VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ha reactivado la venta del suelo de numerosas viviendas de la zona costera del barrio del Cabanyal, situadas en las calles Eugenia Viñes, Astilleros y José Ballester, con el propósito de resolver uno de los problemas que esta zona viene arrastrando desde varias décadas, concretamente desde 1991, cuando el Gobierno cedió la zona del paseo marítimo al consistorio de València, y con él, numerosas parcelas.
En estos terrenos, a principios del siglo XX se construyeron almacenes y casas para pescadores en régimen de concesión por un centenar de años. Múltiples concesiones caducaron en 2005 y otras lo hacen hasta 2027. Con el plan de prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez y el plan del Cabanyal del gobierno anterior, estos inmuebles estaban condenados al derribo, si bien al llegar el gobierno de izquierdas en 2015 y paralizar la actuación, se comprometió a vender los terrenos a los propietarios de las concesiones.
Concretamente, los afectados ya son propietarios del vuelo, esto es, de las edificaciones propiamente dichas, pero no del suelo, que pertenece al consistorio. Es la venta de los terrenos, por tanto, lo que el Ayuntamiento quiere resucitar, después de que hace ya dos años, en 2017, diera luz verde a los criterios que regirían estas operaciones.
Este viernes, la Junta de Gobierno Local aprobó que todas estas operaciones las gestionará Plan Cabanyal, la empresa pública participada por el Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana y que aspira a ser una suerte de ventanilla única para tramitar todo lo concerniente al urbanismo del barrio marítimo. Así consta en la resolución elevada por la concejalía de Patrimonio, dirigida por la edil Isa Lozano, y así lo anunció en rueda de prensa la vicealcaldesa, concejala de Desarrollo Urbano y presidenta de la mencionada empresa pública, Sandra Gómez.
"Se permitirá regularizar la situación a familias afectadas después de cien años en régimen de concesión", dijo la titular de Ubranismo, para insistir en que el objetivo es "acelerar el proceso" a través de la "oficina de proximidad y atención ciudadana" de Plan Cabanyal-Canyamelar "para regularizar" la situación de las citadas edificaciones.
Asimismo, expuso que durante los años de gobierno del Partido Popular "sistemáticamente se denegó a las familias" de estos inmuebles regularizar sus propiedades, "pese a que estaban toda la vida en ellos porque esas casas tienen más de cien años y han pasado de generación a generación". "Ahora, por fin, los propietarios que se quedaron van a poder comprar el suelo al Ayuntamiento", sentenció.
En este sentido, dijo, se trata de "un impulso a la regeneración y rehabilitación del Cabanyal-Canyamelar". Eso sí, la regeneración y rehabilitación llegará en un momento clave para el barrio, con la aprobación del Plan Especial del Cabanyal todavía caliente, por lo que de rehabilitarse o reedificarse inmuebles, deberían acogerse ya a las nuevas normas urbanísticas del barrio.
Se trataba, en realidad, de una reivindicación de asociaciones de vecinos como la de Pavimar, y vecinos del barrio habían puesto sobre la mesa que la venta de este suelo pudiera utilizarse para financiar el nuevo Plan del Cabanyal, despojando al consistorio de la necesidad de realizar algunas operaciones como la de situar un hotel de hasta 15 plantas en el PAI de Eugenia Viñes, que reportará hasta 8 millones al Plan. Finalmente, no será así.
"Además de aprobar las nuevas normas urbanísticas de esa zona, aprovechamos para cambiar las normas del Plan Especial del Paseo Marítimo, que afectan a todas las edificaciones de las calles José Ballester Gozalvo, Eugenia Viñes y Astilleros, casas que tienen una tipología marinera, específica, que hemos protegido", agregó en este sentido.