VALÈNCIA. Es sólo el primer paso, pero la Universitat de València ya puede ver más cerca la solución. La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de València ha aprobado, provisionalmente, la Modificación Puntual del Plan Especial Nou Campus. En ella se contempla el vallado del campus de Tarongers de la Universitat de València con lo que calles y plazas como la dedicada a Manuel Broseta serán espacios internos que no podrán ser utilizados fuera del horario lectivo.
La petición por parte de la institución académica se ha ido fraguando en los últimos años. En ella influyeron dos elementos: uno circunstancial y otro permanente. El circunstancial era la celebración de botellones en los viales interiores del campus todos los fines de semana. Si bien la situación no se ha producido todavía en este curso y “ya no es un problema como antes”, como explican desde la Universitat, vallando el complejo se evitaría que en el futuro se repitieran los botellones.
Y la otra, más permanente en el tiempo, es la seguridad en sentido estricto. En la actualidad, al no estar vallado, el campus de Tarongers exige una vigilancia intensiva por la noche, al tener abiertos los caminos. Con el vallado, el campus de Tarongers quedará como su vecino de enfrente, el campus de la Universidad Politécnica, y será más fácil de custodiar.
La modificación del Plan Especial fue anunciada este lunes por el concejal delegado de Desarrollo Urbanístico, Vicent Sarriá, al término de la reunión de Urbanismo en la que también se aprobó, provisionalmente, una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que afecta a La Ceramo.
El acuerdo del vallado del Campus de Tarongers será remitido a la Comisión Territorial de Urbanismo de la Consellería de Vivienda, Obras públicas y Vertebración del Territorio, a efectos de su aprobación definitiva. Con todo, estos son sólo los primeros pasos antes de que la Universitat pueda por fin vallar sus edificios de Tarongers. El vallado afectará a las Facultades de Derecho y Economía, así como a diferentes servicios que tiene la institución en la zona como el SEDI o la Biblioteca de Ciencias Sociales ‘Gregori Maians’.
Desde la Universitat recordaron que el acuerdo de la comisión de este lunes deberá ser aprobado por el pleno consistorial. Posteriormente, por la Conselleria. Tras ello se deberá redactar el convenio entre el Ayuntamiento de València y la Universitat para que ésta se haga cargo de los viales interiores, que son de propiedad municipal. Dicho convenio deberá ser después ratificado por la Junta de Govern de la Universitat y por el Ayuntamiento.
Así pues de aquí a que se le pongan vallas a la universidad quedan muchos meses. Lo que sí es seguro es que éste será el último curso en el que Tarongers luzca sin vallas. El campus fue inaugurado en octubre de 1995 y nació como utopía de un espacio libre, abierto, una quimera que ha sido devorada por la pragmática realidad 22 años después.