València permitirá aplazar la factura del agua hasta 2021 a los negocios afectados por coronavirus

VALÈNCIA. Uno de los debates en torno al cual ha girado la actualidad las últimas semanas es la implementación de medidas económicas para favorecer la salida a la crisis derivada del parón de la actividad debido a la pandemia del coronavirus. Las administraciones están tomando diferentes medidas de urgencia, algunas de las cuales son, para muchos colectivos y partidos, insuficiente, pero conforme van pasando las semanas se van conociendo más y más herramientas. En este caso, se trata de la factura del agua. El Ayuntamiento de València prevé dar luz próximamente a diferentes acuerdos que beneficiarán a aquellos que se hayan visto afectados por el frenazo.

Por un lado, se ha tomado la determinación de permitir aplazar la factura del agua de los próximos meses hasta el año que viene a aquellas empresas y autónomos que hayan perdido sus ingresos por la situación excepcional o que hayan tenido que bajar la persiana. Así, todos ellos podrán hacer frente a las facturas de este año en 2021, y el Ayuntamiento dará la posibilidad de fraccionar el pago en seis cuotas sin ningún interés para rebajar el impacto en los gastos mensuales de los negocios el próximo ejercicio.

En el plano social, también se prevén otras iniciativas, como la de ampliar el fondo social existente y en el que participan el consistorio, la empresa mixta de aguas de la ciudad, Emivasa, y la Fundación Aguas de Valencia. Este fondo consta de unos 400.000 euros, la mitad de los cuales sirve para cubrir los gastos de abastecimiento de agua de aquellas familias que, por su situación de vulnerabilidad económica, no pueden hacer frente a la factura, acreditándolo antes los servicios sociales.

Con ello, el año pasado se pagaron 6.000 facturas de 1.600 familias aproximadamente. Ahora, el consistorio pretende multiplicar los 200.000 euros casi por ocho, elevando el montante total a 1,5 millones de euros para hacer llegar esta línea de ayudas a muchas más familias que no puedan pagar algunas de las facturas. 

La edil del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, explica que el consistorio está buscando "medidas para la gente que lo necesite" y no "un aplazamiento generalizado". "Hay familias que van a poder seguir atendiendo las facturas de agua, pero hay otras que no", insiste la concejal del ramo, para quien la intención del Ayuntamiento debe ser "centrar los esfuerzos en destinar los recursos a quienes de verdad están una situación vulnerable". Lo cierto es que todo ello se refiere a la parte de la factura referente al abastecimiento del agua, no a la de saneamiento.

El resto de conceptos, como el canon de saneamiento, la tasa Tamer, la tasa de alcantarillado o la tasa de la Confederación Hidrográfica del Júcar tienen otro futuro dado que algunos de ellos no dependen exclusivamente del Ayuntamiento de València. El canon de saneamiento depende de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), que cuelga de la Conselleria de Medio Ambiente. Según anunció la consellera Mireia Mollà, la administración aplazará para todos los usuarios el pago del canon del período entre abril y junio y se pagará de forma fraccionada durante el año y medio siguiente.

Por su parte, la tasa Tamer la recauda la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre), que no se ha pronunciado al respecto por lo que, de momento continuará cobrándose. Además, la factura del agua contempla la tasa de la Confederación Hidrográfica del Júcar, dedicada a la captación del agua, un tramo que podría aplazarse de acordarse entre consistorio y Confederación.

Lo que sí depende únicamente del Ayuntamiento es la tasa de alcantarillado, que el gobierno municipal ha modificado este ejercicio para incrementar su recaudación. Se trata de un gravamen finalista, cuya dedicación fundamental son las inversiones en la red de saneamiento así como la limpieza, conservación y mantenimiento de la misma. Partidas que hasta este ejercicio habían resultado insuficientes. 

Este mismo lunes, el PP planteó dejar sin efecto la subida para "rebajar el recibo del agua y la presión fiscal ". El equipo de gobierno lo rechazó porque, insiste Valía, "la intención de la tasa es cubrir el coste del servicio", porque es finalista, por lo que de reducirla, "significa que limpias menos y conservas menos, y eso puede comprometer el funcionamiento y la seguridad de todo el sistema". Los populares criticaron la negativa porque el consumo del agua se ha incrementado en los hogares con motivo del confinamiento y según la portavoz del PP, María José Català, "no hay excusa" para no rebajarla.