities of Music, que ya ostenta Sevilla pero no ninguna de las tres ciudades en las que se quiere reflejar València.