VALÈNCIA. Desgastadas, pintarrajeadas o sin ningún uso más allá de expositores de carteles y pegatinas de todo tipo. En este estado se encuentran las casi 15.000 cabinas que Telefónica tiene desplegadas en toda España y que a partir de este año van a empezar a ser retiradas. En la ciudad de València, el Ayuntamiento busca aquí y allá para renovar estos vestigios de la era sin smarthones y actualizarlos a las nuevas tecnologías. Y para ello, se fija en el modelo de Nueva York.
Ya en 2006, hace más de tres lustros, se registraron más líneas de teléfonos móviles que habitantes. Un dato que, sólo él, explica el progresivo declive que ha experimentado progresivamente la red de cabinas telefónicas. De hecho, al cierre de 2020, entre las 14.824 cabinas de teléfono se registraron una media 0,17 llamadas al día, lo que se traduce en una llamada semanal de promedio. Es más, casi 9 de cada 10 españoles reconoce no haber usado una cabina en su vida, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La nueva Ley general de Telecomunicaciones, precisamente, deja de considerar como servicio esencial las cabinas telefónicas, cuyo operador es Telefónica al no pujar ninguna otra compañía por este servicio en los concursos públicos que se han venido convocando. El último tuvo lugar en 2019 y el contrato expiró en 2021. Ahora, cuyo uso es marginal y su prestación ha dejado de considerarse esencial, las cabinas irán desapareciendo.
Así, lo que ya podrían considerarse mamotretos de otra época han de dejar paso a otra cosa. Todavía no se sabe muy bien a qué, pero se tiene claro, al menos desde el Ayuntamiento de València, que deben ser sustituidos por tecnologías adaptadas a la era de la ubicuidad de los teléfonos inteligentes. En ese sentido, el consistorio ya se prepara para buscar alternativas.
Según la concejalía de Agenda Digital, que encabeza el edil Pere Fuset, ya están "contemplando diferentes posibilidades". "Desde ya mismo València estudia aprovechar el vacío que dejarán las anacrónicas cabinas para avanzar en la modernización, ofreciendo posibles servicios smart city a la ciudadanía", explicó el propio concejal a principios de este año.
Una de las posibilidades que se estudia con atención es la que lleva poniendo en marcha la ciudad de Nueva York desde el año 2014. El Ayuntamiento sustituyó las cabinas por elementos de similar tamaño bajo el nombre de 'links', que aunque siguen permitiendo las llamadas telefónicas, estas son completamente gratuitas. Y por otro lado, sirven, entre otras cosas, de puntos 'Wi-fi' gratuitos de un radio de hasta 120 metros en los cinco distritos donde se han implantado.
El sistema recibe el nombre de 'LinkNYC' y cuenta con pantallas de alta definición en sus laterales, pero también con tabletas para consultar mapas, direcciones, indicaciones y servicios de la ciudad, así como para realizar videollamadas. Otra de las prestaciones que ofrece es la conexión gratuita USB para cargar los smartphones, y un botón para conectar directamente con el teléfono de emergencias de Estados Unidos.
Esta red, que podría intentar imitar la ciudad de València, quiere llegar a los 7.500 puntos en toda el área metropolitana de Nueva York, y se implantó mediante un concurso público realizado en 2014, y su servicio es "completamente gratuito" porque se financia a través de la publicidad que se puede insertar en los laterales de estas nuevas estructuras. En ese sentido, en la concejalía de Agenda Digital admiten que "el modelo de Nueva York está ganando posiciones" entre las diferentes alternativas estudiadas por el consistorio del Cap i Casal.
Entre los usos posibles que se están analizando desde Smart City València y desde la Concejalía de Espacio Público -que encabeza Lucía Beamud- se encontrarían no sólo el refuerzo de la red de cobertura wifi pública que ya existe en la ciudad dentro de la estrategia contra la brecha digital, la recarga de teléfonos móviles o el acceso al teléfono de emergencias y la exposición de información ciudadana, sino también se plantea sensorética relativa a la contaminación acústica y atmosférica u otras funcionalidades que permiten al Ayuntamiento obtener datos para ser más eficientes en la gestión.
"Hemos estado haciendo un trabajo de recogida de varias quejas del vecindario y las hemos trasladado todas a la empresa de telefonía", subrayó a principios de año la edil de Espacio Público, quien admitió que "algunas cabinas se han acabado convirtiendo en elementos impropios de la ciudad que dificultan el paso a las personas mayores o con problemas de movilidad".