VALÈNCIA. Finalmente, la Plaza Honduras y Ciudad Jardín no serán declaradas Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), tal y como plantearon las asociaciones de vecinos del entorno. Y es que, el Ayuntamiento ha constatado a través de diversos estudios que estas zonas no presentan los límites sonoros necesarios como para introducir la medida. Esto es, superar los 65 decibelios dos veces por semana durante tres semanas consecutivas.
Ahora bien, el área de Contaminación Acústica que dirige Giuseppe Grezzi admite que estas áreas, junto con otros barrios de la ciudad, sí que son especialmente sensibles al ruido por las actividades y la afluencia que presentan a lo largo del año. Es por ello que, al margen de la declaración como ZAS que ahora ha sido denegada, los diferentes servicios del Ayuntamiento han impulsado algunas acciones para reducir en la medida de lo posible las molestias a los vecinos y vecinas.
Así, estos informes se recogen en la resolución de la Junta de Gobierno Local mediante la cual se rechaza la ZAS. Por ejemplo, una de las principales preocupaciones de los afectados tiene que ver con el botellón, actividad que se acentúa sobre todo durante los meses de verano. Así, a este respecto, el consistorio explica que recientemente se reforzó el operativo de vigilancia para evitar "las conductas antisociales" en la zona.
Asimismo, los locales de restauración y de ocio también fueron objeto de algunas de las limitaciones más severas como, por ejemplo, la puesta en marcha de estudios para promover la reducción de las terrazas. Pero mientras tanto, apuntan, se han aumentado las labores de inspección en los negocios, para comprobar que efectivamente cumplen con los límites de ruido, de afluencia y de horario, al tiempo que también se controla "la extracción de bebidas alcohólicas al exterior de los locales".
A este respecto, los informes apuntan que el servicio de Policía Local ha realizado desde julio 13 inspecciones a diferentes establecimientos, 5 de las cuales han acabado con levantamiento de acta por infracciones. Del mismo modo, los cuerpos de seguridad también han llevado a cabo tareas disuasorias como, por ejemplo, vallar algunas zonas abiertas y arboladas.
Actuaciones que, sin embargo, no parecen ser suficientes para los vecinos, que pidieron dar un paso más en las restricciones sonaras para el barrio. En este sentido, cabe recordar que la declaración de una ZAS implica el endurecimiento de la normativa horaria para los locales de ocio, que deben cerrar terrazas a las 12:30 en invierno y a la 1:30 en verano. Asimismo, la Zona Acústicamente Saturada también presenta normativa propia en cuanto a la limitación del número de licencias para determinadas actividades.
Por el momento, existen cinco en València: la más reciente de todas ellas es la del barrio del Carmen, aunque también hay otras como Xúquer, Woody o Sant Llorenç, al tiempo que todavía está en duda la que se pidió para Ruzafa.
La nueva ordenanza de ruido, de la que ya se ha aprobado el borrador definitivo, también introduce nuevas medidas para mejorar la calidad sonora de la ciudad. Por ejemplo, mantiene la posibilidad de que el Ayuntamiento pueda delimitar nuevas ZAS, al tiempo que introduce por primera vez un capítulo dedicado a las terrazas de la hostelería. Así, este explica, de manera clara, cuáles son la posibles sanciones por superar los límites de ruido, que van más allá de la multa económica. Y es que, a partir de ahora, se podrá decretar la reducción horaria de todas aquellas terrazas que causen molestias a los vecinos. Y, de hecho, a la tercera, se procederá a su cierre durante un año completo.