VALÈNCIA (VP). Una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a 981 personas durante el año pasado revela el enorme impacto que está teniendo la pandemia sobre la atención primaria: empezando por los largos tiempos de espera, pasando por las dificultades para ser atendido de forma presencial y terminando con sus consecuencias de todo ello sobre la salud.
Esta desatención se manifestó especialmente en las dificultades para acudir al centro de salud: cuatro de cada seis consultas han tenido que ser telefónicas. Y eso después de esperar varios días. De hecho, el largo tiempo de espera es el aspecto que genera mayor insatisfacción entre los encuestados, junto con las dificultades para ponerse en contacto con su médico de familia.
¿Consecuencias? Un 44% de los encuestados que precisó atención médica en atención primaria afirma que no la recibió de manera adecuada, especialmente las personas que sufren alguna enfermedad crónica o mala salud en general. De todos ellos, el 28% considera que ha tenido un gran impacto sobre su salud, hasta el punto de terminar hospitalizados o con riesgo de muerte, tal y como se explica en la revista OCU Salud de febrero.
Esta desatención ha lastrado la satisfacción de los encuestados con el médico, pero más si cabe con el centro de salud: el 51% de los encuestados están menos satisfechos con su centro que antes de la pandemia. Especialmente los valencianos (le dan una nota de 4,8 sobre 10), vascos (5,1) y madrileños (5,2), frente a la buena valoración de los castellano leoneses (7,5).
A pesar de todo, se mantiene la confianza en el sistema público de salud. El 48% de los españoles encuestados confía mucho en él a la hora de garantizar una atención sanitaria de calidad y accesible a la población, especialmente los mayores de 60 años. Aunque también se observan diferencias entre comunidades autónomas: el grado de confianza es más alto entre vascos (7,4 sobre 10), castellanoleoneses (6,8), castellanomanchegos (6,8) y catalanes (6,8) y un poco menor entre andaluces (6,6), valencianos (6,4) y madrileños (6,3).
OCU demanda de las autoridades sanitarias, centrales y autonómicas, un refuerzo sostenido de la atención primaria de salud y de sus recursos humanos. También es deseable una reducción de las cargas burocráticas que asumen los propios médicos y que en esta última oleada se han revelado como uno de los principales obstáculos al funcionamiento adecuado de las consultas.