En el 15º aniversario de Valencia Plaza, el conferenciante, escritor y formador Javier Iriondo defendió una pausa consciente frente a la “economía de la atención”. “La verdad que me ha sorprendido el evento, es espectacular y maravilloso, no sabía cómo iba a encajar una conferencia de reflexiones de la vida”, admitió, antes de constatar la respuesta del público: “Todos necesitamos escuchar cosas que nos hagan parar y pensar porque vamos a tal velocidad que no nos damos el tiempo para la reflexión”.
Iriondo alertó sobre el efecto de la hiperconexión: “Vivimos una vida llena de interrupciones, rodeados de una tecnología invasiva, donde todo intenta captar tu atención”. Ese ruido mental, dijo, deteriora la concentración cotidiana: “Estamos leyendo un libro y dices: ‘Espera, ¿qué he leído?’ Ni idea. Porque vamos en piloto automático”. De ahí su receta: “Hay un momento en el que uno tiene que aprender a parar, a pausar, para reflexionar y poner verdadero orden en las prioridades”.
El autor subrayó la necesidad de entrenar la presencia: “En vez de que nosotros tengamos pensamientos, son los pensamientos los que nos tienen a nosotros; nos invaden, nos interrumpen, nos sacan de lo realmente importante”. Por eso crece el interés por “el mindfulness y las prácticas de la meditación para intentar parar la mente”. ¿Qué anhela la gente? “‘Paz’. Calma. Llevarme mejor conmigo mismo”, recordó, citando a Séneca: “he aprendido a llevarme mejor conmigo mismo”.
Sobre el propósito, pidió bajarlo a tierra: “El propósito no son las llaves del coche , tiene que ver con cuál es tu intención y tener una clara intención de qué es lo que quiero hacer”. Y dejó un deseo para el diario: “Lo mejor de lo mejor”.